Don Benito y Villanueva de la Serena, las dos poblaciones extremeñas, se fusionan y pasan a ser un único municipio. Es la noticia de la semana, con permiso de la crisis del Partido Popular. Todavía no se sabe nombre ni condiciones, pero sus habitantes han votado en un referéndum que a partir de 2027 pasarán a estar unidos. Casi todo el mundo lo ve como una oportunidad de crecer y una solución a la despoblación. Una idea que algunos expertos en la materia como el profesor titular de Derecho administrativo de la Universidad de Valladolid, Antonio Calonge, ven “como una solución acertada” y “el camino a seguir” para una Comunidad como Castilla y León donde tenemos “inframunicipios” que provocan un gasto público excesivo y un desgaste de los servicios.
Es cierto que Don Benito, con 37.000 habitantes, y Villanueva de la Serena, con casi 26.000, nadie tiene que ver con los pueblos pequeños de Castilla y León, aunque para Calonge, esta “operación buena” también se puede llevar a cabo aquí, y recuerda que en todos los países de nuestro entorno europeo, lo han ejecutado y se han ido fusionando. El vallisoletano recuerda que este proceso “no ha sido sencillo” y que “no se hace de la noche a la mañana”. Calonge estuvo en contactos con un concejal extremeño que le explicó que la operación se ha ido haciendo con “una labor pedagógica”, y con “una gran generosidad de los dos alcaldes” que han rechazado presentarse a las próximas elecciones de ese nuevo municipio creado.
En Castilla y León, “el problema es catastrófico” pues está integrada por 2.248 municipios, lo que hace que ocupe, en cuanto al número de municipios, el primer puesto de todas las Comunidades Autónomas, Pero es que, cerca de 2.000 municipios tienen menos de 1.000 habitantes y 1657 tiene, aún, menos de 500 habitantes, lo que representa el 45% de los municipios españoles. Sólo 48 municipios tienen más de 5.000 habitantes, de los que 14 superan los 20.000 habitantes. Para Calonge, podemos afirmar, que está integrada de manera muy mayoritaria por inframunicipios” que forman “verdaderas administraciones fantasmas que poco más que se dedican a la organización de las fiestas del Santo Patrón pues no tienen capacidad para ejecutar ningún otro servicio”.
Las Mancomunidades no son suficientes
En nuestra Comunidad tenemos las mancomunidades, pero para Calonge no es la solución, ya que incide en que algunos municipios están “hasta en 10”, dependiendo del agua, de la recogida de agua, del interés turístico, etc. “esto no puede ser así”, apunta.
¿Qué beneficios pueden aportar esto? Pues en su mayoría de “prestación de servicio a los ciudadanos”, ya que les haría “estar dotados de la verdadera autonomía que dice la Constitución Española, y no como ahora, que se depende del Gobierno regional o de la Diputación Provincial de turno”. Para ello, pone de ejemplo que un municipio para pavimentar sus calles depende de que “se entre en el plan de ordenación” y de que la Diputación “les dé el dinero para que puedan hacerlo”. Por eso, para el profesor de la Uva, “si estamos hablando de municipios grandes no se necesitaría estar pendientes de estas ayudas”. Lo mismo ocurre, recuerda, con la ley de saneamiento de aguas y de depuradoras.
Desde Extremadura, los políticos han vendido su fusión como una gran apuesta por el empleo. En este caso, Calonge sí hace una aclaración. “En este caso estamos hablando de municipios más grandes, ellos se convierten en los terceros de su Comunidad. Aquí se vería en otros aspectos. Por ejemplo, en ese secretario que comparte varios municipios, pues si hacemos una fusión podemos tener personal para atender a todos los servicios y de una manera más especializada”.
Sin embargo, este proyecto no es fácil. La idea que pasa para el que fuera director general de Ordenación del Territorio y Planificación de la Junta es la de realizar un estudio en profundidad de la planta de Castilla y León. “Hay que tener en cuenta la voluntad municipal y es una operación que se debería haber afrontando hace décadas. Las mancomunidades no han funcionado. Y siguen sin hacerlo. Seguimos tirando esa patada adelante que tango gusta a este Gobierno del PP, que piensa que se resolverá el problema o no. Hay que implicar a la gente, porque como dijo Paco Igea si no cambiamos, lo que se van a fusionar serán los cementerios”, recuerda las palabras del que fuera su compañero de partido en Ciudadanos.
Ahora bien, en todo este asunto también subyace “un elemento importante” que es el “sentimiento”. “Un estudio del CIS decía que en Castilla y León primero nos sentimos españoles y luego de nuestro pueblo. Hasta el sexto lugar no estaba la condición de castellano y leonés”. Esta situación, unida a que para el profesor Calonge “ni PP ni PSOE quieren perder su musculo territorial y su elenco de alcaldes y concejales”, hace complicado que se pueda sacar adelante. Recuerda que el ya habló de esta situación en una publicación como “de oportunidad perdida”.
"Dolorosa y traumática, pero eficaz"
En definitiva, como ya pronunciara en un artículo en 2015, “la única solución que debe adoptarse si en realidad se quiere modificar la planta municipal es fusionar los municipios de manera obligatoria a la vista de que todas las medidas de fomento que se han dictado a lo largo de nuestra historia municipal han resultado un fracaso. Será una operación dolorosa e, incluso, traumática, pero necesaria si en realidad queremos hacer las reformas profundas que necesitamos”.
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