Castilla y León es una comunidad sociológica y políticamente conservadora. Buena prueba de ello es que la Comunidad lleva 36 años, desde 1987, siendo gobernada ininterrumpidamente por el Partido Popular, el último año y medio en virtud de un acuerdo de Gobierno con Vox, y la arrolladora victoria de los populares en las elecciones generales del pasado domingo, en las que consiguieron 18 de los 31 escaños en liza, no deja lugar a dudas de esa realidad. Pero a poco más de 50 kilómetros de Valladolid, en plena Tierra de Pinares, existe una excepción a esa regla.

El pequeño municipio de Almenara de Adaja, de tan solo 21 habitantes, es el único de toda Castilla y León en el que el pasado domingo se impuso como primera fuerza política Sumar, la coalición de izquierdas impulsada por la vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz. La formación progresista obtuvo un 31,25% de los votos, frente al 25% obtenido por PP y Vox, respectivamente, y el 18,75% logrado por el PSOE. 

Se trata de un municipio conocido a nivel autonómico y nacional por albergar la villa romana de Almenara-Puras, un yacimiento declarado como Bien de Interés Cultural (BIC) desde 1994. Se trata de una villa romana del siglo IV que alberga un centro de interpretación y al que acuden miles de visitantes al año para enriquecerse con el testimonio de la historia. 

El municipio, fronterizo con la provincia de Segovia, esta situado junto al río Adaja, que da nombre al pueblo, y destaca por su monumentalidad la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, fechada en el siglo XVII, que tuvo que ser recientemente restaurada por desperfectos causados por la caída de un rayo en junio de 2020.

La tendencia izquierdista de esta pequeña localidad no es nueva, y se puede observar también en los comicios municipales. En las elecciones locales del pasado 28 de mayo, la candidatura Toma la Palabra (TLP), coalición entre Izquierda Unida, Podemos, Equo y Alianza Verde, se impuso con un 47,36% de los apoyos, por delante del Partido Popular. Una villa, pues, en la que el mensaje progresista ha calado hondo y que se aleja del tradicional conservadurismo de la Comunidad.

Otros bastiones progresistas de Castilla y León

En la Comunidad existen otros bastiones progresistas, aunque en ninguno de ellos Sumar ha logrado colocarse como primera fuerza en las elecciones del pasado domingo. Es representativo el caso del municipio del municipio vallisoletano de Castronuño, que ha contado con alcaldes de Izquierda Unida, y posterormente de Toma la Palabra, durante décadas. En esa población, Sumar fue tercera fuerza en las generales, logrando el 17,7% de los votos, cinco puntos por encima de la media nacional.

Con todo, la fuerza más votada en el municipio fue el PSOE, con un 35,55% de los apoyos, mientras que el PP se quedó en un 32,7% y Vox en un 12,96%. Otra localidad vallisoletana de gran tradición progresista es el municipio de Tiedra, que también ha contado con regidores de Izquierda Unida durante varias legislaturas. En esta localidad, en cambio, en las generales primó el "voto útil" al PSOE, que se llevó casi el 38% de los votos, mientras que Sumar se quedó con un 9,33%, por debajo de su media nacional.

Especialmente significativo es el caso de Zamora, en el que a pesar de contar con un alcalde de Izquierda Unida, Francisco Guarido, desde 2015, en las generales se impuso el PP y Sumar obtuvo un resultado muy discreto, tan solo el 6,91% en la capital. Buena muestra del carácter personalista de las elecciones locales y del voto escasamente ideológico que en esos comicios se produce.

También son destacables los apoyos a Sumar en municipios de la cuenca minera leonesa, como Villablino o Fabero, donde el partido de Yolanda Díaz logró más del 14% de los apoyos y el PSOE se impuso como primera fuerza con alrededor del 50% de los sufragios en ambos casos. Excepciones progresistas en una comunidad tradicionalmente conservadora.