Alejandro Sanz ofreció ayer, para sorpresa de todos sus fans, un concierto durante la inaguración de su "Puente del Corazón Partío", nombre que el Ayuntamiento de Madrid ha dado al puente sobre la M-30 que une los distritos de Moratalaz y Retiro. Hasta ahora se conocía como puente de la Estrella, pero desde ayer lleva el nombre de uno de los temás más míticos del cantante.
Para celebrar este hito histórico, Sanz ofreció una actuación sorpresa sobre dicho puente, en la que interpretó tres de sus grandes éxitos: "Viviendo deprisa", "Looking for paradise" y, como no, "Corazón partío".
Un mini concierto que se pudo ver en directo en diferentes pantallas instaladas en lugares tan representativos de Madrid como la Plaza de Callao, el estadio Wanda Metropolitano y el Mercado de San Miguel entre otros, y con el que el artista ha querido celebrar este homenaje y apoyar a su ciudad natal tras los duros momentos vividos en los últimos meses.
Pese a que la gente suele pensar que Alejandro es gaditano - pues de Cadiz eran sus padres y allí se crío el cantante - la realidad es que nació en el madrileño barrio de Moratalaz, donde inició su exitosa carrera que le ha llevado a convertirse en el artista español número 1. En este puente empezó a soñar y aquí ha querido reconocerle el Ayuntamiento madrileño.
Aunque Sanz había avisado a sus seguidores de que estuviesen pendientes de las redes sociales porque "algo muy especial iba a pasar", su aparición sobre el ya Puente del Corazón Partío ha sido toda una sorpresa. Acompañado por José Luis Martínez-Almeida, alcalde de la capital, entre otras autoridades, el cantante ha destapado la placa homenaje en dicho puente. A continuación, y desde un escenario situado en dicho lugar encima de la M-30, Alejandro ha ofrecido un breve concierto desde el lugar donde siempre soñó en llenar estadios gracias a su música.
A partir de ahora, será imposible no pensar en Alejandro Sanz y su "corazón partío" cada vez que pasemos ante el puente que une el Retiro con el distrito de Motalazar y que ya lleva su nombre. Un recordatorio de que, a veces, los sueños se cumplen.