El rinovirus, la causa más frecuente de resfriados comunes, puede evitar que el virus de la gripe infecte las vías respiratorias activando las defensas antivirales del cuerpo, informan investigadores de la Universidad de Yale en la revista 'The Lancet Microbe'.
Estos hallazgos ayudan a responder un misterio en torno a la pandemia de gripe porcina H1N1 de 2009: el aumento esperado en los casos de gripe porcina nunca se materializó en Europa durante el otoño, un período en el que el resfriado común se generaliza.
El equipo de Yale dirigido por la doctora Ellen Foxman estudió tres años de datos clínicos de más de 13.000 pacientes atendidos en el Hospital Yale New Haven con síntomas de infección respiratoria. Los investigadores encontraron que incluso durante los meses en que ambos virus estaban activos, si el virus del resfriado común estaba presente, el virus de la gripe no estaba.
"Cuando miramos los datos, quedó claro que muy pocas personas tenían ambos virus al mismo tiempo", explica Foxman, profesor asistente de Medicina de laboratorio de Inmunobiología y autor principal del estudio.
Foxman enfatiza que los científicos no saben si la propagación estacional anual del virus del resfriado común tendrá un impacto similar en las tasas de infección de las personas expuestas al coronavirus que causa COVID-19. "Es imposible predecir cómo interactuarán dos virus sin hacer la investigación", reconoce.
Para probar cómo interactúan el rinovirus y el virus de la gripe, el laboratorio de Foxman creó tejido de las vías respiratorias humanas a partir de células madre que dan lugar a células epiteliales, que recubren las vías respiratorias del pulmón y son un objetivo principal de los virus respiratorios.
Descubrieron que después de que el tejido había estado expuesto al rinovirus, el virus de la gripe no podía infectar el tejido. "Las defensas antivirales ya estaban activadas antes de que llegara el virus de la gripe", explica.
La presencia de rinovirus desencadenó la producción del agente antiviral interferón, que es parte de la respuesta temprana del sistema inmunológico a la invasión de patógenos, añade Foxman. Y "El efecto duró al menos cinco días".
Foxman adelanta que su laboratorio ha comenzado a estudiar si la introducción del virus del resfriado antes de la infección por el virus COVID-19 ofrece un tipo de protección similar.