Patricia Martín / ICAL
El consejero de Agricultura y Ganadería, Gerardo Dueñas, insistió hoy en que no le parece oportuno que, desde la Unión Europea, se sigan lanzando políticas verdes, la Agenda 2030 o sobre biodiversidad, al ser el tercer o cuarto año a nivel mundial con “más consumo que producción”. Dueñas hizo estas reflexiones en el marco de la presentación de los datos de la cosecha de cereales de invierno en la localidad segoviana de Valverde del Majano.
Gerardo Dueñas señaló que la población sigue creciendo y en 2050 hay una previsión de 9.500 millones de habitantes. Con esta apuesta por lanzar políticas verdes, dijo el consejero, se puede estar generando “un problema de futuro a lo mejor no para el primer mundo, sí para el tercer mundo”.
Por otro lado, el consejero reiteró su petición al ministro de Agricultura, Luis Planas, para la convocatoria de la Mesa Nacional de la Sequía, ya que su planteamiento general para España con fondos FEADER “perjudica mucho a Castilla y León”, por lo que entendió que “no es la postura y tendría que ser a través de la Mesa de la Sequía”. Igualmente le pidió que el Plan PrePAC esté preparado cuanto antes para que “el sector tenga certeza de cara a la siembra de septiembre”.
La Junta de Castilla y León también quiere que, en 2023, se tenga la opción “de no rotar y poder sembrar ese cinco por ciento de superficie de barbecho como hemos hecho esta campaña”. Por último, tampoco le parece lógica la propuesta del ministro Planas de eliminar las oleaginosas del plan proteico a nivel nacional. “La solución del PrePAC no es la mas correcta”, dijo Dueñas, pues se siembran 450.000 hectáreas de oleaginosas, por lo que confió en que sea “factible otro modelo diferente este tipo cultivo”.
“Irregular” y “mala” la cosecha de cereal de invierno en CyL
El consejero de Agricultura y Ganadería, Gerardo Dueñas, sostuvo hoy que la cosecha de cereales de invierno en Castilla y León de este año ha sido “irregular y mala” tanto en la producción como en calidad, ya que el “peso específico es peor que el año anterior”. La producción en Castilla y León se queda en cinco millones de toneladas, un 34 por ciento menos que anterior campaña, que estuvo en 7,6 millones de toneladas, y un 20 por ciento menos que la media de los últimos cinco años, de 6,3 millones de toneladas. Esta presentación tuvo lugar en Valverde del Majano (Segovia).
Gerardo Dueñas, acompañado de los responsables autonómicos de la organizaciones agrarias profesionales, sostuvo que la cosecha prácticamente está en estado muy avanzado o finalizada en la zona sur de la Comunidad, en las provincias de Ávila, Salamanca, Segovia y Valladolid.
La provincia de mayor producción es Burgos (1,2 millones de toneladas), seguida de Palencia (956.000 toneladas) y Valladolid (905.000 toneladas). El conjunto de las tres provincias producen el 50 ciento del cereal de la Comunidad.
La meteorología adversa, ausencia de lluvias y altas temperaturas son las razones que provocaron el asurado del grano y una cosecha un 20 por ciento inferior a la media de los últimos cinco años. El consejero también destacó que Castilla y León sigue siendo “el granero de España” y se mantiene en la primera posición a nivel nacional con cerca del 36 por ciento de la producción.
Dueñas argumentó que, a nivel climático, entre octubre a febrero, fueron “meses más secos de la cuenta”, que provocó “cierto retraso en el cereal”. En marzo, cayó el doble de la media de lluvia, con un abril “relativamente normal salvo los periodos de heladas, especialmente el día 6 que provocaron problemas en cultivos como el almendro, la remolacha o la colza”.
En cuanto a los dos meses claves, mayo fue “tremendamente seco y asurado de buena parte del cereal y junio, mucho calor y lluvias irregulares”, lo que ha supuesto “una cosecha irregular y mala” En cuanto a la superficie, se cultivó 1,84 millones de hectáreas, un cuatro por menor que el año pasado, y un dos por ciento inferior a la media de los cinco últimos años. En esta superficie ya está descontada la superficie media que se siega para forraje, que en estos momentos se prevé en unas 75.000 hectáreas principalmente distribuidas en las provincias de Salamanca (29.000 hectáreas y Zamora (15.000 hectáreas).
“También destaco que el trigo quita terreno a la cebada y los cereales minoritarios como el centeno o la avena, con 150.000 hectáreas a favor del trigo”, dijo el consejero. Concretamente, en esta campaña, el trigo, con 896.000 hectáreas, es el cereal más sembrado, ocupando en torno al 50 por ciento de la superficie. El cultivo de la cebada se encuentra en 748.000 hectáreas, la superficie de centeno se estima en 73.000 hectáreas; la de avena en 75.000 hectáreas, y la de triticale en 45.000 hectáreas.
Granero de España
A pesar de ser una cosecha mala, con una producción que se queda entorno a los cinco millones de toneladas, Castilla y León sigue siendo el granero de España, con un 36 por ciento de la producción sobre los 14 o 15 millones de toneladas que se prevé a nivel nacional.
En cuanto al valor aproximado que puede tener la cosecha en la Comunidad, el consejero lo cifró sobre los 1.700 millones de euros. “Se aproxima a un 17 por ciento más que el año pasado pero este año el incremento tan brutal que han tenido los costes de producción, hacen que el margen neto sea bastante inferior a lo que hemos tenido estos años atrás”, resumió el consejero.
El rendimiento medio del cereal esperado es de 2.700 kilos por hectárea, un 19 por ciento inferior a la media de los últimos cinco años. Por especies, el rendimiento esperado del trigo es de 2.815 kilos por hectárea; un 21 por ciento inferior a la media, y el de la cebada 2.870 kilos por hectárea, un 14 inferior de la media. En avena se esperan 1.906 kilos por hectárea, en centeno 1.795 y en triticale 2.081, todos ellos también por debajo de la media.
Gerardo Dueñas indicó que, aunque aparentemente el valor mayor de la producción es superior debido a los precios actuales, no se debe olvidar el incremento de los costes que han asumido los agricultores en la campaña 2021-2022 y asimismo manifestó la enorme inestabilidad e inseguridad que existe de cara a las próximas siembras que se realicen en el mes de septiembre.