El presidente de las Cortes y de la Fundación de Castilla y León, Luis Fuentes, ha subrayado el compromiso de la Cámara autonómica con la cultura y, muy especialmente, con el legado de Bravo, Padilla y Maldonado hace ya 500 años, “que resonó después en los movimientos liberales del siglo XIX y en Constituciones, como la primera piedra de ese edificio que llamamos  democracia moderna”.

Fuentes ha hecho estas declaraciones en el marco de la recepción del cuadro ‘Los comuneros de Castilla’ de Juan Planella y Rodríguez, cedido por el Museo Nacional del Prado para su restauración y conservación en la sede del Parlamento. Una obra de gran tamaño (468x757 centímetros) que se alojará en el vestíbulo principal de las Cortes y que completa las actividades del V Centenario de la Revuelta de las Comunidades de esta Presidencia.

El presidente del Parlamento autonómico también ha trasladado su agradecimiento a la Casa Real, ya que su apoyo ha generado “un viento de cola para sacar adelante todos estos proyectos. Fue un enorme orgullo el Rey, Felipe VI, aceptase la presidencia de honor de los actos de este V Centenario”.

Sin embargo, los actos por el 500 aniversario del Movimiento Comunero no terminan con el fin de la legislatura, sino que tendrán continuidad el próximo 23 de abril, Día de la Comunidad, que ya cuenta con un programa de actividades para recordar “los valores que llevaron a estos hombres y mujeres a tomar las armas y que son la semilla de la democracia representativa que tenemos hoy”.

‘Los comuneros de Castilla’, de Juan Planella y Rodríguez

Por su parte, la jefa del Servicio de Depósitos del Museo Nacional del Prado, Reyes Carrasco, ha asegurado que la restauración “no va a ser fácil” dadas las dimensiones de la obra y los daños sufridos por el proceso de almacenamiento en la pinacoteca nacional.

Carrasco ha señalado que la restauración puede alargarse durante un año y ha cifrado entre 80.000 y 100.000 euros el coste de licitación por las reparaciones, que precisa de la construcción de un bastidor capaz de soportar los trabajos, una sala con una temperatura controlada o el uso de materiales que permitan recuperar colores y tejidos por el desgaste del lienzo.