Suena el teléfono del colegio. “Buenos días, me gustaría hacer una visita al centro para conocerlo mejor y llevar a mi hijo. Pero... ¿su colegio es bilingüe?”. “No”, responde la directora. “Entonces sí estamos interesados”. Esta es la conversación que en los últimos meses más se ha vivido en muchos los colegios de Castilla y León. Son muchos los padres que no están dispuestos a pasar por el ‘trago’ de que sus hijos acudan a un centro donde se imparten materias en inglés o en francés. Es un resumen del fracaso que ha supuesto la implantación del bilingüismo en la última década.
Este curso que acaba de iniciarse han sido el María Auxiliadora (Primaria y Secundaria) y Misioneras de la Providencia, en Salamanca, y el colegio público Antonio Allúe Morer, de Valladolid, los que se suman a los que ya tomaron esta decisión en los años anteriores como el IES Leopoldo Cano de Valladolid, el instituto Adaja de Arévalo (Ávila) y el CEIP Isabel de Castilla en Serrada (Valladolid). ¿Por qué se ha llegado a esta situación? Pues se podría resumir con una simple frase, “si no sabes inglés cómo vas a saber hacer operaciones matemáticas en este idioma”. Pero detrás de esta marcha atrás hay algo más que los directores y padres nos detallan ante la llamada de El Español Noticias de Castilla y León.
Salesianos María Auxiliadora en Salamanca: “El cambio ha sido normal y todos estamos satisfechos”
Hace tres años en el colegio Salesianos María Auxiliadora en Salamanca ya se tomó la decisión de acabar con el bilingüismo en Secundaria y ahora, desde el pasado mes, lo ha extendido a Primaria. “Al ser un proceso gradual”, apunta el director Antonio Pindado, el próximo curso (22-23) comenzará, por tanto, con el bilingüismo para los alumnos de Cuarto de la ESO y en todas las clases de Primaria, salvo en Primero.
Los primeros días de clase han “sido normales”, explica Pindado, que cree que como ya tenían experiencia en estas lides “hace que sea sencillo y no convulsivo”. Una decisión que fue sopesada por profesores y colegios porque el “bilingüismo no ha demostrado ninguna mejora en el rendimiento académico”. Además ha supuesto una “exigencia máxima” ya que todos los profesores tienen que tener un nivel B2 de idioma “que es excesivo y que nos limita mucho”.
Además, los propios escolares se han encontrado “con una barrera”. No obstante, el director del centro salmantino rechaza la idea de que hayan abandonado la segunda lengua, todo lo contrario, “lo que hacemos es apostar por las clases de inglés y lo hemos hecho incrementado las propias horas de la asignatura”. Por último, Pindado confirma la situación de muchas familias justo antes de escolarizar a sus hijos: “ Más de una familia ha respirado tranquila cuando se ha enterado de que no teníamos bilingüismo, los padres también ven una exigencia para ellos”.
Misioneras de la Providencia: “La solución pasa por aumentar las horas de inglés”
También en Salamanca, y este curso, las aulas del Misioneras de la Providencia, han dicho ‘goodbye’ al doble idioma. Su directora Soledad González lo explica claramente. “Analizamos la situación y no veíamos que el enriquecimiento del idioma añadiera algo, todo lo contrario”. Lo fueron viendo y decidieron tomar una decisión que contó con el apoyo del equipo directivo, y fue contrastada con el claustro de profesores y el Consejo Escolar.
La pregunta que los padres hacían era familiar. “¿Las asignaturas son en bilingüe? Pues no, lo siento”. Hoy en día, la directora cree que los padres son conscientes de lo que supone y son contrarios. Este año se ha eliminado en Primero de la ESO, el año que viene será en Segundo porque es “progresivo”. En este centro escolar salmantino también tienen claro que la solución al idioma pasa por incrementar las horas de inglés. “No podemos estropear inglés y también otras asignaturas por no saber el idioma”, sentencia.
Colegio Allúe Morer en Valladolid: “Se saben las cosas de memoria en inglés pero no saben identificarlas”
El problema del bilingüismo no solo se da en los centros concertados, también en los públicos. El ejemplo lo tenemos en el colegio Allúe Morer de Valladolid. Un caso muy curioso porque fue el primero en formar parte del programa bilingüe de la Junta de Castilla y León, en 2007. Ahora también lo abandona sin los resultados esperados. Y es que se ha demostrado que el bilingüismo supone un salto muy grande en la enseñanza.
El léxico y la gramática de los libros de asignaturas como Ciencias o Historia eran mucho más avanzados que los de inglés, por lo que a los escolares les costaba un gran trabajo comprender las lecciones. Es decir que los alumnos que suspendan inglés tienen muchas papeletas de hacerlo también con las asignaturas que se impartan en el idioma de Shakespeare. "Que los estudiantes se sabían, por ejemplo, el nombre de los huesos de memoria, como clavicle (clavícula) o ribs (costillas), pero no sabían identificarlos", recuerda la directora del centro Henar Rubio. “Lo que de verdad necesitan los alumnos es competencia lingüística en un idioma extranjero, no en Science (Ciencias); aprender a mantener una conversación en inglés y no cómo se dice gaviota, cuando jamás han visto una en Valladolid", sentencia la responsable del centro, en una entrevista con EL ESPAÑOL, donde se advierte que como este centro vallisoletano, son 90 los que lo han hecho en toda España.
Federación de Padres: “La Junta debería invertir en la formación de profesores”
Los padres son también los grandes sufridores de la moda del bilingüismo. María Capellán, de la Federación de Padres de Valladolid, tiene claro “desde hace muchos años” que este modelo de educación “funciona si los profesores son buenos o no”. Y para ello cree que la Junta no ha invertido dinero en la formación del profesorado, por lo tanto “hay muchos que no controlan y entonces deja mucho que desear”. Por esta razón entiende perfectamente que los centros escolares estén dando marcha atrás en este proceso. Además incide en la importancia de los profesores de conversación, “algo que en Castilla y León no se ha hecho por falta de inversión en un programa”. Capellán pone el ejemplo propio. Ella ha tenido a sus dos hijas en el mismo centro bilingüe. La mayor tuvo a una “gran profesora y preparada y no tuve problemas”, mientras que la pequeña ha llegado a tener cuatro profesores diferentes impartiendo inglés. “¿Cómo se va a enterar de algo con cuatro tipos de pronunciación diferentes? Es imposible”.
Como en Castilla y León, son muchos los centros escolares en el resto de España que han decidido cerrar la puerta al bilingüismo. Todos creen que la solución pasa por potenciar los departamentos de inglés, aumentando el número de clases e incluyendo en ellos a un auxiliar de conversación, un profesor nativo.