Jesús Caldera (Béjar, 1957) es historia viva de la política española desde la Transición. Concienciado desde muy joven con sus ideas socialdemócratas, llegó a ser diputado por la provincia de Salamanca en el Congreso en las históricas elecciones que llevaron a Felipe González a La Moncloa en octubre de 1982, con tan solo 25 años. Comenzaría así una dilatada trayectoria en la Cámara Baja, en la que desempeñaría, entre otros, los cargos de secretario general y portavoz del Grupo Socialista.
Este ávido lector y montañero aficionado llegó a lo más alto de su carrera política cuando en 2004 el recién elegido José Luis Rodríguez Zapatero le encargó que tomará las riendas del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. En esa cartera, que ocupó hasta 2008, impulsó importantes medidas cómo la Ley de Promoción de la Autonomía Personal y de atención a las personas en situación de Dependencia. En 2015 abandonó la política, considerando que había llegado al final de un ciclo, y regresó a su puesto de secretario municipal en el Ayuntamiento de Ávila, función en la que asegura ser "más feliz".
Pregunta.- Jesús Caldera nace en la localidad salmantina de Béjar en 1957, ¿qué recuerdo tiene de sus primeros años de vida?
Respuesta.- Eran tiempos difíciles, pero hermosos. Guardo muy buenos recuerdos, pues Béjar era entonces una ciudad textil con pleno empleo. Recuerdo perfectamente a los cientos de trabajadores de las fábricas textiles que se movían por la ciudad con sus monos azules. Gentes muy trabajadoras que ayudaron a levantar este país. Ese, junto con el de mi madre, es mi mejor recuerdo de aquella época.
P.- ¿Qué despertó en usted las inquietudes políticas y por qué se decantó por afiliarse al PSOE?
R.- Siempre tuve inquietudes políticas, desde muy joven. La lectura, el compromiso con los demás y la influencia de mi madre, ya citada, me llevaron a participar activamente en la vida política, desde posiciones de izquierdas, para superar injusticias y corregir desigualdades. Decidí afiliarme al PSOE porque era un partido que resumía memoria histórica y modernidad y consideraba que podría pilotar la gran transformación que necesitaba España, como así fue realmente.
P.- Vivió la histórica victoria de Felipe González en octubre de 1982, tras la que se convirtió en diputado por Salamanca con solo 25 años, ¿qué recuerda de aquellos momentos?
R.- Una inmensa alegría y grandes esperanzas. Felipe participó muy activamente en aquella campaña, y nos acompañó a los candidatos del PSOE de Salamanca en un acto en el Pabellón de la Alamedilla, impresionante por la emoción que allí se vivió aquella tarde.
P.- Posteriormente, durante los años 90, fue secretario general del Grupo Socialista en el Congreso y su portavoz en los primeros 2000, ¿qué diferencias observa entre el clima político de la Cámara en aquellos años y en la actualidad?
R.- Pues si he de ser sincero, las diferencias son grandes. Entonces, compartíamos todos una agenda común: el fin del terrorismo, la entrada en la Unión Europea, la modernización de España. Con diferencias ideológicas, el diálogo y la cooperación eran posibles. Hoy parece muy difícil, casi imposible, la política es mucho más divisiva, no se tienden puentes, se cavan fosas y así no avanzan las sociedades.
"Soy partidario de un bipartidismo corregido"
La irrupción de nuevas fuerzas políticas tras el 15-M no ha aportado estabilidad, sino inestabilidad, y no ha servido para regenerar la vida política, al contrario. Cuando se me pregunta si soy partidario de un bipartidismo corregido, como el que había entonces en España, mi respuesta es contundente: Sí, y a los hechos me remito, se pueden verificar los resultados utilizando el método científico. Entonces los avances fueron mayores.
P.- En el año 2004, vivió otro momento histórico jugando un papel protagonista en la victoria de José Luis Rodríguez Zapatero, en esta ocasión ¿cuáles fueron las sensaciones aquel día de marzo?
R.- Pues en parte distintas y similares a las de 1982. En este caso, se iniciaba una nueva etapa de profundización y ampliación de derechos, una vez conseguidos los elementos básicos del Estado de Bienestar. Como fui el encargado de coordinar el programa electoral del PSOE en aquellas elecciones de 2004, sabía que asumíamos importantes compromisos, que, por cierto, se llevaron a la práctica en su casi completa totalidad.
P.- Tras esta victoria se convirtió en ministro de Trabajo y Asuntos Sociales durante cuatro años, ¿de qué medidas impulsadas en esa etapa está más orgulloso y cuáles cambiaría de poder volver atrás?
