Noche de victoria complicada para el PP y de derrota que sabe a victoria para Vox. El partido de Santiago Abascal no ha ganado estas elecciones, pero pasa de uno a trece escaños en Castilla y León con casi el 96% de los votos escrutados. Se convierte en tercera fuerza política en la región y en la llave para que el Partido Popular de Alfonso Fernández Mañueco, con 31 escaños y ganador de estos comicios pero lejos de la mayoría absoluta, pueda volver a gobernar en esta Comunidad.
Abascal sabe que es llave para gobernar y espera tranquilo que sea Mañueco quien abra las negociaciones tras dejar claro en el mitin de cierre de campaña el pasado viernes que "el único partido" con el que gobernarían sería "con el Partido Popular".
Sin embargo, el Partido Popular de Castilla y León ha preferido durante toda la campaña evadir esta probabilidad y no abrir 'el melón' de los pactos. Hasta ahora.
Objetivo: echar a Sánchez del Gobierno
Las Elecciones Autonómicas de Castilla y León han sido de todo menos regionales. Y prueba de ello ha sido el despliegue de los partidos nacionales por incorporar en sus mítines a los pesos pesados de sus formaciones, así como las constantes referencias a las políticas centrales.
Y para Santiago Abascal obtener un buen resultado en Castilla y León era la primera piedra para extender su proyecto en el resto de España. De hecho, una de las primeras afirmaciones del presidente de Vox tras conocerse los extraordinarios resultados de su formación política, ha sido lanzar un mensaje claro en clave nacional: "Vox está a muy poco de echar a Sánchez del Gobierno", ha asegurado.
El anticipo de elecciones anunciado por Fernández Mañueco el pasado 20 de diciembre ha sido el trampolín de Vox para convertirse en tercera fuerza política y pasar de uno a 13 escaños en estos comicios. Una decisión que obliga ahora a los populares a replantear su discurso sobre su política de pactos.
Juan García-Gallardo, en la Vicepresidencia
"A Juan García-Gallardo se le está poniendo cara de vicepresidente" ha afirmado Abascal, dejando claro a los populares que Vox quiere entrar en el Gobierno y quiere hacerlo ocupando cargos de máxima responsabilidad para asegurarse de que su programa tenga cabida en las políticas de Castilla y León.
Unos resultados, los de hoy, que "superan nuestras expectativas", ha asegurado, y todo ello "a pesar de las casas demoscópicas tanto de los Tezanos de izquierdas como de los Tezanos de derechas que han intentado influir en vuestro voto".
Encima de la mesa "estará el programa de Vox y todas las demandas legítimas tanto de los partidos de las provincias abandonadas por el Partido Popular como de las que no han tenido representación, como El Bierzo", ha asegurado Abascal.
"Exigimos respeto al veredicto del pueblo soberano de Castilla y León. Vox tiene el derecho y la obligación de formar Gobierno en Castilla y León", ha advertido.
La tarde comenzó prudente en unos 'cuarteles generales' de Vox ubicados en el Hotel Palacio de Santa Ana de Valladolid en los que ninguno de sus altos cargos ha querido hacer una sola declaración previa a conocerse prácticamente el 100% del escrutinio, si bien es cierto que Iván Espinosa de los Monteros comentaba con algunos simpatizantes a eso de las 19 horas, que "doce escaños sería ya un resultado extraordinario".
Vox ha conseguido en Castilla y León pasar de 9.219 votos en 2015 y no estar en el Parlamento regional, a obtener el respaldo de 210.429 ciudadanos en estas elecciones, con un 17,63% de los votos. Un resultado que obliga al PP a reaccionar.
La 'pelota' en el tejado de Mañueco
Es la noche previa a los cálculos, las negociaciones y los pactos. Los 'populares' han preferido mantenerse durante toda la campaña en la evasiva a indicar con quiénes pactarían de no llegar a obtener una mayoría absoluta. Tan sólo la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, afirmó que ella de necesitar los votos de algún partido, prefiere los de Vox.
Sin embargo, Alfonso Fernández Mañueco no se ha movido durante toda la campaña electoral del discurso de gobernar con una "mayoría suficiente".
Un pronóstico que no se ha cumplido hoy para el Partido Popular, que ha subido dos escaños hasta los 31, pero que está obligado a encontrar un socio de gobierno estable con el que sacar adelante la próxima legislatura. Y los números sólo le indican la posibilidad de hacerlo con Vox, a no ser que llegue a un acuerdo con el PSOE de Castilla y León, cuestión no descartable pero muy improbable.