La primera cata arqueológica llevada a cabo en la muralla tardorromana de la calle Carreras de León, previo a las obras de peatonalización en esa vía y en la avenida de los Cubos, ha sacado a la luz -a unos 70 centímetros de profundidad y tal y como se preveía- el arranque de los cubos semicirculares destruidos en 1906 para facilitar el tránsito de carruajes y de los primeros vehículos a motor.
En las próximas semanas se llevarán a cabo catas arqueológicas en la base de los restantes seis cubos de la muralla de la calle Carreras. Los arqueólogos no esperan grandes sorpresas, ya que es una zona muy investigada. Por de pronto, la aparición de la base semicircular del cubo a tan solo 70 centímetros de profundidad entra dentro de las previsiones.
Junto a la base de este cubo de la muralla han aparecido restos de un muro paralelo a la muralla, que, a falta de una investigación más detallada, todo hace indicar que correspondería al arranque de una de las casas adosadas a la muralla, construcciones muy típicas, como aún se puede ver en la avenida de los Cubos, donde aún quedan viviendas adosadas a la muralla. Es muy posible que la desaparición de estas casas adosadas a la muralla de la calle Carreras sea anterior a la demolición de los cubos.
La única incógnita que estas excavaciones pueden desvelar se refiere a si en la confluencia de la calle Carreras con la avenida de los Cubos la muralla se cerraba con una torre rectangular, parecida a la torre de los Ponce o a los restos recuperados en la calle Conde Rebolledo.
Una vez concluyan estas catas arqueológicos, cuya duración se espera que sea inferior a dos meses, se determinará si se conservan o no los restos de los arranques de estos cubos semicirculares o se vuelven a enterrar, con la condición de señalizarlos en la superficie una vez que se acometan las obras de peatonalización, señalan fuentes municipales.