Ocho de cada diez enfermeras y enfermeros de Castilla y León han sido agredidos mientras desempeñaban su labor asistencial y de cuidados en un centro sanitario o sociosanitario, de los que cerca de la mitad lo han sido hasta en cinco ocasiones y en torno a un 13 por ciento en más de diez ocasiones.
Así se recoge en la macroencuesta realizada por el Sindicato de Enfermería, SATSE, en marzo de 2022 a un total de 7.359 trabajadores sanitarios de todas las comunidades autónomas, además de Ceuta y Melilla, para hacer una “radiografía” actualizada sobre el grave problema de violencia en el ámbito sanitario que se sufre en el conjunto del Estado.
En concreto, el 77,01 por ciento de los consultados por SATSE en Castilla y León ha sufrido alguna agresión, ya sea física (empujones, retenciones involuntarias, puñetazos…) o verbal (amenazas, vejaciones, insultos…) a lo largo de su vida laboral por parte de pacientes y/o familiares.
El mayor porcentaje de agredidos se ha registrado en los servicios hospitalarios, ya que hasta en el 56,60% por ciento de los profesionales que trabajan en este ámbito asistencial aseguran haber sido víctimas de una o más situaciones de violencia hacia su persona.
Del porcentaje de enfermeras y enfermeros agredidos, el 49,76% lo ha sido hasta en 5 ocasiones; el 27,86%, en una única ocasión; el 9,82%, entre 6 y 10 ocasiones y el 12,56% en más de 10 ocasiones.
En concreto, en los dos últimos años, marcados sanitariamente por la pandemia del Covid-19, han sufrido algún tipo de agresión el 65,80 por ciento de las enfermeras y enfermeros de Castilla y León.
Asimismo, los profesionales de Enfermería piensan que el ambiente laboral en los centros sanitarios y sociosanitarios, así como la relación con los pacientes, ha empeorado en los dos últimos años, y así lo manifiesta el 79,03 por ciento de las enfermeras y enfermeros consultados en Castilla y León.
Al preguntar por el tipo de agresión sufrida, y teniendo en cuenta que un tipo de agresión no excluye a otra, y que una misma persona puede sufrir distintos tipos de agresiones, incluso dentro de un mismo acto de violencia, se constata que, mayoritariamente, son los insultos (76,66 por ciento) y las amenazas (71,85 por ciento) las formas más frecuentes de agresión, seguidas de las vejaciones (22,68 por ciento). En lo referido a las agresiones físicas, éstas las han sufrido el 17,55 por ciento de los encuestados/as y han ido en aumento en los últimos años.
Además, un 62,27 por ciento de los encuestados en nuestra Comunidad afirma que no ha notificado la agresión en su centro de trabajo ni la ha denunciado ante la Policía. Un 53,74% ha apuntado que no lo ha hecho porque piensa que no va a servir de nada. También un 66,27 por ciento ha asegurado que no ha recibido apoyo de la entidad empleadora en la agresión sufrida en Castilla y León.
Datos "muy graves y alarmantes", concluye SATSE Castilla y León, que deberían hacer actuar de manera conjunta, coordinada y eficaz a todas las administraciones públicas y empresas sanitarias privadas, teniendo como referente una Ley estatal que luche contra esta grave lacra que afecta especialmente al colectivo de enfermeras y enfermeros por su relación más estrecha y cercana con el paciente y sus familiares.
A juicio de SATSE Castilla y León, estas cifras son una llamada de atención para las administraciones, y considera que se debe poner en marcha una campaña de concienciación dirigida a la población que recuerde que los profesionales sanitarios son autoridad pública y las consecuencias que puede tener una agresión a estos trabajadores.