La Guardia Civil de Segovia, en el marco de la operación denominada "Car-Shell", detuvo a dos personas e investiga a una tercera por su presunta pertenencia a un grupo criminal especializado estafas online de compraventa de vehículos. Se esclarecieron un total de siete delitos en las provincias de Segovia, Madrid, Valencia y Castellón, en los que se consiguieron 12.500 euros.
La investigación comenzó por una denuncia ante la Guardia Civil de Segovia de una mujer que manifestó haber sido víctima de una estafa en la compra de un coche a través de un conocido portal de compraventa de vehículos en internet. Tras entregar la cantidad de 2.000 euros en concepto de reserva, no volvió a saber nada del presunto vendedor.
Los agentes averiguaron que la cuenta bancaria donde iba destinado el dinero se había abierto en localidad de Castro Urdiales (Cantabria) y que el titular era la persona que había contactado con la denunciante a través de las redes sociales, y éste había interpuesto denuncia por usurpación de estado civil, hecho bastante común en este tipo de delitos.
El Equipo de la Comandancia de Segovia, tras analizar la información obtenida, observó que dicha cuenta había recibido, en reiteradas ocasiones, transferencias de dinero de importes considerables, de personas residentes en la Comunidad Valenciana y Madrid. Tras contactar con las mismas, aseguraron que habían accedido a portales de compraventa de vehículos y habían realizado el pago por la compra de un vehículo por transferencia bancaria.
A través de anuncios de internet
Según la Guardia Civil, los estafadores colgaban anuncios de venta de vehículos en Redes Sociales y plataformas de compraventa de vehículos en internet. Cuando las víctimas contactaban con ellos, un supuesto vendedor les respondía mediante correos electrónicos creados al efecto y utilizaban DNI usurpados para establecer un marco de confianza con las víctimas.
Todas las comunicaciones se producían de manera telemática, asegurando los supuestos estafadores que los vehículos comprados se entregarían en el domicilio de las víctimas, incluso imitaban facturas de empresas de transporte reales, para dar verosimilitud al proceso de compra y envío.
El grupo criminal utilizaba cuentas bancarias para la recepción del dinero estafado, las cuales abrían días antes de producirse la estafa y se cerraban poco después. En este proceso se producía un blanqueo de capitales transfiriendo el dinero a otras cuentas, reintegrándolo en cajeros o mediante la compra de criptomonedas, desconectándolo del delito principal y dotándolo de apariencia de legalidad.
La apertura de estas cuentas bancarias se realizaba de forma online por personas llamadas mulas encargadas de mover el dinero, usurpando la identidad de terceras personas. La compra de criptomonedas es el último paso que cierra el círculo, retornando el dinero estafado ya blanqueado al resto de integrantes del grupo criminal.
Las detenciones se llevaron a cabo por el Equipo de Investigación Tecnológica de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de Segovia y el Equipo de Segovia y Castro Urdiales (Cantabria). Las diligencias instruidas fueron puestas a disposición del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Nº3 de Segovia.