El Zamora CF cae ante un RCD Mallorca inferior, sobre todo durante la segunda mitad, por un solo gol en la primera parte y con una actuación arbitral más que cuestionable. De esta forma, los rojiblancos acaban eliminados de la Copa del Rey, tras superar al Sporting de Gijón en la primera fase y dar un soberbio espectáculo contra los mallorquines, pero que no fue suficiente para darle la vuelta a ese único tanto del rival.
El de hoy no era un partido cualquiera en el Ruta de la Plata y se notaba. El número de coches qué aparcaban dentro y en los alrededores del estadio anunciaba ya la importancia de este encuentro. Hasta 3.306 personas, según fuentes del Zamora CF, no querían perderse a su Zamora luchar por eliminar de la Copa del Rey a un primera y seguir con este sueño.
Y como en la ciudad del Duero todo tiene un punto especial, hasta el inicio del partido ha venido con anécdota, ya que a solo a un par de minutos de tener que comenzar el encuentro, la luz de todo el estadio se apagaba y dejaba sin suministro tanto al lugar, como a los medios de comunicación que allí se encontraban trabajando. Este anecdótico suceso provocaba que el partido comenzara con unos minutos de retraso, ya que la televisión digital Dazn, que hoy ofrecía el partido, tenía que reiniciar su sistemas para poder emitir a través de Internet.
Anécdotas del encuentro aparte, el estadio recibía con una mañana fría al Mallorca, uno de los colistas de Primera División, que venían dispuestos a romper el sueño del Zamora, un equipo de Tercera, pero líder indiscutible de la categoría. Si bien es cierto que la diferencia física entre los jugadores de un y otro equipo era más que evidente, sobre todo a la hora de arrebatar balones o con grandes carreras, los rojiblancos se plantaban con entereza en su campo y aguantaban las embestidas del equipo mallorquín.
Las escasas ocasiones en las que el Zamora conseguía llegar al área de sus rivales, la grada rojiblanca era todo un fervor y animaban con toda su fuerza a los suyos, aunque eso no servía para que los de Movilla marcarán ese ansiado gol que podía marcar la diferencia y alargar el sueño de Copa del Rey. En cambio, mucho más peligrosas eran las llegadas del Mallorca sobre todo las del Lumor por la banda, todo porque los de Movilla dejaban a este jugador solo más de la cuenta.
Pero pese a ese peligro de Lumor, el temido primer gol del Mallorca llegaba en el 26 de la mano Alex Febas. Tras lo que era una falta más que clara a Sergio García, entre las protestas de los rojiblancos, el balón quedaba muerto Jon Villanueva se perdía en el mano a mano, y prácticamente portería vacía, se hacía el primer gol en contra en el Ruta de la Plata. Una noticia fatal para los zamoranos, qué ponía las cosas tremendamente complicadas para los locales.
Tras este primer gol de los mallorquines, los rojiblancos se volvían imprecisos, fruto posiblemente de los nervios y la presión que ese tanto ponía sobre la mesa, ante la cercanía de perder la oportunidad de continuar en Copa del Rey. Esto unido a las fuertes entradas del Mallorca, donde a los jugadores del Zamora acaban por el suelo la mayor parte de las veces, y ante el mayúsculo enfado de los aficionados zamoranos, hacía que la primera parte finalizará con ese gol a favor del los visitantes y añadía mucha más presión y expectación a la segunda parte del encuentro copero.
A la vuelta del descanso, los rojiblancos tenían que salir a por todas, y parecía que así era. Enchufados, concentrados y enseñando bien los dientes al Mallorca, las ocasiones ahora si eran más claras, aunque la actuación arbitral seguía siendo exasperante para los rojiblancos, y el peligro se palpaba en el ambiente. Teniendo en cuenta la diferencia de categoría, lo que se veía en el campo, en este segundo tiempo, es que el Zamora estaba dando una lección al Mallorca, que se veía en un aprieto real ante un Tercera. Incluso con el evidente cansancio, por la diferencia física, de los rojiblancos y con los mallorquines queriendo parar la potencia del Zamora, los de Movilla no daban ni un solo paso atrás y luchaban en cada jugada por forzar una más que merecida prórroga.
Cabe destacar que cuando Sergio García abandonaba el campo, toda la grada se deshacía en aplausos para el zamorano. Y es que García había sido 'cosido' a patadas y entradas por los mallorquines durante todo el encuentro, con un conjunto arbitral muy parcial para los visitantes, a los que se les perdonó absolutamente todo.
A 5 del final, el Zamora estaba exhausto y la grada callaba por pura emoción. Todo estaba el juego, todo podía pasar y el juego evidentemente superior de los rojiblancos hacían que la idea de la prórroga fuera aún muy real. Y aún con la última jugada de la mano del Zamora y otro casi gol, que acababa fuera, no era posible esa ansiada remontada y los rojiblancos acababan fuera de la Copa del Rey.