El estudiante de Ciencias Ambientales Alfonso García del Dedo ha hallado, en una salida rutinaria por los alrededores de El Oso (Ávila), uno de los fósiles vivientes más antiguas del planeta con más de 250 millones de años sin apenas evolucionar morfológicamente.
Se trata de Triops cancriformis, un crustáceo branquiópodo de hasta 7 centímetros de longitud provisto de tres ojos (uno de ellos menos desarrollado) y de un caparazón que le cubre desde la cabeza hasta la parte anterior del cuerpo, según ha explicado el estudiante de la Universidad de Salamanca.
Esta especie vive en pequeñas charcas de aguas dulces temporales y en lagunas permanentes habitualmente de agua dulce. Se trata de animales omnívoros con reproducción bisexual, aunque las hembras son hermafroditas.
"La llegada de Triops Cancriformis a El Oso puede haberse producido por la gran cantidad de aves que pasan por sus lagunas en la migración transportando los huevos en el interior del sistema digestivo", ya que esta especie se distribuye por gran parte de Europa, ha afirmado.
"La población de Triops cancriformis detectada en El Oso constituye un gran interés ya que sería la población conocida más occidental en toda su área de distribución", según el estudiante, quien ha recibido el visto bueno del hallazgo del profesor Luis Delgado Sánchez, del Departamento de Botánica y Fisiología Vegetal.