Castilla y León sabe a lechazo. Uno de los productos más típicos y que casi siempre suele estar presente en el menú de Navidad. Quedan menos de dos meses para las fechas ‘más entrañables’ del año, y los hogares de la Comunidad ya están haciendo cálculos de comida y, sobre todo, de dinero. La gran pregunta es, ¿será más caro este año el lechazo? Pues lamentablemente, en unos tiempos donde todo sube, este producto también lo hará. Así lo confirma el ganadero palentino Fernando del Olmo, que reconoce que se está viendo durante estos días “precios increíbles”, incluso “en algunas ocasiones más caros que nunca” en las lonjas.

¿Por qué? Pues en su opinión por varios factores que han provocado la tormenta perfecta: escasez, subida de algunas materias primas y mayor demanda. Como un buen lechazo, vayamos por partes.

Fernando del Olmo, padre, en su explotación

La pandemia vivida ha provocado que durante el pasado año muchos ganaderos dejaran su trabajo o sacrificaran algunas cabezas, por lo que se ha producido una escasez. Ante esto, está claro que el precio sube. Además, los castellanos y leoneses tenemos ganas de volver a comer en familia, por lo que la demanda aumenta. Y es que lo que también reconoce Del Olmo es que “las ventas serán buenas”. Al contrario de la pasada Navidad, ya se está comprobando en unos pedidos que esta vez sí, son por enteros y no por medios o cuartos, ya que ahora sí la familia puede juntarse al completo y sin restricciones.

Y lo que también ha provocado el aumento es la subida de las materias primas y de la famosa luz. “Todo repercute en el trabajo del ganadero”, apunta. Así, los piensos o el maíz para alimentar al rebaño han subido entre un 30 y un 40%. Y por supuesto la electricidad.

De 35 a 70 euros

Del Olmo, que pertenece a tres generaciones de ganaderos de ovino, mantiene la esperanza de que durante este mes de noviembre, “que será clave”, se puedan apaciguar “un poco los precios”. Asegura que en estos momentos el precio que le paga al ganadero por un lechazo entero es de 90 euros, dependiendo de la lonja, muy lejos de los 70 euros (IVA incluido) que se llegó a pagar durante la pasada Navidad. Y a años luz de los cerca de 35 euros que se abonó en plena pandemia. Ante esto, aventura que para el consumidor el precio final podría superar los 120 euros por pieza completa tras pasar por los intermediarios. Es más, comenta que ha hablado con dueños de restaurantes que ya han advertido de su intención de elevar el precio de su carta ante esta situación.

Imagen de la finca de Fuencaliente de Lucio

Fue, precisamente en plena pandemia, cuando esta familia palentina decidió apostar por la venta on line, y el atrevimiento tuvo un premio con su web ventadelechazo.com. “Fue una pasada”, exclama, y aunque este año han disminuido algo, las ventas siguen siendo muy aceptables mediante esta línea. “Mucha gente está repitiendo”, apunta, y saca pecho cuando habla de su modalidad preasada, que sale de las casi 3.000 cabezas que cría en Fuencaliente de Lucio, localidad cercana a Aguilar de Campoo.

IGP ve un leve aumento

Sin embargo, desde IGP Lechazo de Castilla y León, su directora técnica Beatriz Sánchez, advierte de que la subida “no tendría que ser muy alta”, aunque es cierto que su precio será más elevado que el del año pasado porque la subida de “la luz y el cereal nos afecta a todos”.

Atrás queda un año complicado en el que el cierre de la hostelería, en las diferentes olas, fue el principal lastre para la IGP Lechazo de Castilla que vaticina que esta Navidad “se volverá a cifras de otros años o superiores” ya que la “gente tiene ganas de volver a la normalidad”.

Muchos de los consumidores temen que durante estas próximas semanas, al comprar su lechazo le metan “gato por liebre”. Y es que en los últimos años ha florecido la llegada de productos procedentes de Francia, Italia o incluso Grecia. Por eso, desde la IGP advierten de que nos tenemos que fijar en algunos aspectos. Al lechazo autóctono de Castilla y León se le coloca cuatro vitolas en las cuatro patas que llegan hasta el plato del consumidor, estas vitolas llevan el logotipo del Consejo Regulador cuyos colores más representativos son el azul del cielo y el amarillo mostaza del cereal de Castilla y León (también llevan la silueta de un lechazo en el medio) rodeando el círculo pone I.G.P. Lechazo de Castilla y León. “Es importante añadir que también lleva el logo de la Unión Europea que corresponde a las IGP esto quiere decir que este producto está sometido a normativa Europea para garantizar su calidad, o lo que es lo mismo, el cumplimiento de la normativa”, afirma la presidenta.

Diferencia entre IGP y Tierra de Sabor

También hay diferencia entre el lechazo IGP y el de Tierra de Sabor. En este caso, los lechazos IGP sólo pueden ser de las razas autóctonas: churra, castellana y ojalada, lógicamente son lechazos producidos en Castilla y León. Mientras que los de Tierra de Sabor son lechazos también producidos en la Comunidad, pero de otras razas. “Ni los de I.G.P. pueden ser de  otras razas que no sean las autóctonas, ni los lechazos de Tierra de sabor pueden ser churros, castellanos u ojalados”, explica. «La calidad es la que sobrevive en épocas de crisis», concluye Sánchez.

Castilla y León sigue a la cabeza de producción de ganado ovino a nivel nacional y aglutina casi el 34,7 % del total nacional, que hasta septiembre ascendía a casi cuatro millones de sacrificios.

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