Natural de la localidad de Tombrio de Abajo, José Luis Prieto Arroyo es el primer berciano que accede al cargo de presidente de la Casa de León en Madrid. Desde esa suerte de ‘embajada’ de los leoneses en la capital, el psicólogo y profesor universitario, hoy jubilado, busca hacer llegar la oferta cultural, informativa, formativa y colaborativa de la institución al máximo número de vecinos de la región “estén donde estén”. A título personal, reconoce que echa de menos el “tiempo de trabajo y amistad” de su etapa como vicerrector de centros asociados de la Uned y carga contra el actual modelo territorial. “Hoy nadie puede quedar al margen de los acontecimientos que pretenden sacar al pueblo leonés de la Historia”, defiende.
Llegó al cargo de presidente de la Casa de León en Madrid en noviembre del año pasado. Medio año después, ¿cómo valora estos primeros seis meses?
Si bien el proceso electoral de elección de la nueva junta directiva finalizó el 8 de noviembre del año pasado, la toma de posesión no sería hasta el 13 de enero, por lo que, efectivamente, estamos cumpliendo los primeros seis meses de mandato, que hemos ocupado en analizar la situación de la Casa en los ámbitos económico, normativo, de organización interna, programático, etc. Gracias a la colaboración de todos, singularmente, de los miembros con experiencia de gestión en la Casa, creo que las cosas están yendo bien, aunque la valoración que verdaderamente “vale” es la que hagan los socios y usuarios de los servicios que prestamos.
¿Qué es lo que más destacaría de la actividad que lleva a cabo durante todo el año la Casa de León en Madrid?
La Casa de León es bien conocida, tanto por los leoneses que vivimos en Madrid como por los de la provincia y me atrevería a decir de toda la Región Leonesa, por la programación de sus actividades culturales a lo largo de todo el año, así como por la acogida que se dispensa a quienes solicitan nuestra colaboración para presentar y difundir su obra aquí en la capital. A menudo, el paisanaje emplea el término “embajada” para referirse a la Casa, al percibirla, creo yo, como una entidad de acogida, de acompañamiento y de facilitación de sus gestiones. Y creo que ese reconocimiento a la Casa es merecido.
¿Qué retos de futuro se marca para el resto de su mandato en la institución?
Sobre el papel, hay muchos. En la práctica, todo dependerá de cómo los valoren los socios en asamblea general. En mi opinión, el desafío más importante e inmediato es el normativo. En septiembre, la junta presentará a la asamblea general de socios una modificación de gran alcance de los actuales estatutos, que después de casi veinte años lo mejor que se puede decir de ellos es que están obsoletos. Desde luego, si la asamblea aprueba la propuesta de la junta, quienes tengan el honor de asumir la representación del gobierno de la Casa habrán de hacerlo desde una perspectiva bien distinta de cómo se ha venido ejerciendo hasta ahora, sin que ello suponga un reproche o censura de lo hecho, que ha sido mucho y, en general, bien valorado por los socios.
Otro reto tiene que ver con la implicación de los jóvenes tanto en la programación ordinaria de las actividades como en el diseño del modelo de funcionamiento que conviene a la asociación. No es tarea fácil, dada la fuerte tradición de la Casa en aspectos esenciales, y va a requerir de notables esfuerzos a sucesivas juntas, pues no va a ser cosa de dos días.
Desde luego, hay cambios obligados que son mucho más fáciles de asumir. Son los que tienen que ver con las infraestructuras y el uso y mantenimiento de las instalaciones. Resulta perentorio la conversión del salón de actos en una verdadera sala telemática que favorezca no solo la interacción y participación de usuarios en presencialidad virtual, sino que también haga llegar nuestra programación a otras asociaciones de la provincia e incluso de la Región. Si esto lo complementamos con la puesta en marcha de una revista digital interactiva, creo que haremos llegar nuestra oferta cultural, informativa, formativa y colaborativa a un importante número de leoneses, estén donde estén.
Está a punto de cumplirse un mes de las movilizaciones bautizadas como ‘Yo Paro por León’, a las que dio su apoyo la junta directiva. ¿Cómo valora esa jornada reivindicativa?
Es bien sabido que León provincia y León región viven momentos dramáticos, con los peores indicadores en población, empleo y renta, tanto en el nivel estatal como en el autonómico. Mi posición personal sobre lo que ello significa, sus causas y sus soluciones, es bien conocida. Efectivamente, la junta se pronunció sobre esa convocatoria y me pareció muy acertada su decisión, puesto que hoy nadie puede quedar al margen de los acontecimientos que pretenden sacar al pueblo leonés de la Historia, privarnos de derechos constitucionales de los que disfrutan los demás pueblos de España, como es el autogobierno, o mirar para otro lado cuando desde ambas administraciones, estatal y autonómica, se nos trata discriminatoriamente, en sentido negativo, en financiación y dotación de recursos básicos. Como contribuir a paliar este estado de cosas era el sentido de la movilización, y esto no puede considerarse política partidaria, sino política de cohesión y desarrollo territorial, la junta decidió apoyarla. Y voy a dejarlo aquí, pues como usted puede imaginar, si me estuviera entrevistando a título personal, despacharía estos asuntos de otra manera.
