Los apellidos son uno de los elementos más característicos de una persona. Hasta tal punto que son muchas las que son llamadas por uno de sus apellidos en vez de por el nombre. Definen a nuestras familias y a nuestros orígenes. En España existe una gran variedad y les hay que son habituales entre los vecinos de Castilla y León, dado que cada comunidad autónoma tiene sus propias características.
Entre tantos apellidos, cada uno de ellos tiene una leyenda detrás, procediendo cada uno de ellos a raíces diferentes como, por ejemplo, los que se relacionan con los árabes, los celtas, los romanos, la nobleza o los visigodos.
Precisamente, este es uno de los elementos que suele definir a las distintas zonas de España. En Castilla y León hubo mucha influencia de los celtas, por lo que es habitual encontrar personas que tengan apellidos de este origen. Pero esto no queda aquí, ya que existen varios apellidos que no indican únicamente la cultura y los orígenes, sino que también cuentan con una gran historia detrás.
Es el caso de aquellos que son comunes en Castilla y León y en España y que tienen más de 500 años de historia. Para conocer cuáles son, continúa leyendo.
Los apellidos comunes en Castilla y León con más de 500 años de historia
España fue cuna de muchas culturas y eso desembocó en una mezcla de creencias, costumbres y tradiciones de los tantos y tantos pueblos que la habitaron, entre los que destacan celtas, iberos, romanos, árabes, franceses o vascos.
Ahora bien, existe una serie de apellidos habituales entre los castellanos y leoneses y en España que tienen un origen de una enorme longevidad. Son aquellos que tienen a sus espaldas más de 500 años de historia.
Si tienes alguno de los apellidos que puedes leer a continuación, es posible que hayan sido muchísimas las generaciones que lo han portado hasta llegar a la actualidad.
- Castro: Existen registros de este apellido desde 1109.
- Haro: En este caso no se tiene una fecha exacta, pero lo mencionan en escritos que tiene más de 500 años.
- Lara: Este es el más antiguo de los que están registrados. Data del siglo XI D.C.
- Monte Alegre: Tiene su origen en descendientes del rey San Fernando en el siglo XV.
- Murga: Era el nombre de un lugar, donde sus habitantes solían tomar el nombre como apellido. Esto sucedía en el siglo XIV.
- Salcedo: No hay tiene fecha exacta de la aparición de este apellido, pero se sabe que es de los más antiguos que llegaron a Vizcaya.
La información se conoce a raíz de los antiguos escritos de Luis de Salazar, un genealogista español cuyas obras se conservan en la Real Academia de la Historia de España.
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Entre estos apellidos, destaca Castro, ya que es uno de los más comunes entre los leoneses. Así lo ratifica el Instituto Nacional de Estadística, que lo coloca en el top 21 de los más comunes en esta provincia.
Apellidos comunes en Castilla y León del siglo XII al XIII
En otro de sus escritos, llamado 300 Apellidos Castellanos y Vascongados, Luis de Salazar habla de la antigüedad de los apellidos anteriormente citados, pero igualmente de otros que se originaron entre los siglos XII al XIII:
- Avendaño.
- Girón.
- Guzmán.
- Leguizamón.
- Osorio.
- Salazar.
- Velasco.
Si hay uno que destaca por encima del resto en Castilla y León es el de Velasco, muy habitual en varias provincias de la Comunidad. Es común, según los datos del INE, en nada más y nada menos que en cuatro de las nueve provincias que conforman nuestra región: Valladolid (18), Salamanca (49), Burgos (33) y Segovia (13).
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Apellidos comunes en Castilla y León del siglo XV
Lope García de Salazar, en Bienandanzas y fortunas, dejó por escrito apellidos que tienen su origen en el siglo XV:
- Allende.
- Calderón.
- Calderón de la Barca.
- Larrea.
- Marroquín.
- Palacio.
- Sierra.
- Valle.
- Zárate.
Los apellidos son un elemento que comenzaron a utilizarse en nuestro país allá por los siglos XI y XII, cuando los nobles empezaron a adquirir el nombre del padre como apellido. Esto se fue extendiendo hasta llegar al punto en el que nos encontramos en la actualidad.
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Por ejemplo, el segundo apellido no fue hasta finales de la Edad Media cuando se empezó a usar, cuando el primero estaba generalizado entre la población.