Castilla y León registra 16.204 empleadas del hogar que luchan por actualizar su sueldo a los 1.000€

CCOO del Hábitat de Castilla y León ha exigido la equiparación "total" de derechos básicos de las empleadas del hogar con los del resto de personas trabajadoras por cuenta ajena y anunció una campaña para que todos los sueldos se actualicen al SMI de 1.000 euros.

La organización destacó en el Día Europeo del trabajo doméstico que es un colectivo que sufre una "gran inseguridad jurídica" en su trabajo a pesar de los cambios normativos que se han ido produciendo, informa Ical.

El sindicato indicó que a fecha de enero de 2022, en Castilla y León, había 16.204 personas dadas de alta en el sistema especial del servicio del hogar familiar. Más de un 30% de estos trabajadores son de nacionalidad extranjera. Las mujeres ocupan el 96% de los trabajos del sector, en un colectivo totalmente feminizado y considerado uno de los más vulnerables.

CCOO denunció que el colectivo continúa sin derecho a desempleo como el resto de los trabajadores. En este sentido, recordó que el Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea ratificó, en una sentencia reciente, que la normativa española es "discriminatoria" desde el momento que excluye a las trabajadoras del empleo doméstico del acceso a las prestaciones por desempleo.

Economía sumergida

Las reivindicaciones de CCOO del Hábitat incluyen también la lucha contra la economía sumergida que "asola" al sector y que, entre otras cosecuencias, resta recursos a la Seguridad Social. Por ello se pide más competencias a la inspección de trabajo, no sólo en lo que respecta al fraude en las retribuciones y cotizaciones, sino también respecto a otras condiciones laborales, como las de seguridad y salud.

Además, para CCOO, el colectivo debería poder acceder a la negociación colectiva para regular, entre otras cuestiones las formas de extinción del contrato y sus consecuencias para las trabajadoras.

CCOO también está reivindicando que el Gobierno español firme el convenio 189 de la OIT sobre el trabajo decente para las trabajadoras y trabajadores domésticos que, once años después, aún sigue sin materializarse.