Luis Fuentes: "En este V Centenario vamos a dejar claro lo que ocurrió en el Movimiento Comunero, que condujo a España a la modernidad"
1521 dibujó un horizonte nuevo en la historia de España. La Batalla de Villalar acabó con la revuelta comunera y con la ejecución de sus líderes, Bravo, Padilla y Maldonado; pero aquella derrota de la baja nobleza que había puesto en jaque al emperador Carlos I, puso los cimientos de un nuevo tiempo de libertad.
Quinientos años después, la Fundación de Castilla y León conmemora aquellos hechos trascendentales con ecos en Europa e incluso Estados Unidos, cuya Constitución hace referencia expresa a la Guerra de las Comunidades. La investigación científica profunda de aquel capítulo de la historia, las actividades divulgativas y la implicación de la sociedad civil a través de las entidades locales centran el ambicioso programa conmemorativo que se extenderá hasta 2022 y que lleva por título, precisamente, ‘El tiempo de la libertad. Comuneros V Centenario’.
El presidente de la Fundación de Castilla y León y de las Cortes autonómicas, Luis Fuentes, analiza el significado profundo de aquellos hechos que marcaron un hito en la historia de España y que hace de Castilla y León el centro de la celebración.
Pregunta: Se cumplen 500 años de la Guerra de las Comunidades y el Movimiento Comunero, que convirtieron a Castilla en inspiración para la política española. ¿Sigue vivo el espíritu de la revuelta, guiada por el afán de modernizar la sociedad y garantizar el buen gobierno mediante el pacto, tan necesario hoy en día?
Respuesta: El espíritu de ese germen se ha visto a posteriori, de lo que querían que el pueblo fuera en la toma de decisiones del Estado. Muchas de las peticiones que hicieron los comuneros fueron después aceptadas por el propio Carlos I. Y esas mismas reivindicaciones fueron germen de otras muchas constituciones, tanto a nivel europeo en la francesa y en la inglesa, y en la propia norteamericana, que textualmente hace reseña de lo que ocurrió en esos años en España, tomando como modelo la Ley Perpetua de Ávila para plantear la participación de la ciudadanía en la toma de decisión de los estados.
P: ¿Revuelta antiseñorial, revolución burguesa o movimiento antifiscal?
R: A lo largo de los siglos ese movimiento ha sido arrimado a su sardina como un ascua por los distintos gobiernos. Cuando ha habido revoluciones liberales en los siglos XVIII y XIX los tuvieron como ejemplo. Luego, los revisionistas de finales del XIX y del XX dijeron que fueron revueltas populares para mantener sus propios privilegios porque el Rey venía con otras ideas, más absolutistas, a una España distinta a la de los Reyes Católicos y las Cortes de Castilla. En este V Centenario queremos aclarar con bases científicas qué es lo que ocurrió y las consecuencias que tuvo para Europa. Lo que sí está claro es que cambió radicalmente la estructura medieval que había en España y la condujo a la modernidad.
P: "Castilla ha hecho a España y Castilla la ha deshecho", dijo Ortega y Gasset ¿Tiene Castilla y León el papel que se merece en España?
R: Tenemos que contextualizar. Castilla era toda España. Ya en aquel momento el rey Carlos I era rey de Castilla y Aragón unificados: era Murcia, Andalucía, Extremadura… por eso la revuelta de los Comuneros no solo se circunscribe a Castilla y León… si bien el núcleo potente estuvo aquí.
P: La conmemoración de este quinto centenario lleva por título ‘El tiempo de la libertad’. A raíz de aquella derrota se abrió el camino a un nuevo orden constitucional donde el pueblo pudiera formar parte del poder. ¿Cree que el Movimiento Comunero fue a la política española actual lo que Grecia a la democracia?
R: Ahora mismo estamos hablando de los valores democráticos que tenemos que potenciar. A lo mejor deberíamos volver a sentarnos todos otra vez y evaluar lo que está ocurriendo en estos momentos. Estamos viendo lo que está pasando en Cataluña en estos días, donde con la justificación de la libertad de expresión se están cometiendo actos vandálicos dentro de una democracia… y estamos hablando de que España es una democracia plena, una democracia asentada, una de las más potentes que hay en el mundo. Por tanto, tendremos que plantearnos también, ya no digo una revisión, pero trasladar a la ciudadanía la educación en esos valores democráticos, en esos valores de libertad, pero también de responsabilidad que son fundamentales en una democracia.
P: El programa de actos organizados por la Fundación Castilla y León para esta centenaria conmemoración es muy ambicioso, y ofrecerá un nuevo balance desde una perspectiva global, entre ellas la investigación científica a partir de un congreso internacional en mayo.
