La despoblación es el principal reto al que se enfrenta Castilla y León desde hace muchos años. Una pérdida de habitantes que contrasta con el aumento de la población de cerdos. En enero del 2021 se registraron en Castilla y León 4.340.122 cerdos, una cifra que comparamos con las 2.394.918 personas censadas en la Comunidad, según el último dato del INE. Es decir, casi la mitad.
En estos momentos, Castilla y León es la tercera comunidad autónoma de España a la cabeza de macrogranjas porcinas con más de 550, solo por detrás de Cataluña y Aragón según los datos ofrecidos por Comarcas Vivas y Pisoracas, que no se cansan de denunciar el incremento “abusivo” de este tipo de granjas. Ellos defienden que el auge de las macrogranjas tiene consecuencias en la destrucción de ecosistemas y la disminución de explotaciones con un modelo productivo ganadero más sostenible. Por su parte, la Federación de Asociaciones de Productores de Ganado Porcino de Castilla y León (FEPORCYL) responde a las críticas “desde la legalidad” y “la evolución” que suponen.
Dentro de Castilla y León, Segovia es la provincia con una mayor cabaña, casi 1,2 millones de cerdos para 150.000 habitantes. El número es de ocho marranos por personas. En los últimos meses ha habido muchas manifestaciones contra nuevos complejos, aunque la mayoría han ocurrido en pueblos pequeños, por lo que no han tenido mucha visibilidad. La asociación Jóvenes por Castilla y León han realizado diferentes actos con el lema ‘Stop macrogranjas en Castilla y León, Futuro Digno’ con todas ellas pretenden reivindicar la necesidad de poner freno a la proliferación de este tipo de instalaciones en la comunidad autónoma. Son muchos los pequeños municipios que se reúnen para mostrar su protesta, para negarse, “queremos dejar a los hijos el pueblo que nos dejaron nuestros abuelos”, manifiesta.
Y para ello ofrecen también otro dato, en los últimos 10 años, el censo porcino ha crecido en un millón de animales y, sin embargo, 5.645 explotaciones de menos de 2.500 cerdos han dado de baja su actividad. Por el contrario, se han dado de alta 57 explotaciones de más de 3.500 cerdos. “Es como si en un pueblo de 1.000 habitantes con tres o cuatro tiendas de servicios ponen un centro comercial, es la ruina”. Incluso las bodegas de la zona de Ribera de Duero también se han unido contra este tipo de instalaciones.
"No vienen a crear empleo"
El Español Noticias Castilla y León habla con Pedro Gutiérrez, un agricultor de un pequeño pueblo de Palencia, Espinosa de Villagonzalo con menos de 200 habitantes, en una comarca donde tienen programadas 14 macrogranjas en un radio de 18 kilómetros. Tiene claro que estos proyectos no serán beneficiosos ni en el tema económico ni en el de medio ambiente. "Es cierto que te venden que será una mejora para la comarca, pero no es cierto. Son fábricas muy mecanizadas que no dan empleo, y al revés, las granjas que llevan toda la vida son las que están pagando las consecuencias”, afirma.
Este palentino, miembro de la Plataforma Comarcas Vivas y Pisoracas, reconoce que “muchos negocios se están cerrando” ya que son “producciones enormes que bajan mucho el precio y ante eso el ganadero de toda la vida no puede competir”. Gutiérrez recuerda que tocamos casi a dos cerdos por habitante.
Contaminación del agua
Para Gutiérrez existe también el problema medio ambiental. “Ya se ha demostrado que generan contaminación en el agua y tiene consecuencias en el olor”. Y pone de ejemplo Lérida, donde hay un centenar de pueblos sin agua potable. “En Segovia ya lo están notando en 30 pueblos y en Soria, en una decena”, apunta. “Las personas se están yendo porque no puedes ni usar el agua del grifo para lavarte, además producen plagas de mosquitos y roedores”, alerta.
No tiene duda de que esta situación ha provocado una “burbuja” del porcino que comenzó a surgir desde China, cuando la exportación era la gallina de los huevos de oro provocada por la fiebre porcina de aquel país. Sin embargo, ahora ya se ha pasado y el país del sol naciente no compra a España. Para el ganadero palentino, “la intención es abastecer el mercado europeo porque en muchos países están limitando el número de granjas al comprobar los problemas que causan”, comenta, mientras reconoce que echar un vistazo al boletín oficial de la Comunidad, (BOCYL) “es ver un anuncio de macrogranjas”.
Estos proyectos cumplen con la normativa, aunque en su opinión “los proyectos se maquillan para encajarlos con la ley”. Además comenta que las multas que se imponen a estas macrogranjas por vertidos en las aguas “son tan irrisorios” que no les afecta. Por eso, solicitan a las Administraciones Públicas que se comprometan a poner coto a las macrogranjas que “han crecido de manera descontrolada” y suponen un negocio “tremendamente lucrativo para estas empresas”.
Desde su plataforma tienen claro que los pueblos que se ven afectados por estas instalaciones “tienen que unirse” porque es una lucha “de David contra Goliat” y recuerda que una vez que se ponen en marcha “ya no hay marcha atrás”.
Lo que piensan los productores
Por su lado, no piensan así desde la Federación de Asociaciones de Productores de Ganado Porcino de Castilla y León (FEPORCYL) que esta misma semana ofrecía una rueda de prensa para responder a las opiniones negativas de quienes consideran excesivo el número de granjas. Su presidente Miguel Ángel Ortiz Latorre recordó que el número de cabezas de porcino por habitante, 35 en Castilla y León, está lejos de las 300 que acumulan países como Dinamarca u Holanda, entre otros europeos. “Creo que todos cabemos, pero no entiendo por qué desde algunos entornos quieren que vayamos hacia atrás. La ganadería ha evolucionado para bien de todos: del ganadero, del cliente, de la calidad alimentaria, del bienestar del animal y desde el punto de vista sanitario. Sin embargo, algunos quieren retroceder", afirmó en unas declaraciones recogidas por Ical.
Zamora y Segovia salen a la calle
En las últimas semanas, la gente está saliendo a la calle. Por ejemplo, la Plaza Mayor de Faramontanos de Tábara, en Zamora, fue testigo de cómo más de 200 vecinos se manifestaron contra la instalación de macrogranjas de ganado porcino, más concretamente tras el proyecto de Pozuelo de Tábara, la reactivación de las obras en la parcela de Faramontanos, tal y como se rezó en el manifiesto de ‘Pueblos Unidos de la Comarca de Tábara’.
También subrayaron que el motivo de la concentración es "recordar a las administraciones, empezando por los ayuntamientos y siguiendo por la Junta de Castilla y León, que seguimos oponiéndonos a estos proyectos de granjas industriales y que estamos muy vigilantes para que se cumpla la ley en todo momento”.