Villamuriel acuna el nacimiento del teatro en Calabazanos
Cinco siglos no son nada si el legado se ha cuidado con mimo y se ha acompasado hasta el presente como un pilar de la tradición y la cultura popular. El Monasterio de Nuestra Señora de la Consolación de las Clarisas de Calabazanos, perteneciente a Villamuriel de Cerrato, vuelve a ser el escenario para que la Navidad tome forma teatral en la localidad palentina, donde sigue despertando una gran expectación el Auto del Nacimiento que Gómez Manrique escribió en el siglo XV.
La representación basa gran parte de su éxito en una cuidada ambientación en la que nada resulta extraño. Religiosas, juglares y soldados reciben a los espectadores y en las estancias del Monasterio narran los preliminares del gran momento; la llegada para asistir como espectadora de excepción de la entonces infanta Isabel de Castilla.
La vicaria del Convento de la Consolación, doña María, hermana de Gómez Manrique, había encargado el texto para que las propias religiosas lo representaran el día de Nochebuena en el interior de la iglesia. Ahora es ella misma quién recibe a la comitiva real y junto con Gómez Manrique hace que los espectadores, que llenan al máximo cada una de las cuatro representaciones este fin de semana, viajen hasta la Edad Media para, a su vez, dejar que la historia les lleve a la mística del Nacimiento.
Los años han permitido que los grupos de teatro Cigarral, Cachivache y A ninguna parte hayan afinado al detalle cada instante. Las luces generan la atmósfera perfecta, el espacio se aprovecha al milímetro y cada palabra escrita por Gómez Manrique goza de la fortaleza que aporta la pasión de quién se entrega a un mensaje.