El uso de bañadores mojados, el contacto con la arena o la ropa apretada favorecen la vulvovaginitis o vaginitis, una infección o inflamación de la vulva y la vagina que puede darse a cualquier edad como consecuencia de diferentes causas, aunque la irritación y la inflamación facilitan el desarrollo de la infección, según han advertido expertos de Sanitas.
Como agentes irritantes, puede señalarse al uso de jabones, perfumes, cremas espermicidas, productos de higiene femenina en aerosoles o anticonceptivos vaginales, pero en verano esta afección se multiplica por el uso de ropa apretada, el contacto con la arena de la playa o la utilización prolongada de bañadores mojados.
La ropa ajustada y de tejido que no permite la transpiración puede originar el calentamiento y retención de humedad en la zona de la vulva y causar una dermatitis por la obstrucción de las glándulas sudoríparas. Esto puede ocasionar la aparición de síntomas como la irritación y enrojecimiento de la vulva y la apertura vaginal, picor, inflamación o flujo vaginal.
Según resaltan estos expertos, el problema es que este tipo de afecciones constituyen un caldo de cultivo idóneo para bacterias, virus, hongos y otros tipos de microorganismos patógenos, facilitando el desarrollo de una infección y la prolongación de la misma. Por supuesto, la higiene inadecuada es uno de los factores que más influyen en este sentido; de ahí, que la vulvovaginitis sea una afección muy frecuente en niñas prepúberes que todavía no han aprendido a mantener una higiene adecuada de las zonas íntimas.
"La vulvovaginitis es una de las patologías más comunes en verano entre las mujeres causada, en ocasiones, por infecciones por hongos, o por irritaciones debido al uso de bañadores mojados, contacto con la arena de la playa o ropa apretada. Con una buena alimentación, cambiándose de bañador a menudo y evitando la ropa apretada puede mejorar, aunque en caso de que la afección se prolongue es importante visitar al ginecólogo", explica Isabel Gippini, especialista en Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitario Sanitas La Zarzuela.
El tratamiento de la vaginitis dependerá de la causa y de si se ha producido una infección o no. En este último caso la elección del tratamiento (antibióticos, antifúngicos, etc.) dependerá de cuál sea el microorganismo que la ha originado, pudiéndose administrar por vía oral, supositorios vaginales o mediante aplicación tópica en vulva e interior de la vagina.
Por último, concluye Isabel Gippini, "para evitar la transmisión de hongos o enfermedades de transmisión sexual es imprescindible el uso de preservativo. En verano somos más activos sexualmente y las relaciones con nuevas parejas aumentan. Es esencial utilizar protección para evitar contagios", concluye.