El ejercicio mejora el bienestar físico y la salud mental, tan y como han señalado diferentes estudios, sin embargo, hasta ahora se desconocía que el impacto de las actividades cotidianas, como subir escaleras, caminar o ir a la estación de tranvía en lugar de conducir, sobre la salud mental de una persona apenas se han estudiado hasta ahora.
Investigadores del Instituto de Tecnología de Karlsruhe (KIT) y el Instituto Central de Salud Mental (CIMH) en Mannheim estudiaron las regiones del cerebro que juegan un papel central en este proceso, y han observado que incluso las actividades cotidianas mejoran significativamente el bienestar, en particular de las personas susceptibles a trastornos psiquiátricos.
El estudio, que se publica en 'Science Advances', señala que todavía no está claro qué estructuras cerebrales están involucradas. "Subir escaleras todos los días puede ayudarnos a sentirnos despiertos y llenos de energía. Esto mejora el bienestar", explican los primeros autores del estudio. Estos son el doctor Markus Reichert, que realiza investigaciones en CIMH y KIT y el doctor Urs Braun.
Los hallazgos de la investigación son de particular relevancia en la situación actual con las restricciones por el coronavirus. "Actualmente, estamos experimentando fuertes restricciones de la vida pública y los contactos sociales, que pueden afectar negativamente a nuestro bienestar. Para sentirse mejor, puede ser útil subir escaleras con más frecuencia", ha señalado la profesora Heike Tost, directora del Grupo de Investigación en Psiquiatría de Neurociencia de Sistemas de la Clínica de Psiquiatría y Psicoterapia.
"Para nuestros estudios, hemos combinado varios métodos de investigación en la vida cotidiana y en el laboratorio", ha explicado el profesor Ulrich Ebner-Priemer, director del grupo de investigación de métodos de salud móvil en psiquiatría, director adjunto de IfSS y director del laboratorio de salud móvil mental de EQUIPO. Entre los métodos utilizados se encuentran evaluaciones ambulantes con sensores de movimiento, así como encuestas de teléfonos inteligentes sobre el bienestar que se activan con los datos de geolocalización tan pronto como los sujetos se mueven.
Para este estudio, 67 personas fueron sometidas a evaluaciones ambulantes para determinar el impacto de la actividad diaria en el estado de alerta durante siete días. Se encontró que las personas se sentían más alerta y estaban llenas de energía aún más inmediatamente después de la actividad. Se demostró que el estado de alerta y la energía son componentes importantes del bienestar y la salud psíquica de los participantes.
Estos análisis se combinaron con tomografía por resonancia magnética en el CIMH para otro grupo de 83 personas. Se midió el volumen de materia gris del cerebro para averiguar qué áreas del cerebro desempeñan un papel en estos procesos cotidianos. Se descubrió que la corteza cingulada subgenual, una sección de la corteza cerebral, es importante para la interacción entre la actividad diaria y el bienestar afectivo.
Es en esta región del cerebro donde se regulan las emociones y la resistencia a los trastornos psiquiátricos. Los autores identificaron esta región del cerebro como un correlato neural decisivo que media la relación entre la actividad física y la energía subjetiva. "Las personas con un volumen menor de materia gris del cerebro en esta región y un mayor riesgo de trastornos psiquiátricos se sentían menos llenas de energía cuando estaban físicamente inactivas", describe Heike Tost los resultados.
El profesor Andreas Meyer-Lindenberg, director del CIMH y director médico de la Clínica de Psiquiatría y Psicoterapia, concluye que "los resultados sugieren que la actividad física en la vida cotidiana es beneficiosa para el bienestar, en particular en las personas susceptibles a trastornos psiquiátricos".