El consejero de la Presidencia ha hecho entrega de las medallas a las víctimas del terrorismo de la Comunidad en un acto en Burgos en el que ha reivindicado mantener la memoria del terrorismo que es contraria al olvido, como forma de encuentro de las víctimas con la sociedad. En el acto se ha reconocido a 11 personas y se ha entregado una placa a Teresa Jiménez Becerril por el trabajo desarrollado en la Fundación Alberto Jiménez Becerril en defensa de la memoria, dignidad y justicia de las víctimas.
Esta mañana, en el Museo de la Evolución, el consejero de la Presidencia, Ángel Ibáñez, ha hecho entrega de las medallas a las Víctimas del Terrorismo de Castilla y León, acompañado por la presidenta de honor de la Fundación Alberto Jiménez Becerril y adjunta al Defensor del Pueblo, Teresa Jiménez Becerril, y Sebastián Nogales, presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo en la Comunidad. Al encuentro ha acudido el alcalde de la ciudad, el subdelegado del Gobierno, autoridades militares y representantes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, representantes del poder judicial, del ámbito académico, de las Cortes Generales y de Castilla y León, del ámbito empresarial y otras personalidades de la sociedad burgalesa. El acto ha contado con el acompañamiento artístico de la soprano burgalesa Nohemy García, y de un cuarteto de cuerda de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León.
El consejero de la Presidencia ha hecho entrega de las distinciones a once personas procedentes de diferentes lugares de la Comunidad en un acto muy significativo para la Junta de Castilla y León, que tiene la obligación moral de distinguir nítidamente quienes son los terroristas y quienes son las víctimas, ofreciendo a estas la victoria moral que supone ofrecer el relato de la verdad. Además, se ha hecho entrega de una placa a Teresa Jiménez Becerril, en agradecimiento al permanente trabajo desarrollado por la Fundación Alberto Jiménez Becerril en defensa de la memoria, dignidad y justicia para las víctimas del terrorismo.
"Dignidad"
Ibáñez ha ensalzado que este tipo de reconocimientos son una cuestión de dignidad, “especialmente en estos tiempos convulsos en el escenario político nacional, donde entran en juego la retribución moral a verdugos por encima de las víctimas, esta Comunidad quiere demostrar nítidamente al lado de quién se ha de estar, con las víctimas y con sus familias”.
El consejero se ha dirigido a las víctimas recordando que es un honor para la Junta reconocer su historia y valía, “gracias por dar un paso adelante, gracias por defender la virtud de la libertad y la vida frente a la sinrazón y la barbarie. Gracias por dejarnos formar parte de un pasado y una memoria que, aún cargada de dolor, augura un futuro en el que seguir conquistando y defendiendo espacios necesarios para la reparación de las víctimas en la sociedad”.
Durante el acto, el consejero ha hecho referencia a la reparación de las víctimas, indicando que la ley autonómica establece un marco jurídico que contempla un singular régimen de protección para ellas y sus familias en cuestiones tan variadas como el acceso a la cultura, a la vivienda, en materia de educación, de acceso al empleo público y al mercado laboral.
Colaboración
Además, ha destacado la colaboración continua entre la Junta y la Asociación de Víctimas del terrorismo de Castilla y León, en acciones tan significativas como dar a conocer a los jóvenes y hacer recordar a la población la cruenta historia que ha marcado la sociedad, con el propósito de lograr una sociedad sensible, concienciada y atenta.
Ibáñez ha defendido en nombre de la Junta de Castilla y León y de su presidente, Alfonso Fernández Mañueco, que las víctimas no están solas y nunca lo van a estar, poniendo en valor el Estatuto de Autonomía que vincula los poderes públicos con la promoción de la cultura de la paz, de la tolerancia, del respeto y del civismo democráticos, rechazando cualquier actitud que promueva la violencia, el odio, la discriminación o la intolerancia, o que, de cualquier otra forma, atente contra la igualdad y la dignidad de las personas. “Ejercemos ese mandato con lealtad y con convicción. Porque somos una sociedad solidaria, en la que no pasa desapercibido ni es desatendido el sufrimiento de nadie”, concluyó el consejero.