Expertos advierten de un descenso de infartos atendidos en hospitales por posible miedo a la COVID-19
Los expertos han advertido de un descenso de los casos de infartos y afecciones cardiacas atendidos en los hospitales de Castilla y León, donde estas patologías descienden hasta un 30 por ciento, algo que atribuyen a un posible miedo al contagio de la COVID-19.
Por ello, los especialistas han pedido a las personas que observen síntomas reconocibles como un fuerte dolor torácico, que no se pasa, no se ha sentido antes y hace pensar en una sensación de gravedad que acudan a urgencias y no haya resistencia alguna porque hay zonas totalmente diferenciadas para enfermos de COVID-19 y los que tienen otras patologías.
Así lo ha señalado el jefe de Cardiología del Hospital Clínico Universitario de Valladolid y del Instituto de Ciencias del Corazón (Icicor), José Alberto San Román, quien ha incidido en que este descenso de las personas atendidas en este centro se ha traducido en que tienen ocupadas en este área la mitad de las camas que habitualmente, lo que está muy bien para que el centro hospitalario pueda hacer frente al coronavirus, pero por otro lado "inquieta" porque da la sensación de que la gente "se resiste" a acudir al hospital.
San Román, en declaraciones a Europa Press, ha señalado que no es un fenómeno sólo de Castilla y León, ya que al hablar con otros especialistas de otras zonas se ha observado el mismo fenómeno.
De hecho, la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y la Fundación Española del Corazón (FEC) han advertido del descenso observado de hasta un 40 por ciento en los infartos que son atendidos en los hospitales durante el estado de alarma, descenso motivado según estos expertos por el miedo de los enfermos al coronavirus.
Por ello, ha iniciado una campaña de sensibilización para recordar que la atención temprana es vital, ya que aumenta las posibilidades de supervivencia, reduce las secuelas y favorece la recuperación.
REDUCCIÓN EN CYL
En el caso concreto del Hospital Clínico Universitario de Valladolid, de referencia regional para multitud de patologías y técnicas de cardiología intervencionista, en enero y febrero de este año se han atendido en la Unidad de Hemodinámica 296 y 304 pacientes respectivamente, mientras que en marzo se han atendido únicamente 213 (30 por ciento menos). Además, en enero y febrero se han hecho 132 y 127 angioplastias coronarias, y en marzo se ha bajado a 93.
Por otro lado, los pacientes atendidos en Emergencias Sanitarias-Sacyl por síndromes coronarios agudos han disminuido de los 212 casos de enero a los 122 de marzo, lo que supone un descenso del 42 por ciento, han informado a Europa Press fuentes sanitarias.
En este contexto, San Román considera que este descenso puede deberse al miedo al contagio de la COVID-19, algo que "tiene sentido", ya que no se quiere estar cerca de "nada que parezca que puede infectar" pero probablemente dolencias graves y serias los pacientes las están pasando en casa.
Por otro lado, el jefe de Cardiología del Clínico ha señalado que probablemente, aunque tendrán que estudiarlo los epidemiólogos, el cambio de actividad "habitual" de la sociedad está disminuyendo los factores que precipitan o desencadenan los infartos de miocardio y, aunque puede haber situaciones graves que igual están pasando en casa, un infarto de miocardio en el que un paciente tiene dolor, se cae al suelo y pierde el conocimiento no tendría por qué estar disminuyendo y, sin embargo, lo hace.
Así, cree que hay factores relacionados con los hábitos de vida, que probablemente antes eran menos saludables, dado que aunque la gente paseaba y caminaba, ahora, estando en casa, disminuye el estrés, la tensión o se reducen hábitos como el fumar porque no se sale "con amigos".
OTROS FACTORES
En definitiva, cree que son cosas que pueden estar influyendo porque no se explica "todo" en que los pacientes se resistan a ir al hospital, igual que en el caso de traumatología, donde no queda más remedio que acudir al hospital cuando hay una rotura, y éstas también han bajado dada la disminución de la actividad.
Así, ha concluido en que hay, por una parte, esta disminución se debe a cierta resistencia de los pacientes por acudir, pero por otra también tiene que ver con el cambio de hábitos de vida, algo que probablemente se podrá llegar a ver.
A este respecto, ha apuntado que quienes se resisten a acudir probablemente "tarde o temprano" acudirán al hospital y, si cuando pasen dos meses o termine la situación de crisis actual, aumentan los pacientes con patologías pasadas, se puede estudiar y comprobar, aunque se necesitará un tiempo para hacer un estudio.
Alberto San Román ha mandado, como "mensaje fundamental", que quien tenga una patología grave, que se manifiesta con dolor torácico intenso, que el paciente percibe como algo de gravedad, debe acudir a urgencias porque está "perfectamente controlado" por dónde acceden pacientes de COVID-19 y los que acuden por otro motivo. "Ese paciente no debe quedarse en casa", ha agregado.
Los expertos han señalado que otros síntomas de infarto son el dolor en el esternón que no varía con los movimientos del cuerpo ni con la respiración y que se puede extender hacia el cuello, la espalda o el brazo izquierdo, así como sudores fríos con mareos, ante lo que se debe "siempre" llamar al 112.
Los cardiólogos recuerdan que se debe tener especial precaución ante la aparición de los síntomas señalados especialmente si el paciente tiene alguna enfermedad cardiovascular previa o factores de riesgo por todos conocidos (hipertensión, diabetes, colesterol alto, tabaquismo, sedentarismo, sobrepeso u obesidad).
Para resolver cualquier duda, la Fundación Española del Corazón pone a disposición de todo aquel que esté interesado un canal de Youtube (https://www.youtube.com/user/fundaciondelcorazon) y una página web (www.fundaciondelcorazon.com).