La cofradía vallisoletana de Nuestro Padre Jesús Nazareno afronta con optimismo la vuelta a la normalidad en la Semana Santa de 2022 tras dos años muy difíciles en los que se ha visto obligada a adaptarse a esta situación inédita. Pedro Sevillano, de 51 años, es cofrade de esta hermandad desde hace 40 años y mantiene un discurso positivo. "Afrontamos esta Semana Santa con esperanza, con optimismo. Estamos mejor, estamos vacunados y creo que podemos hacer las cosas con más naturalidad aunque tenemos que seguir tomando algunas medidas", asegura Sevillano.
Días de decisiones difíciles: marzo de 2020
La expansión de la pandemia de la covid-19 se produjo en un momento en el que este cofrade formaba parte del Cabildo de Gobierno de Nuestro Padre Jesús Nazareno, concretamente como Alcalde-Vicepresidente. Este hecho provocó que tuviera que participar en la toma de algunas decisiones que califica como "muy dolorosas". "Los días previos a que se decretara el estado de alarma la cofradía tiene que tomar una decisión dolorosa, que es la de no besar el pie a la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno el día de su Besapié, que es uno de los actos con más arraigo de la ciudad en religiosidad popular", comenta.
Este tradicional evento de la cofradía tiene lugar el primer viernes de marzo y consiste en besar el pie de la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno en el camarín de la iglesia. Según nos dice este cofrade, se celebra desde hace más de 300 años. "Decidimos cambiar ese beso en el pie por una reverencia o veneración que es lo que se ha hecho estos dos últimos años", afirma con resignación.
Esta no fue la única iniciativa condicionada por el estallido de la pandemia que se vio obligada a tomar esta histórica congregación vallisoletana, la quinta en antigüedad de la ciudad, fundada en 1596. "La segunda decisión dolorosa es suspender la procesión extraordinaria del centenario del Vía Crucis que estaba prevista para el 14 de marzo y que pudimos celebrar, posteriormente, el 13 de noviembre del pasado año, cumpliendo con todas las medidas sanitarias", señala Sevillano.
Finalmente, las cofradías de la ciudad debieron rendirse a la evidencia de lo que se avecinaba y la suspensión de los eventos previstos para la Semana Santa de 2020 fue generalizada. "El día 14 de marzo se toma otra decisión, y es que en un pleno extraordinario de la Junta de Cofradías presidido por nuestro Arzobispo, Don Ricardo, y nuestro Obispo Auxiliar, Don Luis, se toma la decisión totalmente desconocida de suspender los actos en los templos previstos para la Semana Santa de 2020", afirma.
Con todo, este cofrade asegura que Nuestro Padre Jesús Nazareno se anticipó a los acontecimientos. "Contamos con algunos sanitarios en la cofradía y ellos ya nos venían anticipando que cabía la posibilidad de que la cosa fuera seria y grave, y que había que ir tomando medidas y decisiones para suspender o aplazar actos previstos", apunta.
El confinamiento: una Semana Santa creativa
La Semana Santa de 2020 transcurrió durante el confinamiento provocado por el estado de alarma, que hizo recluirse a la gente en sus casas. "Esa Semana Santa fue totalmente creativa. Estábamos confinados en casa y cada cofrade y fiel lo que hizo fue crear una serie de altares dentro de las viviendas", asegura.
Además, los miembros de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno se vieron obligados a ponerse al día con las nuevas tecnologías para mantener la comunicación entre ellos. "Compartíamos oraciones por streaming y compartíamos esos altares entre nosotros, poniendo incensarios, las medallas de la cofradía o los capirotes. A la vez que compartíamos misas y salidas procesionales de años anteriores", señala. Sevillano define la Semana Santa de 2020 como "confinada y creativa". "Tuvimos que adaptarnos al momento", zanja.
El desconfinamiento y la Semana Santa de 2021: de los domicilios a los templos
Tras el confinamiento y un verano de relativa normalidad, llegó el estado de alarma de octubre de 2020 y las restricciones y toques de queda. Sevillano define esos momentos como "días de incertidumbre, mascarillas, miedos e hidrogeles". Y lanza un reproche a las autoridades. "Nosotros los cristianos católicos y practicantes hemos cumplido estrictamente con esas medidas pero en alguna de las etapas de la pandemia nos hemos sentido discriminados por algunas autoridades civiles, se nos ha limitado de manera arbitraria poder expresar nuestra libertad religiosa. Se han ensañado un poco", comenta.
La Semana Santa de 2021 supuso un término medio para la cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno ya que, aunque no se acercó a la normalidad de años anteriores, si permitió celebrar más eventos que la de 2020. "Se cambia el recogimiento en los domicilios por el recogimiento en los templos y no se pueden celebrar actos en la calle. Sí que es cierto que nosotros en esa cuaresma, el día del besapié como no podemos subir al camarín por el tema de distanciamiento, lo que hacemos es bajar la imagen de Jesús Nazareno a la nave central", detalla.
En esa ocasión, varias congregaciones vallisoletanas intentaron celebrar algún evento en la calle, que finalmente no se pudieron llevar a cabo. "Tanto nuestra cofradía como la de las Siete Palabras, la Veracruz y las Angustias toman como iniciativa hacer algún acto en la calle. Nosotros queremos celebrar un Via Crucis estático en la Plaza Mayor, cumpliendo con todas las restricciones", comenta.
