Castilla y León es disfrutar y es hacerlo con un abanico de posibilidades tremendo. Cultura, historia, riqueza patrimonial con edificios que quitan el sentido, una gastronomía para chuparse los dedos y mucho más. Todo este encanto se concentra en la Comunidad en un turismo rural que sigue siendo básico a la hora de generar riqueza, puestos de trabajo y que pone en el mapa nacional e internacional a la región por su calidad.
En septiembre nuestra tierra fue, tras Baleares, el principal destino de turismo rural de España con 139.158 pernoctaciones y 68.836 viajeros que pasaron por la Comunidad, 57.349 residentes en España y 11.487 en el extranjero, según la Encuesta de Ocupación en Alojamientos Turísticos del INE. “Castilla y León se ha convertido en un importante punto de referencia para el turismo de interior.
La calidad de sus hoteles, casas y posadas rurales han convertido a la región en uno de los destinos preferidos. Contamos con un valor diferencial cada vez más en alza de mano del patrimonio, la excelente gastronomía, sus vinos y, por supuesto, la riqueza de sus paisajes, folclore y tradiciones”, asegura Luis Chico, presidente de Turismo Rural en Castilla y León.
Destacan en nuestra tierra, como nos señala el también presidente de la Asociación de Empresarios de Turismo Rural de Valladolid, los “lugares que cuentan con importantes monumentos y patrimonio cultural histórico” creciendo también “las visitas a bodegas, el enoturismo y la oferta gastronómica con los alimentos típicos de la tierra como productos estrella, ofrecidos además por los alojamientos”.
Pero el turista ahora ya no solo quiere disfrutar del encanto cultural o histórico que ofrece cualquier punto de Castilla y León sino que busca mejorar su visita viviendo una experiencia, para ensalzar el concepto de turismo activo que crece año a año. “El turista ahora, además de a comer o a disfrutar de un par de días de descanso, viene a vivir una experiencia. El turismo activo combina muy bien con el resto de las actividades que se ofertan.
Castilla y León, al ser tan grande y tener un gran elenco de paisajes, cuenta con una gran variedad de actividades”, añade Raúl Temprano, vicepresidente de ATACYL, Asociación de Turismo Activo de Castilla y León. Entre ellas, las actividades de alta montaña en los Picos de Europa o Gredos, donde se puede disfrutar del senderismo, la escalada o el alpinismo. El piragüismo o el rafting en zonas acuáticas como las Hoces del Río Duratón y también las visitas a entornos mágicos como la Cueva de Valporquero.
“En los últimos años estamos viendo que aumentan las actividades que tienen que ver con la observación astronómica. El turismo activo es algo para hacer con amigos o en familia pero para disfrutar al fin y al cabo”, añade Temprano. El turismo rural se consolida por su valor y encanto como la joya de la corona y el escaparate perfecto para una tierra de lujo como es Castilla y León.