El Pucela enciende las alarmas
Sumaba el Real Valladolid un total de cuatro partidos sin conocer la victoria. Desde el pasado 3 de noviembre, en el estadio José Zorrilla y ante el R.C.D. Mallorca, con ese 3-0 claro, en una mañana de sonrisas y en la que Sandro volvió a la senda del gol.
Los de Sergio llegaban al Coliseum Alfonso Pérez tras el empate ante la Real Sociedad y con la misión de conseguir tres puntos de tranquilidad que hicieran que el equipo se marchara al parón navideño con el sosiego que da alcanzar la veintena de puntos.
Fede Barba sustituía en el lateral izquierdo a Nacho, Pedro Porro a Moyano en el diestro, mientras que Hervías dejaba su puesto a Waldo. Joaquín era la pareja de Míchel. Muchos cambios. Arriba, un Sergi Guardiola que se enfrentaba a su ex equipo y Sandro.
Precisamente este último vio como en el 10 del choque un tanto suyo era anulado por fuera de juego en unos primeros minutos del encuentro parejos en el que ambos equipos medían sus fuerzas. Poco a poco el cuadro local se hacía con el control de la sala de máquinas, sobre todo por el buen hacer y el desgaste físico de Arambarri y Maksimovic, dos auténticos portentos, que se imponían, por la fuerza, a Míchel y a Joaquín.
En el 36 del choque, un fallo tremendo en la salida de balón por parte de Kiko Olivas iba a ser aprovechada por Cucurella, el encargado de robar y también de anotar tras un jugadón tremendo de un Jorge Molina que junto a Jaime Mata forman una pareja letal en el frente de ataque azulón.
El tanto llegó justo después de que, de nuevo Sandro, a punto estuviera de estrenar el marcador con un libre directo ejecutado de manera magistral, obligando a David Soria a una gran parada.
Con el 1-0 se llegó al tiempo de asueto y tras el mismo Sergio introdujo cambios tempraneros para lo que acostumbra. Alcaraz entraba por Míchel en el 55 mientras que Ünal sustituía a un Waldo desaparecido y que parece la sombra del jugador que deslumbró al final de la temporada pasada.
Sin embargo, el Pucela no espabilaba. Alcaraz veía la quinta amarilla y Cucurella a punto estaba en el 65 de poner el segundo para el Getafe y en su cuenta particular, obligando a Masip a hacer un paradón tremendo.
El Real Valladolid daba un pasito adelante y Bordalás quería hacer daño a la contra metiendo en el terreno de juego a una bala en la punta de lanza como es Ángel. Precisamente el atacante puso el 2-0 en el 82. Una gran jugada de Mata por la derecha ponía en la cabeza el gol a un Ángel ante la pasividad de la defensa blanquivioleta. 2-0.
El Pucela mostró su peor cara, otra vez a domicilio, y enciende las alarmas tras cinco encuentros sin conseguir la victoria. Próxima e importante cita liguera el sábado ante el Valencia a las 21.00. Antes, el choque copero del miércoles ante el Tolosa.