Es conocida su vinculación con los movimientos que reclaman autonomía para la Región Leonesa. ¿Cuál cree que puede ser el futuro próximo de esta reivindicación?
Una cosa es lo que yo piense al respecto y otra es lo que como representante de la Casa pueda y deba decir. Siempre he sido muy cuidadoso con el alcance de mis declaraciones en función de lo que en cada momento de mi vida he representado. Y como quiera que sobre el asunto que ahora me pregunta hay distintas sensibilidades tanto en la junta como entre los socios en general, me va a permitir que no dé lugar a interpretaciones que puedan molestar a personas que merecen todo mi respeto y consideración. No obstante, voy a permitirme decir que, en breve, saldrá publicado un libro mío titulado: ‘¿Por qué León sin Castilla?’, en el que se podrá obtener cumplida respuesta a lo que ahora me pregunta.
Como berciano, ¿cómo cree que se podría potenciar ese sentimiento dentro de los límites de la comarca?
Realmente, El Bierzo es un territorio singular tanto dentro de la provincia como en la Región Leonesa. Sin embargo, los bercianos, en general, no disponen todavía de una conciencia clara de lo que eso significa en la España autonómica y con frecuencia asistimos a planteamientos extemporáneos alimentados por nutrientes más emocionales que racionales. Por eso digo que mientras los leoneses de la cuenca del Duero han superado lo que se ha venido llamando la ‘cuestión leonesa’ y han clarificado lo que vengo denominando ‘asunto leonés’, los leoneses de la cuenca del Sil, los bercianos, estamos todavía en la fase de considerar los distintos planteamientos territoriales que se ofertan. El mío, como es conocido, coincide con el que hace Iniciativa Autonómica Leonesa en el informe técnico que viene presentando a distintos colectivos con ánimo informativo y formativo, ajeno a la política de partido. Creo que es en esta labor pedagógica en la que hay que continuar incidiendo en El Bierzo, sin menoscabo de que otros procesos menos visibles continúen su curso.
¿Cree, como dice el título de su último ensayo, que ‘España necesita un nuevo Estado’?
Sin duda, desde hace al menos quince años. Singularmente, necesita un nuevo modelo territorial, por no hablar del régimen. Propiamente, la Constitución del 78 se redactó sin un modelo organizativo territorial para toda España, siendo todo el Título VIII un cúmulo de despropósitos, un desastre sin paliativos, como lo calificaron muchos juristas de prestigio en su día. Que la clase política de los últimos tiempos no esté en condiciones de abordar el asunto no quiere decir que falten buenas razones para hacerlo. De hecho, avanzamos en la paradoja de que cuanto más necesaria se hace la solución, más se va complicando el marco que podría hacerla posible. Lamentablemente, creo que solo una gran crisis institucional va a permitir que surja el contexto que haga viable la solución territorial. Y los leoneses no podemos permitirnos el lujo de estar ausentes en estos debates. Ya hemos cometido demasiados errores; unos por omisión, otros por ignorancia, la mayoría por dejarnos manipular por aquellos que sólo están para prestar atención a sus asuntos personales y partidarios. Nada que tenga que ver con la política en la mejor acepción del término.
¿Qué hace falta para impulsar el ‘Espacio Noroibérico’? ¿Tiene la sensación de que España sigue viviendo en parte de espaldas a su vecino portugués?
Lo que desde 2008 vengo denominando “Espacio Noroibérico”, constituido por Galicia, Asturias, la Región Leonesa y la Región Norte de Portugal, forma parte de una nueva concepción del modelo territorial que podría adoptar Europa. Desarrollo este modelo en el libro ‘España necesita un nuevo Estado’, que, ‘grosso modo’ y de manera muy resumida, podría concretarse en que es una ecorregión o región vivencial basada en la historia; el capital territorial; el patrimonio cultural; la ecología; el paisaje; el agua; los bosques; la energía adaptada a las necesidades del hombre y no a la inversa; la economía circular, superadora del concepto de reciclaje, que además minimice la huella de carbono en el transporte y maximice un enfoque ‘glocal’ superador de los efectos perversos de la globalización; una masa crítica de población, etc. Dado el alcance transautonómico y transnacional, la viabilidad del Espacio Noroibérico debe abordarse desde una organización funcional de los territorios, a la manera de los campus territoriales de la Uned, de reducido componente estructural, basada en el concepto de “distrito territorial” ejemplificado en el distrito de la cuenca del Sil, que expuse en el Manifiesto por el Noroeste Ibérico, en 2012, en el Primer Congreso Territorial del Noroeste Ibérico, celebrado en la sede de entonces del Campus Noreste de la Uned, el centro asociado de Ponferrada.
