S. Calleja / ICAL
La Consejería de Sanidad quiere volver “a estar muy pendiente” de los pacientes con varias patologías crónicas complejas y dependientes, un área “muy tocada por la COVID-19” que impidió durante meses el seguimiento por parte de su médico o enfermero, algo que tiene consecuencias graves que se miden en calidad de vida y enfermedad.
“Los años del coronavirus han mermado mucho esta actividad, y esto lo vamos a revertir”, sentencia a Ical el viceconsejero de Asistencia Sanitaria, Planificación y Resultados en Salud y gerente regional de Sacyl, Jesús García-Cruces. “El gran reto de la Atención Primaria para este año es mejorar la calidad de vida de estas personas”, y hacerlo con una atención más proactiva, educadora e implicando a las personas en sus autocuidados. “Es uno de los caballos de batalla de la Atención Primaria y del día a día del Médico de Familia, y tenemos que ir mejorando”. “Está demostrado que la pluripatología crónica, en el momento en el que se deja de seguir empeora”, insiste.
Por ello, la Gerencia Regional de Salud ha incluido en su Plan Anual de Gestión para este 2022, que por las consultas de Enfermería pasen, al menos seis veces al año, cada uno de este tipo de pacientes, para cualquier tipo de actuación, desde una cura, al cuidado de una sonda. “Lo que el paciente precise”, para evitar que se descompense y retroceda en el tratamiento de la enfermedad.
Se trata de un objetivo muy ambicioso para el que se harán auditorías a través de la aplicación informática de Atención Primaria, con el fin de comprobar que se cumple con este mandato. A éste se suma la petición de que se haga una evaluación funcional, cognitiva y social de estos pacientes.
“En este caso, queremos que haya un alto porcentaje de pacientes, al menos un 40 por ciento, a los que se realice una evaluación para conocer desde su capacidad para realizar actividades básicas, hasta conocer su entorno social y si tienen algún déficit de cognitivo, de memoria, que pudiera, por ejemplo, están haciendo un Alzheimer”, precisa el viceconsejero, quien ve vital esta evaluación, más en una autonomía como Castilla y León, con un alto grado de población mayor.
García-Cruces insiste en este reto, teniendo en cuenta que si hay alguna evidencia demostrada en la mejora de la evolución de la cronicidad es el seguimiento por parte de enfermería, junto a la implicación del paciente en sus cuidados. No en vano, este tipo de pacientes es el que genera la mayoría de las consultas de Atención Primaria, pero también más de la mitad de los ingresos hospitalarios, de ahí la necesidad de un seguimiento para evitar descompensaciones y que acaben en los servicios de urgencias.
La importancia del paciente activo
También, la necesidad de la corresponsabilidad del propio paciente, pues está demostrado que cuando se implica para mantener y mejorar su salud, la evolución es mejor; los ingresos hospitalarios se reducen, así como las complicaciones; los niveles de autonomía se prolongan en el tiempo, aumenta la satisfacción de pacientes y profesionales y, en conjunto, mejora la calidad de vida del paciente. En conclusión el autocuidado mejora tanto la efectividad como la eficiencia del tratamiento de la enfermedad.
Como en el resto de España y de Europa, la prevalencia de las patologías crónicas está creciendo, hasta el punto de que se calcula que, al menos, generan el 70 por ciento del gasto sanitario, según la estimación de la Estrategia de Atención al Paciente Crónico de Castilla y León.