El obispo de Ávila, José María Gil Tamayo, durante la presentación del Día de la Iglesia Diocesana, ha destacado que la Iglesia, "además de predicar, da trigo".
"La Iglesia no se presenta a elecciones, ni es un agente político, está formada por abulenses, para servir a los abulenses, en una dimensión religiosa, de pueblo de Dios, pero también sin olvidar su aporte social, educativo, asistencial y económico", ha apostillado el prelado abulense.
Gil Tamayo ha destacado el valor de pertenencia a la Iglesia local y su relieve social al decir que contribuye "a hacer sociedad, a hacer provincia, a hacer ciudadanía".
"En un mundo tan individualista como el nuestro", ha añadido, "que cada vez vivimos más en solitario, es importante la vivencia de la fe en comunidad, y ese sentido comunitario, con un rasgo de familia, de proximidad, de consanguineidad en tantas costumbres y cultura, en nuestro caso, con la importancia de la impronta carmelitana, con la impronta también de Castilla, son los ingredientes de una manera de ser católico, que es la de la Iglesia de Ávila".
Al presentar los presupuestos, Gil Tamayo ha incidido en lo que ha calificado como "el gran grueso" de la actividad de la Diócesis, que es la actividad educativa, al considerar que existe una "confianza grande de la población de Ávila" con respecto a la educación católica.
Ha señalado que hay doce centros católicos en los que estudian más de 8.000 alumnos, y en los que trabaja en torno a un millar de personas, entre profesores y personal no docente, lo que "es un gran aporte al tejido socioeconómico y a la vida social de Ávila", ya que "sin la actividad de la Iglesia, quedaría muy debilitada la provincia, el empleo".