Que España vive de espaldas a Portugal lo vemos todos los días en el telediario y, de manera enfática, en el espacio dedicado al tiempo meteorológico. Portugal es un gran país, del que podríamos aprender unas cuantas cosas; pero, sobre todo es un país hermano, cuyo origen está vinculado, tanto como el de Castilla, al Reino de León, y, de manera muy simbólica, a El Bierzo. Piense que los restos de la abuela del primer rey de Portugal descansan en algún lugar del Monasterio de San Andrés, de Vega de Espinareda. Alguien debería hacer algo al respecto.
Estoy convencido de que el modelo territorial del Espacio Noroibérico es beneficioso para todos y cada uno de sus territorios, pero sobre todo lo sería para El Bierzo. Sinceramente, no me cabe la menor duda de que donde los bercianos se encontrarían realmente cómodos, territorialmente hablando, es ocupando la centralidad del Espacio Noroibérico. Ya va siendo hora de que, bien el alcalde de Ponferrada, bien el de Villafranca del Bierzo, pongan el ‘kilómetro cero’ de este espacio en su plaza Mayor. Se lo he propuesto a varios alcaldes, sin éxito alguno, como se puede apreciar.
Durante sus tiempos al frente del Campus Noroeste de la Uned, se bromeaba con su figura como la del último rey de León. ¿Qué recuerda con más cariño de esa etapa?
Bueno, efectivamente, el primer Campus de la Uned que se puso en marcha fue el del Noroeste, cuyo ámbito territorial era entonces el de Galicia, Asturias y las provincias de León, Zamora y Salamanca. Como responsable del nuevo modelo territorial de la Uned, en mi condición de vicerrector de centros asociados, digamos que ese ámbito territorial no fue decidido de manera inocente. Es obvio que coincide con el del antiguo Reino de León y en ello vieron algunos leonesistas ocasión para la broma.
Recuerdo con gran cariño esa etapa. Desde un punto de vista profesional, fue un momento en el que la universidad más grande de España y de Europa se jugaba su futuro, pues precisaba de un modelo que le permitiera implantar los grados de Espacio Europeo de Educación Superior, a lo que, sin duda, contribuyeron sobremanera los campus territoriales y el fuerte componente tecnológico que introdujimos desde el Vicerrectorado de Centros, concretado en la creación de Intecca en el centro de Ponferrada para proveer de servicios académicos a todos los centros de la Uned en España y en el extranjero, ubicación que tampoco fue decidida de manera inocente. Personalmente, fue para mí un momento de implicación en el desarrollo territorial de todo el Campus y, por consiguiente, de la Región Leonesa. Echo de menos ese tiempo de trabajo y amistad.
En las últimas décadas, la Uned ha creado nuevas Aulas Universitarias en la provincia y el centro de Ponferrada se ha situado como clave, al albergar Intecca y ser sede del Campus Noroeste. ¿Cómo valora las iniciativas que actualmente se llevan a cabo para potenciar el turismo sostenible y el desarrollo local en la comarca?
La creación de las Aulas Universitarias de la Uned fue anterior a la creación de los Campus Territoriales. Las primeras Aulas, la de La Bañeza, la de San Andrés del Rabanedo y la de Vega de Espinareda se crearon en mi etapa de director del centro de Ponferrada, entre 1999 y 2005, y la de Villablino cuando era vicerrector de centros asociados. Esta estructura universitaria, que ha alcanzado un amplio desarrollo en toda España, fue concebida, diseñada y desarrollada en Ponferrada, e incorporada, sustituyendo a las antiguas extensiones, en el modelo de organización funcional de estructura periférica de la Uned, planificado por el Vicerrectorado de centros asociados en nuestra etapa de gobierno.
Sinceramente, creo que la idea original y su mejor desarrollo actual de las Aulas en toda España se sigue dando en Ponferrada, desde la actual dirección, así como en el centro de Lugo, que practica idéntica filosofía. La Cátedra de Turismo Sostenible y las demás actividades de desarrollo territorial que la actual dirección promueve son un buen ejemplo de ello. Los bercianos en particular y los leoneses en general tienen en estas iniciativas un buen ejemplo de la implicación de la Uned en la mejora de su desarrollo formativo, económico y cultural.
Es usted autor de cinco novelas. ¿Sigue teniendo tiempo para la creación más puramente literaria?
Es ahora cuando, ya jubilado, tengo algo más de tiempo, aunque estoy implicado en varios asuntos que me tienen bastante ocupado. De todos modos, la literatura es algo que me apetece mucho retomar y estoy considerando muy seriamente dejar algunas ocupaciones y volver a ella. No solo haría feliz a mi familia, sino que rompería una larga tendencia de posponer para pasado mañana lo que me gustaría hacer hoy. Sinceramente, creo que mi edad aconseja que es hora de ir dejando responsabilidades y compromisos autoimpuestos, para ocuparlos con aficiones y satisfacciones más personales. Veremos.