Tras la toma de posesión de los diez consejeros y el vicepresidente del nuevo Gobierno de Castilla y León, el presidente Alfonso Fernández Mañueco les ha pedido que “el ruido y la confusión no los desvíe de lo importante: trabajar al servicio de las personas de la Comunidad”. Pero también les ha instado a “ser el rostro” de la ilusión y la esperanza, y a estar “a pleno rendimiento” y a tomar decisiones desde el primer día. De hecho, ha dicho que su Ejecutivo “no va a esperar un solo minuto y mañana habrá decisiones que tomaremos en el Consejo de Gobierno”.
El presidente de la Junta de Castilla y León ha arropado a su nuevo equipo, conformado por cuatro miembros de Vox y siete del Partido Popular tras el pacto alcanzado, y ha recordado que el Gobierno “ante todo tiene que ser una herramienta democrática al servicio de las personas”, que aporte la “estabilidad que necesita Castilla y León”. Todo ello, “sobre la base del programa consensuado”, ha insistido, para “impulsar el proyecto de futuro de nuestra tierra”. Es un Gobierno, asegura, que “responde a lo que han decidido en las urnas las personas de Castilla y León, con un “equipo cohesionado unido por el objetivo de servir a nuestra tierra”.
Mañueco ha ensalzado la “formación acreditada” de todo su equipo, al que ha pedido “compromiso de primer orden” para hacer frente a los desafíos y que exigirá al mismo tiempo “renuncias personales”. “Rigor, ejemplaridad y transparencia”, han sido tres cualidades que ha reclamado el presidente de la Junta de Castilla y León a sus consejeros, así como estar "cerca de la gente" de esta Comunidad.
Además, ha tenido palabras de agradecimiento para Ángel Ibáñez, anterior consejero de Presidencia, que abandona el Ejecutivo para volver al ámbito parlamentario, del que ha destacado su “éxito en la gestión en la vida municipal, parlamentaria y en el Ejecutivo”. “No es un hasta siempre, es un hasta un no se sabe cuándo. El futuro no está escrito”, le ha dedicado Mañueco al político burgalés.