Estamos acostumbrados a ver el lago de Sanabria en calma, con esa serenidad que le caracteriza y con subidas en su nivel prácticamente inapreciables a lo largo del año, pero hay momentos puntuales en los que su estado habitual sufre un cambio brusco.

Los deshielos de los últimos días y las fuertes lluvias que se han sucedido en la zona han incrementado el nivel del agua de forma exponencial, haciendo que los recovecos que en verano utilizan muchos bañistas desaparezcan e incluso las pequeñas playas se han reducido al mínimo.

El fuerte viento en la zona produce además un gran oleaje que, más que parecer el Lago de Sanabria, podría compararse con el mar Cantábrico. Una estampa muy singular que invita a viajar a Sanabria también en esta época del año.