La guerra en Ucrania ha demostrado que los países no pueden depender del suministro internacional en este caso para las energías. Por eso, Berkeley Minera España defiende su gestión y afirma que tiene el potencial de construir sus instalaciones en Retortillo (Salamanca) en menos de 24 meses y, en este corto periodo.

O lo que es lo mismo, la mina supondría no depender totalmente la importación de uranio que llega desde Rusia e incluso de otros países con gran inseguridad jurídica. Los datos por ENUSA dice que España importa un 29,1 % de uranio de Rusia, un 34,4 % de Kazajistán y un 14,6 % de Uzbekistán, además de un 12,6 % de Canadá y un 9,3 % de Níger. Gracias a esto, se garantiza no depender de la energía de otros países y se apoya la independencia energética nuclear. El proyecto de Berkeley permitiría cubrir la totalidad del combustible para las centrales nucleares españolas durante los próximos 20 años. "Si el proyecto fuese revisado y se tuvieran en cuenta las aclaraciones que se han proporcionado al Ministerio, al estar técnicamente completado y financiado, podemos garantizar la independencia energética de uranio para el suministro de las centrales nucleares nacionales, que con la Ley actual estarán activas hasta 2035", explica Francisco Bellón, presidente de Berkeley Minera España.

Las centrales nucleares españolas consumen 1.260 toneladas de uranio en un año, lo que supone la compra de uranio por valor de aproximadamente 145 millones de dólares. Berkeley puede abastecer este consumo en 2026.

Según la World Nuclear Association, la energía procedente de centrales nucleares es fiable y resistente, gestionable 24 horas al día, siete días a la semana y totalmente independientemente de las condiciones meteorológicas o de la hora del día. Asimismo, la Comisión Europea la reconoce como energía verde, por lo que Francisco Bellón, presidente de Berkeley Minera España, compañía que tiene los derechos de explotación de la mayor parte de las reservas de uranio de España, asegura que "la decisión de vetar el proyecto de Retortillo es una cuestión meramente ideológica. No hay ninguna justificación, ni siquiera técnica o medioambiental".

La compañía está dispuesta a colaborar y mantiene la esperanza de que la controversia pueda resolverse de forma amistosa mediante rápidas negociaciones.

 

 

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