La presentación de la Supercopa Femenina de fútbol en Salamanca tenía este jueves un doble aliciente. Por un lado, el propio sorteo, que ha deparado en semifinales la final anticipada entre Atlético de Madrid y Barcelona, y por otro la visita del presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales.
Esta visita, una más que puede recibir la ciudad, estuvo en esta ocasión, sin embargo, rodeada de una gran expectación. El partido entre Unionistas y Real Madrid y la sede en la que se jugará, así como la posible noticia sobre la posible competencia en las elecciones para la RFEF de Íker Casillas adelantada por El Partidazo de Cope estaba en la retaguardia del ya histórico sorteo al adquirir oficialidad la competición.
De lo primero, seguramente, hablaron el presidente de la RFEF con el alcalde de Salamanca, Carlos García Carbayo, en una reunión anterior a la presentación en una de las habitaciones del edificio consistorial. Sin embargo, de esta reunión, a puerta cerrada, poco se sabe.
De lo segundo, y también de lo primero, no quiso hablar al término del sorteo. Ya lo avisaron los miembros del equipo de comunicación de la institución futbolística: “No iba a haber declaraciones”. Y no las hubo pese a la gran cantidad de medios que esperaban para preguntar por estos y otros temas. De hecho, el propio Rubiales se sintió agobiado entre el círculo de cámaras, móviles y grabadoras que le rodeaban mientras caían preguntas al aire. “Alcalde”, dijo, llamando a su ayuda para poder salir del Ayuntamiento sin que desde la RFEF se disiparan dudas, o se crearan más, con sus declaraciones.