La hija de Fernando Sánchez Dragó, Ayanta Barilli, ha sido la encargada de leer este viernes, visiblemente emocionada y entre lágrimas, en la gala de los Premios Castilla y León, el discurso que el autor escribió pocas horas antes de morir y que su hija ha definido como "su último texto literario". Un discurso en el que el escritor, fallecido hace escasos diez días, fue premonitorio. "Voy camino de los 87. Si se descuidan un poco me lo dan a título póstumo y al alimón con Raskayú", apuntaba Sánchez Dragó sobre un Premio Castilla y León de las Letras que, finalmente, le ha sido otorgado en esa condición.
El discurso ha estado plagado del habitual tono crítico del escritor que, en el mismo, hacía una auténtica oda a Castilla y León, a sus gentes y a su historia. Además, desvelaba algunos secretos familiares relacionados con la siempre compleja cuestión de la memoria histórica que, con toda seguridad, darán que hablar y no dejarán indiferente a nadie. "Cuando me he metido en política siempre lo he hecho en posturas críticas hacia quienes estaban en el poder", afirmaba Sánchez Dragó en su discurso, señalando que siempre ha "carecido de ideologías".
El escritor, conocido por ser siempre disidente de lo establecido, se definía en el discurso como un "ciudadano independiente a rajatabla" y ha agradecido al consejero de Cultura, Gonzalo Santonja, y a los miembros del jurado, la concesión del galardón que finalmente no ha podido recoger en persona. Y lanzaba un dardo a quienes han criticado que se le conceda el galardón. "Confío en que quienes han dicho que este premio carecía de justificación rectifiquen", afirmaba.
El recuerdo del padre fusilado y el dardo a la ARMH
Un momento especialmente emotivo ha sido cuando Barilli ha leído las palabras de Sánchez Dragó en referencia a su padre, fusilado durante la Guerra Civil Española por militantes falangistas 17 de julio de 1936 en Burgos.
"Se le dio tierra anónima en algún lugar cercano a Burgos", aseguraba el escritor en su texto, comentando que la periodista Emma Nogueiro, su última pareja, se embarcó en la búsqueda de sus restos y que durante varios meses "persiguió" a miembros de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica. "Logró que me hiciesen una prueba de ADN pero la esperanza duró poco", afirmaba, apuntando que fueron pasando los meses sin que nadie se pusiera en contacto con ella, hasta que un día dio por fin con ellos y le transmitieron unas duras palabras. "Sánchez Dragó es una persona incómoda para la Asociación y eso frena cualquier iniciativa que lo implique", señalaba el escritor en su discurso.
El escritor manifestaba, además, que "sería más que un premio literario" recuperar los restos de su padre y "compartir" su tumba con él. "Como nuestros cuerpos no pudieron abrazarse en vida, se abrazarían nuestros esqueletos", señalaba.
Una oda a Castilla y León
Durante su discurso, Sánchez Dragó realizaba una auténtica oda a Castilla y León, a la que se sentía muy vinculado, especialmente a la provincia de Soria, donde falleció. "Soy castellano y también bastante leonés como demuestra la atención que presté a ese antiguo reino en mi libro más relevante y porque escribo en castellano", señalaba en su texto, asegurando que, aunque nació en Madrid, "renació en 1945 en Soria".
"Allí donde los chopos acompañan el son del agua cuando el viento sopla". Así describía el autor sus recuerdos de infancia y adolescencia en la ciudad castellana, en la que en la década de los años 70 "plantó" su casa para trasladarse en 1998 a la localidad de Castilfrío," al pie de la indomable capital de los arévacos". "Allí sigo y allí he escrito esto", destacaba.
"Más soriano, más celtíbero, más numantino y más castellano imposible", se definía, asegurando que él solo era "escritor y nada más que escritor" y que su "único caballo de batalla" había sido la literatura, leída o escrita. "Castilfrío me parece uno de los lugares más cosmopolitas de la tierra", añadía, señalando que al hablar de Castilla y León y de Soria hablaba siempre de España. "A ella, a la España trágica, taurina y numantina he dedicado al menos nueve libros. Me falta la España heroica", apuntaba.
"Más que Fernando, podría llamarme libro"
También hacía Sánchez Dragó un encendido elogio de la tauromaquia, a la que era muy aficionado y de la que era defensor. "García Lorca subrayó que se trata de la fiesta más culta de la historia del mundo", afirmaba, señalando que se trataba de un "sacramento" que "respetan y admiran" muchas gentes del común de Castilla y León.
El escritor hacía también un recorrido por su dilatada carrera, con más de 53 libros, 10.000 piezas en el periodismo y 60 años de programas semanales de televisión y radio. "Anuncié a los tres años que iba a ser escritor y lo he sido", concretaba, recordando que con solo ocho años fundó un periódico autógrafo, 'La Nueva España', que alquilaba por cinco céntimos a los vecinos del barrio madrileño en el que vivía.
"A los 12 años había escrito varias novelas y piezas de teatro, a los 14 empecé a escribir versos sentado en la orilla del Duero en Soria, y así hasta ahora, leyendo y escribiendo desde que me levanto hasta que me acuesto", comentaba, añadiendo que siempre había vivido inmerso en una realidad "más literaria que fenomenológica". "He sido un adulto permanentemente instalado en los días soleados y azules de la infancia", apuntaba. "Más que Fernando, podría llamarme libro", zanjaba el fallecido escritor.