Tanto Patricia Gómez (Grupo Socialista) como Pablo Fernández (Podemos) argumentaron, en declaraciones al término de la Junta de Portavoces, que la sede de las Cortes es lo suficientemente amplia y tiene espacio para que Montero tenga un despacho “con intimidad” para su trabajo y sin tener que compartir la biblioteca con sus trabajadores y usuarios.

En el escrito remitido a la Mesa de las Cortes, la exprocuradora de Cs informó de que se le ha asignado "un ordenador portátil con las licencias correspondientes, una cuenta de usuario en el sistema de información con acceso al sistema de impresión y acceso al correo electrónico e internet”.

Añade, en el mismo, “un puesto de trabajo con mesa y, opcionalmente, una 'dock station' con monitor, teclado y ratón para acoplar el portátil" que podrá colocar en la "mesa y silla de trabajo, con flexo, cajonera, armario alto y armario bajo en la biblioteca de la sede de las Cortes".