R: Los especialistas que ya han presentado sus ponencias son de primer nivel mundial, y vamos a dejar ya claro qué es lo que ocurrió y, sobre todo, las consecuencias sociales y políticas que conllevó este movimiento en la sociedad hasta nuestros días. A partir de este momento ya no habrá interpretaciones de qué es lo que ocurrió. Asimismo, vamos a digitalizar todos los documentos de la época, para que los historiadores no tengan que hacer elucubraciones y sí interpretaciones. Hemos empezado por el documento de excomunión, que hemos restaurado, y muchos de los que están en la Gran Cancillería y el Archivo de Simancas también se digitalizarán y pondrán a disposición de los investigadores. Con posterioridad publicaremos todas las ponencias y debates. Tenemos el aval de todas las universidades de Castilla y León en el comité científico que hemos creado, tanto las públicas como los privados, con los mayores expertos en historia de esa época trabajando para que sea un congreso de gran relevancia.
P: La materia prima es una gran historia que sirve de argumento para creaciones cinematográficas y musicales…
R: Sí, estamos produciendo un documental con grandes historiadores en los emplazamientos emblemáticos de los alzamientos y momentos importantes, en Valladolid, en Salamanca, Burgos, y estarán por toda la geografía de Castilla y León para que los historiadores puedan plantear sus propuestas. Se estrenará en octubre. Tenemos además la ópera de Igor Escudero, que quedará para la posteridad como una obra musical que pervivirá a través del tiempo y que narra desde 1520 a la batalla de Villalar. También se estrenará a finales del verano. Y, finalmente, la exposición conmemorativa, una de las más importantes que se celebrarán en España este año. Ya se están acondicionando los espacios para exhibir tanto utensilios, documentos, armas, obras de arte, algunas cedidas por el Museo del Prado e instituciones de toda la geografía española. Se extenderá de abril a septiembre-octubre de este año. Esperemos que la pandemia remita lo suficiente y que pueda acercarse el mayor número posible de personas. Pero lo que más me llena de satisfacción son las propuestas que han hecho 65 municipios de Castilla y León para celebrar actos de diverso tipo dentro de la conmemoración del centenario; desde el primer momento quise transmitir el deseo de que participara el mayor número posible de castellanos y leoneses; es un evento lo suficientemente trascendente para la vida de todos como para que todos nos sintamos parte de él. Queremos que todo el mundo se sienta partícipe de lo que ocurrió en Castilla y León. Finalizó en Villalar, sí, pero todas las grandes ciudades de Castilla y León fueron partícipes.
P: La Fundación de Castilla y León pone este año el acento en el papel de las mujeres, con un merecido reconocimiento a la relevante figura de María Pacheco, María Coronel o Ana Abarca, entre otras. ¿Cree que ya era hora de reconocer la participación femenina en el movimiento comunero?
R: En todo movimiento social la participación de las mujeres es imprescindible y fundamental. Es cierto que sabemos quiénes estaban escribiendo la historia hasta este momento, y cuando la escriben los hombres siempre tratan de minimizar ese papel. Y por supuesto que estas mujeres, y muchas otras, fueron fundamentales para que cuajara el movimiento en la sociedad civil.
P: A pesar de que ideologías de distinta naturaleza se reconocen en el proceso de los comuneros, ¿por qué cree que la conmemoración de la Batalla de Villalar es hoy motivo de división entre territorios y sensibilidades en Castilla y León? Especialmente el leonesismo cataloga el Día de Castilla y León, el 23 de abril, como la pretensión de la Junta de “consolidar una identidad artificiosa, inexistente: amalgamando a todos bajo la etiqueta de castellanoleoneses. O somos leoneses, o castellanos; ¿Híbridos? No, gracias”, aseguran.
