María Sánchez (1981, Valladolid), la concejala de Medio Ambiente y Sostenibilidad y portavoz del Grupo Municipal de Valladolid Toma la Palabra desde 2015, lleva por bandera el feminismo y el ecologismo. Esta comprometida vallisoletana lleva desde su época estudiantil implicada en política y defiende que la participación ciudadana es la base de toda transformación social: "Hay que pensar globalmente y actuar localmente", defiende con firmeza.
En las elecciones municipales de mayo de 2011, fue designada edil en el Ayuntamiento de Valladolid junto a Manuel Saravia, un histórico de IU y actual teniente de alcalde, y Alberto Bustos, responsable de participación ciudadana y deportes. Los tres forman un "gran equipo fuerte y unido", como define Sánchez.
En enero de este año, Saravia anunció que se retira, y María Sánchez se ha postulado como candidata de VTLP a la alcaldía de Valladolid, un reto que afronta con "muchísima ilusión", pero también con el "evidente vértigo" que supone tomar el relevo de un compañero al que admira tanto.
La portavoz de Toma la Palabra, el proceso de unidad popular más amplio llevado a cabo en Castilla y León, y que aglutina a las organizaciones Alianza Verde, Equo, Izquierda Unida y Podemos, es licenciada en derecho y coordinó la Asamblea Local de Izquierda Unida en Valladolid desde 2008 hasta octubre de 2015, año en el que la plataforma decidió gobernar con el PSOE y el apoyo de Podemos desde fuera. Ahora, trabaja con la mirada puesta en la Agenda Valladolid 2030.
Pregunta.- ¿Qué balance hace de las dos últimas legislaturas en Valladolid?
Somos una plataforma que ha permitido abrir la política a la ciudadanía y que trabaja por ayudar a mejorar la vida de los ciudadanos. Hemos impulsado los presupuestos participativos para que la gente pueda marcar la agenda municipal, o la municipalización del agua, que es es clave para ponernos en el mapa estatal.
Cuando entramos a gobernar en 2015, teníamos claro que la ciudad quería cambio tras 20 años de mayorías absolutas del PP. Veníamos de hacer una oposición muy fuerte, y la gente valoró lo activos que fuimos entonces. Hemos llevado a cabo cuestiones dificilísimas que eran impensables, como el plan general de ordenación urbana aprobado en 2020.
P.- ¿La coalición con el PSOE ha satisfecho sus expectativas?
Con el PSOE tenemos nuestras diferencias. Por ejemplo, Puente hablaba de una empresa mixta en el asunto de la munipalización del agua, y nosotros apostamos por una gestión 100% pública. Ganó nuestra opción porque pusimos los datos sobre la mesa y cinco años después, hemos demostrado que es un éxito. Lo que nos ha unido con los socialistas es intentar ver qué cosas son positivas para la ciudad y ponernos de acuerdo.
P.- ¿En Toma la Palabra tienen quejas de alguna gestión de los socialistas? ¿Qué relación tiene con el actual regidor?
Con Óscar Puente tenemos una relación de trabajo positiva, aunque reconozco que las formas de comunicar son diferentes. Discrepamos en cuestiones de cómo ocupar el espacio público, como el simbolismo del pádel en la plaza mayor que no compartimos.
En temas de memoria histórica hemos avanzado mucho, pero ahora tenemos encima de la mesa una ley de memoria democrática que hay que cumplir, y el PSOE no ha dado los pasos suficientes. En este tema lamentamos ver que están más reticentes que el propio gobierno central que ha impulsado la ley. Seguramente el mandato que viene se abordará, porque hay una legislación clara.
P.- ¿En caso de que logren revalidar el gobierno en el Ayuntamiento, qué asuntos priorizará Toma la Palabra?
Nuestro pilar son los servicios públicos. Estamos en un momento crucial para ello, sobre todo ahora que vemos un claro retroceso en el gobierno autonómico con Vox. En el ayuntamiento tenemos que ser un ejemplo de cómo la gestión pública logra la igualdad a la ciudadanía. Queremos garantizar que disfrutes de la ciudad, independientemente de cual sea tu condición social o en qué barrio vivas.
Luego priorizamos el modelo de ciudad, el medioambiente y la movilidad. Tenemos claro que Valladolid debe ser compacta y manejable. Valladolid se pone en valor frente a otras ciudades como Madrid, porque es cómoda para vivir, para moverse, y el ocio está a tu alcance. Los retos de movilidad están marcados por la legislación, como la ley de cambio climático con la zona de bajas emisiones.
Otro reto es la cultura. Queremos que Valladolid no solo sea referente en la atracción turística, también que sea un ciudad activa, viva, donde la cultura esté al alcance de la mano de todo el mundo.
P.- ¿Qué proyectos concretos plantea para potenciar la cultura?
El grupo de cultura es de los más numerosos, tenemos a 40 personas participando en la redacción del programa y próximamente sacaremos las ideas. Queremos que la gente valiosa que ya es reconocida fuera, tenga un empleo aquí y no se vaya. Eso nos cubriría la oferta cultural. Aspiramos a facilitar el acceso a la cultura: la gente tiene como referente a los grandes centros culturales como el teatro calderón, pero tenemos que llegar más los barrios, implantar la cultura en muchas zonas más pequeñas.
