Tales son las dimensiones adquiridas por el revuelo que ha levantado el nuevo protocolo para mujeres embarazadas acordado la coalición PP-Vox en Castilla y León, que las posturas de los socios se han enrocado hasta el punto de hacer peligrar el gobierno de la Junta.
Tras las críticas recibidas por la pretensión del vicepresidente Juan García-Gallardo de que sea obligatorio para los facultativos ofrecer a las embarazadas escuchar el latido del feto, la dirección nacional del Partido Popular salió al paso para ratificar su defensa de los derechos de las mujeres, y el propio Alberto Núñez Feijóo llegó a asegurar que "Castilla y León no va a modificar el protocolo para embarazadas". En contraposición, Vox amenazaba con romper el gobierno en Castilla y León y sosteniendo que "el protocolo se va a aplicar".
Sin embargo, al paso de las horas y ante la posibilidad incierta de que haya convocatoria electoral en unas nuevas elecciones autonómicas en Castilla y León el próximo 28 de mayo si el pacto fracasara, el vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo, suavizaba esta tarde sus palabras sobre la ruptura de la coalición. "Vox no va a frustrar la alternativa a la izquierda en España", aseguraba en declaraciones recogidas por la agencia Ical ante preguntas de los periodistas sobre si peligra el pacto de gobierno entre el PP y Vox en Castilla y León.
García-Gallardo hacía estas declaraciones poco antes de visitar las instalaciones de la empresa PostQuam, ubicada en la localidad vallisoletana de Cigales, donde ha acudido en compañía del consejero de Industra, Comercio y Turismo, Mariano Veganzones. Allí, ha inaugurado un nuevo robot de la compañía de productos cosméticos, a la que definió como “industria pionera” y que recordó que es una empresa “familiar radicada en Cigales y liderada por grandes directivos locales que han hecho crecer a la empresa un 1.000 por cien en los últimos años”, algo que a la Junta, aseguró, le “llena de satisfacción y orgullo”.