El Ayuntamiento de Valladolid ha comunicado hoy su intención de realizar una rehabilitación integral del histórico Puente Colgante –el primero de estas características construido en España hace 156 años-. Para ello, el equipo de gobierno ha aprobado, de momento, el expediente de contratación del servicio del servicio de redacción de anteproyecto, redacción de proyecto y de asistencia técnica a la dirección de las obras que mejorarán de forma sustancial el segundo puente que unió a finales del siglo XIX las dos orillas del Pisuerga.
El contrato, aprobado en la Junta de Gobierno e impulsado por la Concejalía de Movilidad y Espacio Urbano a través del Servicio de Espacio Público e Infraestructuras, cuenta con un presupuesto de licitación de 42.350 euros, si bien, dada la complejidad de los trabajos a abordar se ejecutará durante 3 ejercicios, estando prevista la entrega y finalización del proyecto en el año 2023, tal y como se ha informado a través de un comunicado.
Con la redacción de este anteproyecto se expondrán las características principales de las actuaciones a llevar a cabo en el puente, tomando como base el documento de estado y patologías redactado por la empresa Incidec, que será aportado por el Ayuntamiento. Se definirán cuáles son las actuaciones necesarias en orden a mantener y conservar el puente resolviendo todas y cada una de las incidencias descritas en el documento de patologías previas.
Teniendo en cuenta la intención municipal de eliminar el tráfico rodado del mismo, y permitir únicamente el tránsito peatonal y de bicicletas -excepcionalmente vehículos ligeros de emergencias-, se establecerán diferentes alternativas para la eliminación completa de las actuales aceras y calzada y la conversión del tablero en un único elemento transitable, acorde con la estructura, estética e historia del puente.
El conjunto de las actuaciones de rehabilitación y las diferentes alternativas de tratamiento al tablero, deberán estar perfectamente definidas y valoradas, a fin de que el documento pueda ser sometido al examen y aprobación de la Comisión Territorial del Patrimonio Cultural de la Junta de Castilla y León. Se tendrán en cuenta criterios de accesibilidad universal, diseño para todos, sostenibilidad y protección ambiental y estricta protección patrimonial del bien catalogado sobre el que se pretende intervenir.
Para el paso posterior, la redacción del proyecto de rehabilitación, se tendrá en cuenta la aprobación previa realizada por la Comisión Territorial del Patrimonio Cultural de la Junta de Castilla y León y contemplará el total de actuaciones de rehabilitación descritas en el documento de anteproyecto, incluyendo la solución adoptada para el tablero. Deberán tenerse en cuenta las posibles condiciones que a tal efecto establezca la Confederación Hidrográfica del Duero en relación con el cauce del río Pisuerga y sus afecciones con las obras de rehabilitación.
En ese documento también se incluirán la definición de las obras de urbanización necesarias para completar la peatonalización total del puente, en concreto las necesarias tanto en su margen derecha, hasta la intersección con la avenida de Salamanca, como en su margen izquierda hasta el paseo del Cid.
Por último, para la ejecución correcta de las obras, y dado lo específico de los trabajos a realizar, se precisa la concurrencia de la asistencia técnica a la Dirección de Obra municipal.
Puente histórico
El Puente Colgante (o Puente de Prado) es un puente sobre el río Pisuerga en la ciudad de Valladolid, sobre la calle a la que da nombre y uniendo la avenida de Salamanca con el Paseo de Zorrilla. Es el segundo más antiguo de la ciudad, tras el Puente Mayor, que fue el único paso del río durante 800 años. La estructura actual es un puente de tipo arco atirantado (bowstring) formado por dos grandes celosías metálicas que sujetan el tablero que se inauguró el 20 de abril de 1865, siendo el primer puente de su tipo construido en España.
Sobre su mismo emplazamiento se proyectó y se comenzó la construcción en 1852 de un auténtico puente Colgante, cuya ejecución quedó paralizada en 1854 cuando sólo se habían ejecutado los estribos. Es obvio que la segunda estructura heredó de la primera, además del emplazamiento y los estribos, engañosamente el nombre, que se mantiene hasta la actualidad.
Aunque sus partes fundamentales (estribos y arcos) se encuentran en su estado original, pronto debieron comenzar las obras de conservación y adaptación de esta estructura, en particular de su tablero. Ya en 1869, apenas cinco años después de su inauguración, fue necesario realizar unas obras de reparación del piso.
En 1889 se llevó a cabo un refuerzo de las vigas que soportan el tablero, y en 1916 se reformó la calzada, obras con las que el ligero peso de madera original fue sustituido por un firme convencional.
En 1995 la Junta de Castilla y León abordó una restauración completa de la estructura, con sustitución del piso del tablero con un trámex metálico para recuperar su ligereza original y tratamiento anticorrosión de la totalidad de las partes metálicas.