El COVID-19 puede causar graves complicaciones cardiovasculares, incluyendo insuficiencia cardíaca, ataques cardíacos y coágulos de sangre que pueden conducir a accidentes cerebrovasculares, según un nuevo documento científico de la Universidad de Virginia (Estados Unidos). Los investigadores también advierten de que los tratamientos con COVID-19 pueden interactuar con los medicamentos utilizados para controlar las condiciones cardiovasculares existentes de los pacientes.
"Al escribir este artículo, esperamos aumentar el conocimiento y la conciencia de los médicos de Urgenicas sobre este nuevo patógeno y su impacto en el sistema cardiovascular. A medida que nos encontramos con más y más pacientes con enfermedades relacionadas con COVID-19, estamos aumentando nuestra comprensión de su impacto en el cuerpo en general y en el sistema cardiovascular en particular. El ritmo de aprendizaje en esta área es sorprendentemente rápido. La información continúa cambiando semanalmente, si no diariamente", explica William Brady, líder del trabajo, que se ha publicado en la revista 'American Journal of Emergency Medicine'.
La insuficiencia cardíaca es una preocupación particular en los pacientes con COVID-19. Un estudio, señalan los autores del artículo, encontró que casi un cuarto de los pacientes con COVID-19 (24%) sufrían de insuficiencia cardíaca aguda cuando se les diagnosticó el coronavirus por primera vez. Esto no significa que el 24 por ciento de todos los pacientes con COVID-19 sufran de insuficiencia cardíaca. Los autores afirman que sigue sin estar claro si la insuficiencia cardíaca fue el resultado de COVID-19 específicamente o si el virus estaba empeorando la insuficiencia cardíaca sin diagnosticar. De los pacientes con insuficiencia cardíaca, casi la mitad no se sabe si tienen presión arterial alta o enfermedades cardiovasculares.
El documento también señala que la COVID-19, y otras enfermedades que causan inflamación severa en todo el cuerpo, aumentan el riesgo de que la placa grasa acumulada en los vasos sanguíneos se rompa, provocando ataques al corazón y derrames cerebrales. La gripe y algunos otros virus se han asociado con un mayor riesgo de ruptura de placa durante la primera semana después de que se diagnosticara la enfermedad, afirman los autores en su revisión de la literatura médica disponible sobre la COVID-19.
Por último, los autores describen las posibles interacciones de los medicamentos en los pacientes con COVID-19. Por ejemplo, la hidroxicloroquina, un medicamento contra la malaria, puede interactuar con medicamentos diseñados para regular el ritmo cardíaco, además de causar daño cardíaco y empeorar la cardiomiopatía. El remdesivir, un antiviral que es el único tratamiento de COVID-19 autorizado en Estados Unidos, puede causar presión arterial baja y ritmo cardíaco anormal. Es importante que los médicos tengan en cuenta estas interacciones cuando traten a pacientes con COVID-19, advierten los autores.