Las lluvias intensas de las últimas horas en Castilla y León, unidas a la subida de las temperaturas, han provocado la fusión de buena parte de las reservas de nieve que existían en las cabeceras de los ríos Eresma, Duratón y Riaza, en la provincia de Segovia, esto ha hecho encender la alerta roja. El famoso deshielo que hace que los ríos vayan cargados de caudal y en algunas zonas empieza a ser preocupante.
Por ejemplo se han superado los umbrales de aviso para las estaciones del río Eresma a su paso por Segovia y la salida del embalse de El Pontón, así como en los ríos Cambrones y Riaza, en los puntos de control de La Granja y Languilla respectivamente.
La previsión es optimista. Se piensa que las crecidas generadas en estas zonas se absorban por los embalses de los ríos Riaza y Duratón sin generar mayores complicaciones, aunque habrá que extremar la precaución en el Eresma, aguas abajo de Segovia, ya que el episodio de avenidas actual se va a unir con el que va a provocar la borrasca Irene a partir de esta tarde-noche, según informan fuentes de la CHD.
Ojo con Irene
Ahora bien, la llegada de Irene trae un nuevo frente que barrerá la cuenca también hasta el mediodía de mañana, y que dejará precipitaciones más intensas de nuevo en las cuencas del Sistema Central: en el Águeda, Tormes, Adaja, Eresma, Duratón y Riaza, y en el Oeste: Támega y Tera, donde habrá que extremar las precauciones por la posible.
Las previsiones de la AEMET apuntan a una precipitación acumulada para las próximas 72 horas en el sur de Ávila, Salamanca y Sanabria, de entre 60 y 120 litros/m²; así como en el norte de León, Palencia e ibéricas de Burgos y Soria, con 40 litros/m²; lo que provocará un aporte importante al cauce de los ríos.