La Región Europea de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha mostrado su preocupación por la propagación de la variante británica en Europa y ha pedido a los países redoblar los esfuerzos y las medidas adoptadas para frenar su expansión.
Y es que, tal y como ha recordado el organismo, esta variante se propaga más rápido entre las personas, independientemente del grupo de edad. En concreto, ya se ha extendido a 30 países de Europa, provocando, hasta el pasado 22 de enero, con 22.503 casos.
En España, según informó este jueves el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, ya se han notificado 449 casos de esta variante y 55 casos están pendiente de secuenciación.
Además, se espera que a finales de febrero o principios de marzo la variante británica ya suponga en España el 50 por ciento de los casos de contagio, aunque se cree que en determinados territorios se puede llegar a alcanzar este porcentaje en las próximas semanas.
"Si no redoblamos las medidas para frenar su propagación, habrá un mayor impacto en los servicios sanitarios que ya de por sí están presionados", ha dicho el director de la respuesta de vigilancia y epidemiología del COVID-19 en la OMS/Europa, Richard Pebody.
Desde el comienzo de la pandemia, la OMS ha estado monitoreando y evaluando de manera rutinaria si las variantes del coronavirus provocan cambios en la transmisibilidad, la presentación clínica o la gravedad, o si tienen un impacto en los diagnósticos, tratamientos y vacunas.
"Las variantes son un fenómeno común y no son peligrosas en sí mismas, pero pueden serlo si cambian el comportamiento del virus; por lo tanto, debemos monitorear estos desarrollos de cerca. Estamos trabajando con expertos de todo el mundo para monitorear e identificar qué variantes son motivo de preocupación y cómo podrían afectar a nuestra respuesta", ha apostillado Pebody.
Actualmente, prosigue, no hay evidencia de que las vacunas disponibles sean menos efectivas para prevenir esta variante, aunque ya se están realizando investigaciones epidemiológicas y virológicas en los países afectados para evaluar más a fondo la transmisibilidad, gravedad, el riesgo de reinfección y la respuesta de anticuerpos.
De hecho, se espera que la circulación continua del virus resulte en la detección de más variantes con el tiempo. "Una mayor transmisibilidad no significa que una variante transmita de manera diferente, sino que la variante simplemente se propaga mejor. Esto es motivo de preocupación, ya que a medida que más personas se infectan con COVID-19, más personas serán hospitalizadas. Si esto hace que nuestros sistemas de atención médica se abrumen y sean menos capaces de hacer frente, más personas podrían correr el riesgo de morir a causa del virus", ha señalado la directora del equipo de respuesta al COVID-19 en OMS/Europa, Catherine Smallwood.
Por todo ello, la OMS ha destacado la necesidad de que los países aumenten la secuenciación de los casos de coronavirus y redoblen las medidas sociales y de salud pública que han demostrado que "funcionan" como, por ejemplo, la realización de pruebas, el aislamiento de los casos, el rastreo de contactos y su cuarentena, y el tratamiento de los mismos.
"Todos somos parte de este esfuerzo y las personas deberán tener mucho cuidado y continuar con las medidas de protección como la higiene de las manos, el distanciamiento físico y el uso de una máscara cuando sea necesario. No olvidemos que el COVID-19 ya es una enfermedad grave y se debe hacer todo lo posible para controlar su propagación", ha zanjado Smallwood.