P.- ¿Qué referentes políticos tiene para gobernar?
La alcaldía de Ada Colau es un referente para Valladolid. Está cambiando la ciudad a mejor, pero también la forma de entender la política, poniendo el foco en la municipalización, la acción social y la movilidad. Valencia también está siendo una inspiración en términos de movilidad. La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, realiza políticas bajo la amabilidad y el diálogo. No hay que tener un tono bronco con el adversario, se pueden llevar reformas importantes y políticas útiles sin atacar al oponente.
P.- ¿Cómo valora la candidatura de Jesús Julio Carnero?
Su nombramiento ha sido aparatoso, veremos cómo evoluciona. He compartido salón de plenos con él cuando era presidente de la diputación y no le he visto activo en la política municipal de Valladolid. Hay mucha gente que vota al PP que, viendo lo que está ocurriendo en el gobierno autonómico, no le gustaría que gobernasen con la extrema derecha si tuvieran la posibilidad. El principal hándicap que tiene Carnero es que ya está gobernando con la ultraderecha.
P.- ¿Qué opina de la propuesta del PP de dejar gobernar a la lista más votada?
Es insólito que el PP lo proponga ahora. Hemos estado en una época muy larga de mayorías absolutas, y 2015 rompió con esa premisa. Ha llegado un momento en el que estamos condenados a entendernos, y lo digo como algo positivo. Hay que poner más encima de la mesa lo que nos une que lo que nos separa. Lo que tendría que hacerse ver el PP, y es el reto que tiene en los próximos años, es si quiere apuntalar a la extrema derecha.
P.- VTLP pone el foco en la participación ciudadana. ¿Cómo materializa esta propuesta?
A veces hablamos de participación ciudadana, pero luego se hacen propuestas que no llegan a buen puerto. No lo digo solo desde un punto de vista de la participación en sentido abstracto, también en lo práctico. Una candidatura que elige a su miembros en unas primarias abiertas facilita que no haya una única persona que elija a dedo.
P.- ¿Considera que es un error que los demás partidos no hagan primarias?
Respeto ante todo al resto de organizaciones, pero es una pena que este proceso democrático no sea algo común y normalizado. Siempre es más positivo implicar a la ciudadanía en la conformación de listas. Hacer primarias hace que no dependas de nadie más que de los ciudadanos que te han elegido, es más democrático, y cambia la forma de hacer política.
P.- ¿Cómo justifica que Alberto Bustos y usted vuelvan a presentarse pese a contravenir el código ético?
Teníamos claro que en mayo acababa nuestra etapa en la política municipal institucional, pero en los últimos meses ha habido mucha gente de distintos sectores sociales que nos ha pedido que nos replantearamos nuestra situación. En sus estatutos, IU tiene previsto que, si alguien se quiere presentar un mandato más, tiene que pasar por un aprobado del 75% del censo, y Bustos y yo hemos conseguido un respaldo del 85%. Vamos a cumplir con lo que decía Saravia: hay que tener a gente con experiencia en el gobierno y dejar que entren personas nuevas.
P.- Saravia hablaba de una mezcla de continuidad y renovación. ¿Quiere presentar una candidatura reformista?
Conocí a Saravia en 2010 cuando se presentó a las primarias de cabeza de lista y he crecido políticamente a su lado. No se trata de un relevo de cambio de liderazgo, porque hemos trabajado siempre de la mano y no sabría hacerlo de otro modo. Intentar dar relevo a Manolo da vértigo, porque ha demostrado que las formas y la amabilidad son importantes, y el legado que deja a la ciudad, como el modelo urbanístico, es valiosísimo.
P.- Algunos dirigentes lamentan que el municipalismo no se valore adecuadamente. ¿Cómo reivindicaría su importancia?
Agradezco la pregunta, porque esta es una cuestión clave. Yo defiendo la máxima de “piensa globalmente y actúa localmente”, que se cumple en la política municipal. Lo bueno de la política municipal es la cercanía con la gente, que solo tiene que llamar a la puerta de su ayuntamiento si tiene un problema, incluso aunque no sea una competencia municipal. Pongo el ejemplo de acción social: hemos dado una vuelta a nuestros presupuestos para que tenga más presencia y acción en Valladolid.
P.- ¿De qué se arrepiente en su gestión como concejala?
Errores se cometen muchos, como en la vida… Cuando entras al gobierno hay cuestiones que piensas que vas a lograr más rápido. Pensar que los tiempos de la administración son más cortos es un error. Mi error ha sido planificar algunas cuestiones con más tiempo, yo pensaba que había algunas cosas que se podían hacer de forma más rápida. Por ejemplo, el centro de tratamiento de residuos. Tengo muchas ideas para mejorar esta gestión y es algo muy lento, la ciudadanía no lo entiende. Creo que deberíamos hacer más pedagogía sobre esos plazos.
P.- ¿Cómo ve el panorama de cara a las municipales? ¿Cree que la izquierda revalidará el poder en el Consistorio?
Las izquierdas alternativas en esta ciudad por primera vez vamos a ir en una única candidatura y eso ya es motivo de alegría. Cuando nos presentamos VTLP en 2015 y Podemos por separado logramos más votos que el PSOE. De momento, vamos empate a cero, pero tenemos altas expectativas. Tenemos la mirada puesta en la agenda 2030, y el próximo mandato es crucial.