Era el momento final de la campaña. Quince días en los que los socialistas han ido aumentando su ilusión por el cambio y han querido cerrar la campaña en su lugar fetiche, la Cúpula del Milenio de Valladolid. En ella estuvo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez cada vez que ha habido elecciones nacionales y le ha dado suerte. Razón más que suficiente para que el candidato a la Presidencia de la Junta, Luis Tudanca, no dudara en acabar estas dos semanas en el mismo recinto que también le dio suerte para imponerse en las urnas en 2019. Y lo hizo acompañado no solo por Sánchez, sino también por la ministra de Turismo, Reyes Maroto, la de Educación, Pilar Alegría, y el alcalde de Valladolid. Óscar Puente.
El mitin, al que acudieron cientos de personas que abarrotaron la Cúpula y dejaron a muchos en la calle porque no había más aforo libre, tuvo momentos de todo tipo. El presidente del ejecutivo comenzó fuerte. Más que en discursos anteriores. Lo primero, eso sí, pidiendo el voto para su compañero de partido porque “el cambio que ya quiso esta tierra en 2019 y se impidió desde Madrid, hay que conseguirlo concentrando el voto en Luis Tudanca”.
Porque dejó claro una vez más, que la elección es “entre PP y Vox, que representan la involución, o el cambio y la esperanza”. En las urnas, a su juicio, no se juega nada más, por lo que recalcó la necesidad de provocar un cambio “porque Tudanca lleva siete años trabajando a pie de calle y me va a tener a su lado para que esta tierra dé oportunidades a todos”. Para ello destacó la necesidad de variar el rumbo político porque “la política no es hacerse fotos delante de terneros o de ovejas, sino que es subir el SMI, revalorizar las pensiones o hacer la reforma laboral”.
Además, Sánchez volvió a echar en cara al PP su negativa a apoyar cualquier medida del Gobierno. “España no se merece, ni Castilla y León se merece a este PP de Casado y Mañueco”, indicó tras destacar el informe de los letrados del Congreso de los Diputados que cierra la puerta a su acusación de “pucherazo” contra la Mesa del parlamento.
Tudanca, por su parte, hizo un discurso muy similar al de los actos anteriores. Tranquilo, sosegado, con propuestas en positivo y haciendo un repaso detallado de su programa electoral. Además, mostró su confianza en ganar las elecciones del próximo 13 de febrero, aunque hizo hincapié en que “no es solo ganar, es gobernar”. Por eso espera que el domingo “los castellanos y leoneses van a dar una lección al PP que no olvidarán”.
Asimismo, el líder autonómico del PSOE mostró su intención de ser “el primer presidente feminista de Castilla y León” reconociendo, eso sí, que “los hombres tenemos todavía mucho que aprender de feminismo, pero tengo muy claro que en esta tierra nosotros no vamos a dar ni un paso atrás” en cuanto a los derechos de las mujeres.
Puente, muy crítico con el Partido Popular
Quien no dudó en hacer el papel que antaño hacía en los mítines Alfonso Guerra fue el alcalde de Valladolid, Óscar Puente. Sin estridencias, sin gritos, pero con una ironía socarrona muy similar a la del que fuera muchos años número dos del PSOE. Ambos comparten amor por el teatro que practicaron de jóvenes y quizá eso les hace muy parecidos en la puesta en escena. “Mañueco se equivocó de botón al convocar elecciones y quiere cambiarlo por el de no elecciones apelando a un error informático y este cambio ya no lo para nadie”, empezó el regidor.
Tras ello recordó los 35 años que lleva el PP ostentando el poder en Castilla y León, un tiempo que “si me dieran a mi como alcalde convierto a Valladolid en Nueva York y me traigo el mar”. Muy al contrario, a su juicio, de lo que ha hecho el PP.
Por último, Puente hizo mención a que al principio de la campaña “Mañueco quiso plantearlas contra Sánchez. Y después ya no, porque Sánchez ganó unas primarias limpiamente aún estando en contra del aparato, mientras que Mañueco, teniendo el apoyo de la dirección del partido, tuvo que hacer trampas para ganarlas”.
Reconocimiento a Demetrio Madrid
En el acto también intervino la cabeza de lista a las Cortes por Valladolid, Pilar Gómez Urban. Su intervención fue de las más aplaudidas. Sobre todo, cuando expuso que “el referente del PP es el de la Gurtel, la Púnica o la vida en la que, menos los niños y los camareros, pasaron todos por la Plaza de Castilla, mientras que el nuestro es Demetrio Madrid”. Fue nombrar al último presidente socialista de Castilla y León y ponerse en pie todo el público para aplaudir al veterano socialista presente también en el acto.
Gómez cerró su discurso con una reflexión contundente: “Al PP le tiemblan las piernas porque solo quedan dos días para que Luis Tudanca sea presidente”. Si será así o no se sabrá el próximo domingo.