R.- Fue una etapa muy fructífera: hubo grandes acuerdos sociales, que dieron lugar a leyes como la de la Dependencia, la Ley Orgánica de Igualdad entre Mujeres y Hombres, la subida del Salario Mínimo, el Estatuto de los españoles en el exterior, la normalización de cientos de miles de inmigrantes que vivían y trabajaban con nosotros, proceso que por cierto fue pactado también con la patronal española.
"Me preocupó mucho siempre la siniestralidad laboral, un problema que aún nos acompaña"
Para mí, la ley más importante, sin duda, fue la de la Promoción de la Autonomía Personal y atención a las personas en situación de Dependencia. Cambiar cambiaría poco, si pudiera volver atrás, en los grandes proyectos nada, pues se dialogaron y pactaron todos ellos. Quizá algunas cosas de contenido menor. También me preocupó mucho siempre la siniestralidad laboral, un problema que aún nos acompaña.
P.- En 2015 deja de ser diputado después de 33 años en el Congreso, ¿qué le llevó a tomar esta decisión?
R.- Todo en la vida tiene un principio y un final. Fue diputado ininterrumpidamente desde octubre de 1982 a diciembre de 2015 y consideraba que ya era bastante. Siempre quise regresar a mi actividad profesional y también necesitaba tiempo para mi familia y mis aficiones, como la lectura y el montañismo, que ahora practico con más intensidad.
"Ahora la vida política es mucho más difícil que entonces"
Salí del cargo público con profundo agradecimiento al pueblo español por la confianza que nos dio durante tantos años. Igualmente, no siento nostalgia alguna, creo que ahora la vida política es mucho más difícil que entonces.
P.- Actualmente, trabaja como secretario municipal en el Ayuntamiento de Ávila, ¿cómo es hoy su día a día fuera de los focos? ¿Es más feliz que en política?
R.- Más feliz sin duda. Ahora puedo dedicarme a mi profesión, como secretario de Ayuntamiento, por oposición, y en defensa siempre del servicio público. Estoy muy a gusto en la Secretaría del Ayuntamiento de Ávila, que llena completamente todas mis aspiraciones.
"Soy más feliz ahora que puedo dedicarme a mi profesión"
Y estar fuera de los focos también tiene grandes ventajas, como recuperar una vida sosegada y tranquila, con tus amigos y aficiones como he mencionado y el tiempo que puedo dedicar a mi esposa, mis hijas y mis cinco nietos, lo más hermoso que he tenido nunca.
P.- Ahora que está más vinculado al ámbito municipal, ¿qué perspectivas tiene para los comicios locales del mes de mayo?
R.- Las que decidan los ciudadanos. Creo que se irá reconfigurando el mapa político y que las dos grandes fuerzas políticas de centro izquierda, el PSOE, y de centro derecha, el PP –aunque ahora muy escorado a la derecha, lo que no me gusta nada– sumarán más votos conjuntamente que en los últimos años. Y eso, en mi opinión, es positivo para España. Espero, y deseo, que el primer partido en las elecciones municipales y autonómicas de mayo sea el PSOE.
P.- Hace siete meses se configuró el Gobierno de coalición entre PP y Vox en Castilla y León, ¿cómo valora la situación de la Comunidad?
R.- Ha sufrido un retroceso, en valores sobre todo, aunque también en lo referente a la prestación de los servicios, que han empeorado. La dependencia de Vox es una grave carga que el PP arrastrará durante mucho tiempo y que pagamos todos los castellanos y leoneses. No nos merecemos este trato.
"La dependencia de Vox es una grave carga que el PP arrastrará durante mucho tiempo"
Jesús Caldera
P- España se encuentra inmersa en una complicada crisis fruto de las consecuencias de la pandemia, la inflación o la Guerra de Ucrania, entre otros aspectos. ¿Qué perspectivas tiene del futuro del país?
R.- Suelo ser optimista, aunque el género humano nos decepciona. La crisis es general, no afecta solo a España, y lo mejor que puede decirse es que se ha abordado con una gran sensibilidad social, para que nadie se quede atrás. Eso ocurre, sin duda, por la existencia de un gobierno socialdemócrata que antepone los derechos de los más necesitados a cualquier otra consideración.
En cuanto a la cruel guerra de Ucrania, esperemos que se acabe lo antes posible, pues el heroísmo demostrado por el pueblo ucraniano se merece un final justo, preservando su independencia e integridad territorial.