La guerra de Ucrania, la subida de los carburantes y del IPC ha cambiado las reglas de juego de la economía mundial. Castilla y León es consciente de ello y ya confirma que no podrá cumplir el crecimiento económico del Producto Interior Bruto (PIB) que se había fijado para este año y que era del 4,9%. Algo que también ha confirmado el Gobierno de España, que ha descendido su estimación en un 3%.
“España lo hizo del 7,2%, nosotros del 4,9%, y no porque las previsiones fueran más bajas, sino porque fuimos realistas y prudentes”, ha afirmado el portavoz de la Junta, Carlos Fernández Carriedo durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, que tiene claro que Castilla y León no tendrá que efectuar un “ajuste tan importante” como el del Gobierno. Eso sí, ante “el escenario de incertidumbre”, no ha querido dar una previsión, pero tiene claro que será “difícil cumplir con este crecimiento”.
De esta manera, Carriedo ha defendido que “es mejor esperar” para valorar la “intensidad” y la “duración” de la crisis para que el nuevo cálculo, que efectúen para este año, les sirva “para todo el ejercicio y no tener que revisarlo en las siguientes semanas” ya que "hacer predicciones hoy estaría sujeto a correcciones".