Con algo más de diez minutos de retraso, alrededor de las 12:40 horas, en el complejo de la Consejería de Presidencia de la Junta de Castilla y León, Verónica Casado, Francisco Igea y Francisco Suárez-Quiñones enfilaban su primera comparecencia tras el Consejo de Gobierno después de dos semanas sin esta sesión por descanso vacacional.
Uno de los asuntos más en boga de los últimos días es la propuesta de determinadas comunidades autónomas a la hora de reducir el período de seis meses para que, quienes hayan sido contagiados por Covid, puedan ser vacunados. “Actualmente se está valorando en la Comisión de Salud Pública, con una franja de adelantarlo a entre cuatro y ocho semanas, y ésa es nuestra postura”, aseguraba, rotundamente, la consejera de Sanidad de la Junta.
Asimismo, sobre una futurible, y posible, inoculación de la tercera dosis de la vacuna contra la Covid, Casado afirmaba que se deben “a los estudios científicos y no a los intereses de las compañías farmacéuticas”, poco antes de asegurar que, si bien se contempla, se valora un proceso similar al que tienen otras vacunaciones, como es el caso del suero contra la gripe, “en poblaciones diana, como personas con el sistema inmunológico débil o personas mayores”.
Por su parte, el vicepresidente y portavoz de la Junta, Francisco Igea, que pudo dedicar unos segundos para dar la bienvenida a los allí presentes tras su regreso vacacional, también pudo valorar que “el rechazo a las vacunas, el grado de antivacunas, es, prácticamente, residual”, congratulándose de vivir en una sociedad que ha permitido que España se sitúe a la cabeza en el índice de vacunación a nivel europeo y mundial. Por otra parte, al ser cuestionado por ese personal sanitario “residual” que se ha mostrado reacio a vacunarse, apostilló que “hay muchos médicos a los que les dan miedo los médicos”, incluyéndose a sí mismo en ese cupo. “Aun así, pese a ello, también me vacuno”, zanjó.
También ha querido reiterar la necesidad “de una nueva legislación de salud pública y una ley de pandemias”, algo que, tal y como apuntó Igea, “no ha llegado más de un año y medio después de que todo comenzara”. “El Gobierno y el Parlamento tendría que ser capaz de dotarnos de las herramientas para que estas situaciones, que se repetirán por la globalización y el cambio climático, entre otros factores, puedan solucionarse”, concluyó.
El tercero de la foto, el consejero de Fomento y Medio Ambiente, Suárez-Quiñones, valoró de una manera muy positiva la actuación, compromiso y responsabilidad de todos aquellos que han colaborado a reducir los incendios que tuvieron lugar desde el pasado viernes. “Se trata de un incendio sin precedentes” en el que, a falta de los estudios pormenorizados para determinar, de manera exacta, el alcance, en superficie arrasada, de las llamas, se cree que “no será menor de 12.000 hectáreas de terreno”.
Además, al ser cuestionado por las dudas sembradas en torno a la actuación y tiempo invertido en ella de los efectivos de cara a controlar el fuego, Quiñones los desmintió categóricamente. “Desde las 10:27 horas del viernes, cuando se recibe el primer aviso de un coche en llamas, hasta que se despliega el primer helicóptero, transcurren 27 minutos”, según el consejero, teniendo en cuenta que hay que restar diez de ellos que se deben al tiempo mínimo para iniciar el proceso de despegue. “Seis efectivos iban en ese primer helicóptero, que llegó a realizar 20 descargas de agua, desde las 11:10 horas”, zanjó Quiñones.
La vuelta al colegio, que se prevé para el 15 de septiembre en el entorno escolar, también ha sido tratada en la rueda de prensa cuando Igea aseguró que el plan de regreso, como el año pasado, “está pensado para altas incidencias y, además, se ha demostrado que lo más seguro es la docencia en los centros escolares”. Una vuelta al ‘cole’ que, para algunos, se adelantó a las medianías del mes de agosto, en el día de hoy.