Pero esa ilusión cayó en saco roto debido a las diferencias entre las hermandades. "Al final no pudimos llevarlo a cabo por diversos motivos que mejor se queden en el olvido por el bien de la Semana Santa de Valladolid. Hubo ciertas discrepancias entre cofradías y no se pudo celebrar", señala resignado. Con todo, no fue el único motivo, y Sevillano resalta con ironía al "fiel aliado el factor meteorológico".
Este cofrade comenta que, finalmente, el Via Crucis se realizó en el interior de la iglesia. "Lo que hicimos fue un acto en la Catedral, que lo hacemos cada Jueves Santo por la noche pero por el tema del toque de queda se tuvo que trasladar al Viernes Santo por la mañana. Este acto consiste en hacer un rezo delante del Santísimo. Además, tuvimos que hacerlo sin revestirnos con el hábito y sin ningún tipo de imagen", recuerda. Una Semana Santa que, en resumen, también fue diferente. "Se hizo dentro de los templos y con muchas limitaciones, la principal no poder procesionar", afirma.
Semana Santa de 2022: esperanza y vuelta a la normalidad
El cofrade Pedro Sevillano se muestra esperanzado con respecto a la relativa vuelta a la normalidad en la Semana Santa vallisoletana de 2022. "Este año estamos mejor, estamos celebrando los cultos con cierta normalidad. No va a ser necesario tomar medidas", señala. Y es crítico con algunas recomendaciones hacia las cofradías que define como "tontunas". "Creo que tampoco es necesario, como se está comentando, colocarse la mascarilla debajo del capirote o limitar que vayan más o menos cofrades. Todos tenemos los mismos derechos en las cofradías así que no vemos bien limitarlo", asegura.
Este año, se ha mantenido la reverencia o veneración a la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno en sustitución del tradicional Besapié y Sevillano asume que la cofradía tardará tiempo en retomarle. "Asumimos que tendremos que mantener esta reverencia durante los próximos años", asegura.
A nivel económico, la pandemia no ha pasado una especial factura a esta cofradía y Sevillano asegura que "el cofrade ha respondido y no ha habido ningún problema". Con todo, sí que reconoce un descenso en recursos humanos que ha afectado a la congregación. "Si hay menos cofrades las cuotas son menores. Pero en nuestra cofradía no hemos tenido la necesidad de incrementar la cuota y de momento seguimos exactamente igual", señala.
Este cofrade, que en aquel momento formaba parte del Cabildo de Gobierno de la congregación, asegura también que "con la incertidumbre" del primer año de pandemia la cofradía "tuvo que ajustar su presupuesto anual". "El reto ahora está en volvernos a mover y que la gente se sienta segura sin ningún problema y vuelva a participar en el día a día", afirma.
Además del Pregón Nazareno, el Besapié y de varios eventos durante la Cuaresma, esta cofradía tiene previsto participar en tres procesiones este año. El Miércoles Santo formará parte del Via Crucis procesional, que se lleva celebrando desde 1920 y cuyo aniversario se tuvo que postergar por la pandemia, el Jueves Santo por la noche en la Peregrinación del Silencio, en el que la congregación transporta la imagen del Cristo de la Agonía hasta la Catedral, algo que se viene haciendo desde 1957. Por último, la cofradía participa en la Procesión General de Viernes Santo, en este caso con la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno.
La experiencia personal de un cofrade: del miedo al optimismo
Sevillano recuerda que el primer año de pandemia lo vivió "con incertidumbre, con miedo, porque la situación era complicada". "Esto se acentuó porque yo en aquel momento era miembro del Cabildo de Gobierno y Alcalde-Vicepresidente de la Cofradía. Eso conlleva mayor responsabilidad a la hora de tomar decisiones", señala.
Según fue avanzando la pandemia, comenta que no le quedó otra que "irse adaptando". "En el confinamiento vas haciendo cosas creativas como uno más, en el desconfinamiento participando como puedes con las restricciones y ahora con esperanza, con optimismo", asegura. Y lanza un mensaje positivo. "Afrontamos esta Semana Santa con esperanza, con optimismo. Estamos mejor, estamos vacunados y creo que podemos hacer las cosas con más naturalidad aunque tenemos que seguir tomando algunas medidas y siendo responsables a nivel individual", comenta.
Sevillano asegura que su implicación con la cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno no se ha visto resentida por lo sucedido estos dos años. "Pertenezco a la cofradía desde hace 40 años y mi implicación siempre ha sido la misma. He pasado por diversos cargos en el Cabildo de Gobierno pero mi implicación ha sido siempre participativa, participo en la cofradía todas las semanas algún día", afirma.
Este cofrade asegura que "de lo bueno se aprende y de lo malo también" y reconoce que el primer año de la pandemia "pasó factura" a nivel personal por "no estar en la calle dando ese testimonio de fe y evangelizador en la calle". "Todo eso te marca. Pero según avanza todo vas viendo que va como las olas, con subidas y bajadas, y me quedo ahora con este momento de esperanza, de optimismo". Y anima a los cofrades que se hayan podido descolgar estos dos años a volver a participar de la Semana Santa vallisoletana. "El que esté indeciso que vuelva a conectar", concluye.