El procurador y coordinador de Podemos en Castilla y León, Pablo Fernández, ha llegado con ganas a la sesión de las Cortes de Castilla y León y ha tenido un cara a cara con el vicepresidente de la Junta, Francisco Igea, que ha sido de lo mejor de la tarde. El leonés ha criticado duramente la ausencia de la consejera de Sanidad, Verónica Casado, en la sesión de hoy (por problemas de agenda). “Es inadmisible que no esté aquí dando la cara y haga la táctica del avestruz”, ha asegurado. Posteriormente se ha dedicado a criticar a Igea, al que ha acusado de “ansias de protagonismo” y de querer “ser el niño en el bautizo, la pareja en la boda y el muerto en el entierro, y tiene más pinta de esto último”.
Fernández ha afirmado que el Partido Popular está usando a Igea y a Casado “como cabezas de turco” para desmantelar la sanidad rural de Castilla y León. “Ha encontrado a los perfectos colaboradores para tal fin, bajo el eufemismo de restructuración es la puntilla para la sanidad de nuestros pueblos, ¿quién se va a quedar a vivir en los pueblos sin los servicios básicos?”, ha preguntado. Además ha recordado que el propio partido de Igea, Ciudadanos, y el socio de Gobierno, el PP, han votado en contra de la famosa reforma sanitaria en la Comunidad. En el cinismo político del PP les han apuñalado por la espalda porque es el mismo plan que quiere Mañueco por mucho que quiera recular", ha sentenciado el político de Podemos.
"Cara de vampiro recién levantado"
Después de estas palabras ha llegado la réplica del vicepresidente de la Junta. En primer lugar ha reprochado que se critique la ausencia de Verónica Casado, que “ha comparecido en 13 ocasiones por dos de la Ministra de Sanidad”, por eso ha calificado a Fernández de “tener cuajo”. Aunque el dardo ha llegado cuando le ha recriminado que el pasado viernes no estuviera en una Comisión “por motivos de salud, cuando lo que tenía era problemas de ‘monedero’”. En una alusión al encuentro que mantuvo Pablo Fernández con Juan Carlos Monedero, además la ha reprochado que haga esto ganando 94.000 euros al año. La puntilla fue cuando le ha calificado de tener cara “de vampiro recién levantado”.