Tras la resaca de la noche electoral de ayer en la que Vox se disparó hasta los 13 escaños convirtiéndose así en la tercera fuerza política de Castilla y León y llave para que el PP de Alfonso Fernández Mañueco pueda formar Gobierno, el candidato de los de Santiago Abascal, Juan García-Gallardo, ha comparecido por la mañana para hacer una primera valoración de estos resultados.
"Aún no me ha llamado Mañueco", ha informado, pero "si alguien cree que vamos a abstenernos para facilitar un Gobierno al PP, se equivoca. No venimos a ser la muleta de nadie", ha asegurado.
"Vox no es como Sánchez, aquí venimos a cumplir nuestro compromiso con nuestros votantes, y no nos han votado para que se sigan aplicando las mismas políticas de izquierda en Castilla y León sino para cambiar las cosas".
"Atados de pies y manos por Génova"
García-Gallardo ha asegurado esta misma mañana que no es momento de hablar de consejerías sino de "cambiar el rumbo de los castellanos y leoneses para que dejen de aplicarse las políticas de izquierda del Partido Popular".
El candidato de Vox asegura estar convencido de que tanto el adelanto de elecciones en la Comunidad como su rechazo a una política de pactos con Vox, "se debe a que el Partido Popular de Castilla y León está atado de pies y manos desde Génova", a la vez que ha añadido que espera que "Mañueco cumpla su palabra de anoche y se siente a negociar con todos", en clara alusión a que los populares los incluyan en su ronda de contactos.
Ley de Memoria Histórica y Democrática de Castilla y León
El candidato de Vox ha adelantado que lo primero que haría su partido si cogobernara con el Partido Popular en Castilla y León sería "derogar las políticas de izquierda, como la Ley de Memoria Histórica y Democrática regional y las políticas de violencia de género".
García-Gallardo ha querido desvincularse de las palabras de anoche de Santiago Abascal en las que en tono jocoso aseguró que a su candidato se le estaba "poniendo cara de vicepresidente", asegurando que "no es el momento de hablar de puestos ni consejerías cuando aún no nos hemos sentado a negociar con el PP", si bien ha aseverado que "los votos de Vox valen lo mismo que los de cualquier otra formación política, por lo que no pediremos más pero tampoco menos", en clara alusión al pasado gobierno de coalición entre el Partido Popular y Ciudadanos en esta Comunidad.
Estrategia aglutinadora de la España vacía
Según iban pasando los días de campaña electoral, Vox fue añadiendo cada vez más a su discurso su 'empatía' por las demandas de provincias como Soria, León, Zamora o Ávila.
Un discurso que pretende recoger el descontento de estas provincias y evitar que se produzca una atomización de partidos en Castilla y León o los ya conocidos como 'teruelazos'. Así, García-Gallardo ha vuelto a reafirmar hoy que "Vox va a recoger las demandas de los partidos de estas plataformas pero también de aquellas comarcas que no han recibido representación parlamentaria pero que han sido abandonadas por sistema".
El candidato de Vox ha asegurado, además, que en el ADN de Vox está la España de "las provincias y no de las Comunidades Autónomas, que sólo crean ciudadanos de primera y de segunda".
Por último, García-Gallardo ha lanzado un dardo a Mañueco al recordarle que "si decide no pactar con Vox, deberá atenerse a las consecuencias, porque estoy seguro de que no es eso lo que su electorado quiere".