El problema de la despoblación es el lastre que arrastra Castilla y León desde hace muchos años y que condiciona todo. Sin gente no hay proyectos de futuro. No hay economía, no hay empresas, no hay servicios básicos como los sanitarios, educativos, sociales, etc. Los datos que publica el INE se convierten en un martillo pilón para la mayoría de los municipios de la Comunidad que ven cómo cada año van descendiendo sus cifras y solo existen pueblos fantasmas.

Castilla y León apuntó en 2021 el segundo peor crecimiento vegetativo (nacimientos menos defunciones) de España, con 16.204 defunciones más que alumbramientos, solo superada por Galicia con 18.066. Sin embargo, algunas pueden sacar pecho y presumir de aumentar. Es cierto que la radiografía es clara: gana al alfoz, pierde el interior. La mayoría de los lugares que están en positivo son poblaciones muy cercanas a una capital que aprovechan su cercanía y la conectividad para trasladarse allí. Por el contrario, los clásicos pueblos se desangran.

Es cierto que para saber si realmente estos municipios pierden población, habrá que esperar a los datos de migraciones, tanto las que se reciben internas como las externas, pero de momento los datos definitivos del estudio Movimiento Natural de la Población, que publicó el Instituto Nacional de Estadística (INE). son muy representativos.

Es cierto que en las nueve provincias de la Comunidad son cada vez menos, y algunas con números pírricos, pero algunos municipios, en su mayoría del alfoz de las capitales, logran romper con esta tendencia negativa y aumentar sus habitantes gracias a una mejora en su crecimiento vegetativo (diferencia entre nacimientos y fallecimientos). ¿Cómo lo hacen? Hablamos con los alcaldes de municipios que lo han conseguido durante el pasado 2021 para que nos ofrezcan la pócima mágica.

En Arcos de Llana, en Burgos, están de enhorabuena. Durante 2021 vivieron 22 nacimientos y solo cinco defunciones. Esto ha provocado un crecimiento vegetativo de +17, así, suman ya 1.1816 habitantes en una constante evolución en un municipio que se encuentra a 14 kilómetros de la capital. Para su alcalde, Francisco Javier Castillo (PP), hay varios factores claves para poder aumentar población en plena crisis: “estamos cerca de Burgos” y “tenemos población joven”. Estos dos ingredientes mezclados con ilusión se convierten en receta mágica para captar población.

El alcalde se pone de ejemplo, ya que llegó hace 21 años y decidió quedarse en el pueblo. “Aquí lo importante es tener gente joven y darles actividades para que se muevan”, afirma a El ESPAÑOL Noticias de Castilla y León. En su opinión, hay que organizar cosas para que haya movimiento. Se muestra orgullos de contar con un centro cívico en el que se realizan muchas actividades para jóvenes y niños. “Si lo tienen aquí no se van a otros lugares”, sintetiza Castillo.

Similar situación la que se vive en La Lastrilla en Segovia, que, año tras año, ven cómo sus cifras de población suben como la espuma. En esta ocasión ya son 4.186 cuando a comienzos de siglo sus cifras eran 1.716. El secreto es parecido, estar a solo seis kilómetros de Segovia y estar bien comunicado con varios puntos gracias a los transportes. Además de ofrecer suelo para vivienda y también empresarial. Así como la creación de zonas verdes, deportivas y de ocio para que los jóvenes se quedan y decidan poner en marcha proyectos de familia.

Ávila

Los números en la provincia abulense son francamente malos. Solo cinco municipios han logrado un crecimiento vegetativo positivo como reflejan los datos del INE. Solo Mironcillo y Navahondilla, con dos habitantes más, y Berrocalejo, Cabizuela y Tolbaños, con uno, han entrado en saldo positivo. El resto 0 o negativo. Con localidades como Arenas de San Pedro con 42 habitantes menos, o Candeleda con 40 y Arévalo con 38.

Burgos

De los 372 municipios que hay en Burgos, solo 23 están en números positivos en el pasado 2021. Siendo el municipio de Arcos de Llana con un crecimiento vegetativo de 17 el que presenta mejores números, y Alfoz de Quintanadueñas, con 16. En el otro lado de la balanza, dos pesos pesados como Miranda de Ebro con -156 y Aranda de Duero con -53.

León

La provincia leonesa es la que más está sufriendo la sangría de despoblación que azota a Castilla y León, algo que se refleja en que solo sean cinco los municipios en positivo de crecimiento vegetativo. El mejor dato es para Sariegos que ha visto morir a 33 personas por lugar de residencia, pero nacer a 40 por el empadronamiento de la madre, por lo tanto, +7. Lo más preocupante es que 202 municipios están en negativo.

Palencia

16 son los municipios que en Palencia tienen la fórmula de aumentar la población en 2021. Aunque es cierto que con números muy exiguos. El premio es para Grijota y Villalobón que han logrado aumentar en seis personas. Algo que tiene mérito porque son dos municipios con 2.200 habitantes y 1.600, respectivamente. De 191 municipios en total, 146 tiene registros en negativo.

Salamanca

Son varios los municipios que en Salamanca pueden brindar por mejorar sus números en el pasado 2021. El que mejor lo lleva es Castellanos de Moriscos que aumenta en 36, tras 40 nacimientos. Un pueblo cercano a Salamanca que ha sabido amoldarse a los nuevos tiempos. A un solo nacimiento se ha quedado Carbajosa de la Sagrada. También tienen números positivos Villares de la Reina, con +17, y Villamayor, con 15. Ambos localidades del alfoz.

Segovia

18 localidades de las 209 totales de la provincia segoviana cuentan el pasado 2021 en crecimiento vegetativo en positivo. El que se lleva los mejores datos es La Lastrilla, a 6 kilómetros de la capital, y que no para de aumentar en los últimos años. En esta ocasión en +24. Mientras que dos pueblos de la misma comarca también cercana al Acueducto, Palazuelos de Eresma y Hontanares de Eresma, también crecen con +19 y +14.

Soria

La mayoría de los municipios sorianos han perdido población según el INE en 2021, aunque todavía se resisten algunos. Como es el caso de Golmayo, a cuatro kilómetros de la capital, que aguanta con un crecimiento vegetativo de +9. Ya lejos, con solo dos nacimientos más que defunciones, se encuentran Garray y la Poveda de Soria. Por abajo, Burgo de Osma-Ciudad de Osma pierde 48 habitantes.

Valladolid

22 municipios vallisoletanos pueden presumir de estar en números positivos. Y el que mejor lo está haciendo es Aldeamayor de San Martín, que aprovecha sus urbanizaciones y su cercanía con la capital para aumentar en 28, tras tener 53 nacimientos y 25 defunciones. Mismos números en los que se mueve La Cistérniga. Aunque en este caso el municipio que se pasa el juego y que presenta los mejores números de toda Castilla y León es Arroyo de la Encomienda, cuyo crecimiento vegetativo es de +188 tras 248 nacimientos. Su proximidad a Valladolid, pero con una mejor calidad de vida le hacen ser el destino de muchos jóvenes.

Zamora

Los peores augurios se cumplen en tierras zamoranas, cuyos pueblos siguen acusando la despoblación a pasos agigantados. De 248 localidades, solo cuatro aumentan su crecimiento vegetativo y lo hacen con un habitante más. En este póker de elegidos se encuentra Trefacio, Villalba de la Lampreana, Villar de Fallaves y Villadondiego. Todas ellas distanciadas de la capital y que tienen mérito simplemente con el hecho de poder estar en números positivos. En Zamora tampoco se nota el efecto alfoz.

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