R: Esto ya se cerró hace cuarenta años, prácticamente, desde 1983. Nuestro estatuto de autonomía fue él último que se aprobó, dándole carta de naturaleza a la Constitución. Yo creo que está cerrado, es un debate absolutamente artificial el que se ha creado por una parte de la ciudadanía de una de las provincias de Castilla y León. ¡Claro que hay desequilibrios! A lo mejor tendríamos que habernos planteado antes esa vertebración. Castilla y León es la comunidad más grande de España y la tercera de Europa. Necesitaríamos solucionar esos desequilibrios que se han ido generando y que ¡ojo! también existían cuando se creó esta comunidad y se han ido modificando o intentando arreglar. Tendríamos que identificar dónde están esos desequilibrios sociales, económicos, industriales, poblacionales, para solucionarlos. En definitiva, tenemos que vertebrar mucho mejor esta comunidad autónoma. Todavía quedan provincias como Soria, que no tiene una autovía directa con el resto de las provincias de Castilla y León. Tampoco entre León y Valladolid. O las necesidades de Ávila. Tenemos que aprovechar la grandísima oportunidad que se nos presenta con los fondos europeos y con el Corredor Atlántico, que sería una ocasión maravillosa que tendríamos que estar aprovechando ya para vertebrar esta comunidad. Va a ser el Camino de Santiago de la Edad Media, donde podríamos ser ese nudo de unión entre el Atlántico, Portugal, hasta el centro de Europa, pasando por prácticamente todo el territorio de Castilla y León. Y eso es lo que tenemos que hacer y no intentar dividir. Yo puedo entender que haya gente que esté disconforme, o que crea que no se le trata de una forma equitativa. Yo, que conozco los presupuestos de Castilla y León, que he trabajado en ellos no solo en esta legislatura, sino también en la anterior, puedo decir que en los Presupuestos de Castilla y León no hay territorios maltratados, no hay ciudadanos de primera y de segunda en nuestra comunidad autónoma. El reparto presupuestario se hace de forma equitativa intentando ayudar a mejorar los posibles desequilibrios que tenemos.
P: ¿Cree que esta vertebración ayudaría a fomentar este sentimiento de pertenencia?
R: El sentimiento de pertenencia lo tenemos todos los días quienes vivimos en Castilla y León.
P: Los alcaldes de las capitales de provincia no piensan lo mismo… reconocen que Castilla y León "se ha consolidado y progresado" pero que no existe un "sentimiento identitario" y desde León se reclama el reconocimiento de su doble regionalidad.
R: Hay algunos que no, sabemos cuál es el peso específico de ese grupo político que está propiciando ese tipo de situaciones. En las Cortes, de los 81 procuradores solo hay uno que promueve ese leonesismo exacerbado. No es tanto una sensación de pertenencia sino un orgullo de ser de Castilla y León: de nuestro patrimonio cultural, gastronómico, artístico y tradicional. Claro que estamos orgullosos de levantarnos todos los días y trabajar como castellanos y leoneses. El sentimiento de pertenencia a una tierra no es lo que se busca. Estamos viendo lo que ocurre cuando esos sentimientos identitarios se trasforman en otra cosa, cuando buscan privilegios en vez de igualdad; lo que conllevan son explosiones de violencia incontrolada. Debemos buscar entre todos el sentimiento de equidad de todos los ciudadanos, el bien común de todos los territorios de España y de Castilla y León. Cuando alguien quiere ser distinto lo que quiere es ser mejor, tener privilegios en vez de plantear ser solidario. Si miramos muy cerquita de León, en alguna comunidad uniprovincial, veríamos que ni se produce más PIB, ni su capacidad de industrialización es mayor, ni en reparto está mejor que la propia provincia de León.
P: El Estatuto de Autonomía de Castilla y León tiene ya 38 años. ¿Se adapta a la actual realidad social y política de esta comunidad autónoma o necesita algún retoque?
R: Siempre se pueden hacer retoques a todas las cartas magnas: la Constitución, el Estatuto… nosotros lo intentamos en la legislatura pasada. Nuestro grupo parlamentario fue el que propició empezar a hablar para adecuarlo a la realidad actual de la propia sociedad castellano y leonesa, y vimos que ni el Partido Popular ni el Partido Socialista estaban por la labor. En cuestiones tan básicas como los aforamientos, fuimos los primeros en decir que ese privilegio que pudiéramos tener los representantes políticos en Castilla y León no tenía ningún sentido que siguiera vigente, y no fuimos capaces de sacarlo adelante. Primero, porque el PP no fue capaz de aprobar esa eliminación de aforamientos. Finalmente, este año hemos conseguido que el PP aceptara nuestra propuesta, pero el PSOE no tiene ninguna intención en esta legislatura. Buscan justificaciones ‘de mal pagador’ -a lo mejor no es la expresión más adecuada-, pero que no tienen ningún sentido al intentar introducir en el debate cualquier otro condicionamiento. Deberíamos sentarnos, dar otra vuelta al Estatuto de Castilla y León, y ver si podemos mejorarlo. En estos 38 años hemos tenido los mejores 38 años de nuestra sociedad castellano y leonesa, el nivel de bienestar conseguido en este periodo de paz y de progreso no tiene parangón en nuestra historia. Y a ello ha contribuido nuestro Estatuto de Autonomía. Pero siempre se puede mejorar.
Espacio patrocinado por las Cortes de Castilla y León a través de la Fundación de Castilla y León