El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha absuelto en segunda instancia a un joven que fue acusado por la Audiencia Provincial de Salamanca por un delito de agresión sexual a otra joven en una pensión de la Plaza Mayor.

La condena, notificada el pasado mayo de 2019, suponía seis años de prisión, nueve años de alejamiento y prohibición de comunicación con la víctima y a libertad vigilada durante cinco años.

Sin embargo, en una nueva sentencia de una instancia superior tras el recurso de la defensa, se ha decidido absolver a este joven al no considerar probados los hechos que relató la víctima en el juicio el pasado marzo.

De esta manera, no se discute que hubiera relaciones sexuales en la citada pensión después de que ambos se conocieran a través de las redes sociales y mantuvieran conversaciones con "un claro contenido sexual", y quedaran ese día en un bar de la Gran Vía donde trabajaba el joven cuando este cerraba.

En ese momento, según dicta la sentencia, la joven se encontraba en la biblioteca de Libreros estudiando para los exámenes por lo que, tras otra conversación, decidió ir hacia el bar. De allí salieron sobre las 3:30 horas en compañía de otro compañero del mismo trabajo que se despidió en la misma Gran Vía.

Así, después de descartar ir a una vivienda de cualquiera de ellos debido a diversas circunstancias, el acusado expuso la posibilidad de ir a una pensión de la Plaza Mayor donde también trabajaba.

Allí, "se sentaron en la cama, quitándose los zapatos. Estuvieron en el interior de la pensión menos de una hora y mantuvieron relaciones sexuales, durante las cuales e penetró vaginalmente sin preservativo al menos en dos ocasiones y eyaculó en su espalda".

Tras ello bajaron a la calle y se encontraron un coche de Policía al que la presunta víctima no se acercó. Se despidieron y no volvieron a mensajearse ni a verse. Fue, de hecho, varios días después, cuatro, el 8 de junio, cuando acudió al hospital "al encontrarse preocupada por haber podido contraer una enfermedad de naturaleza sexual" y allí manifestó que había sido obligada a mantener relaciones sexuales, por lo que tras ello acudió a Comisaría a denunciar.

Sin embargo, para el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León no ha quedado debidamente acreditado que se utilizara violencia o intimidación para mantener estas relaciones sexuales, por lo que deja sin efecto la sentencia anterior de la Audiencia Provincial, que dio por buenas las declaraciones de la víctima, en las que aseguró que dijo que parara y gritó de dolor, así como llegó a ponerle un cojín en la cara.

De hecho, según la primera sentencia, no avisó a los agentes de Policía por petición de él "ya que no quería pasar la noche en la comisaria y ella accedió, por lo que en ese momento se despidieron, y no volvieron a verse ni a intercambiar mensajes".