“Cuando uno elige a sus cargos de confianza, y más si esas personas son tan cercanas, tiene una responsabilidad ineludible", así justificaba hace una semana el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, la obligación por parte del PSOE, de dimisión para el que fuera su ejemplo que seguir, José Luis Ábalos. Pues bien, desde que Pedro Sánchez premiara su intervención de Rottweiler en la fallida sesión de investidura de Feijóo en septiembre, el vallisoletano se ha encargado de rodearse de gente de su confianza cuando fue alcalde de Valladolid entre 2015 y 2023 y de llevársela para Madrid.

El objetivo es crear un equipo de altos cargos de su estricta confianza y para ello ha reclutado a dedo a profesionales que en su día fueron leales y que ahora recogen su fruto a nivel nacional. Todo comenzó cuando contra todo pronóstico medió para que su amiga Ana Redondo, mano derecha en el Consistorio, también fuera nombrada ministra de Igualdad. Desde entonces, poco a poco, Puente ha ido dando forma a su Ministerio arropándose de manos amigas y voces aduladoras.

Las contrataciones de gentes afines se aceleran al mismo tiempo que se bloquea cualquier intento de colaborar con una ciudad de Valladolid que el pasado 28M ya dijo que quería soterramiento. Una situación que se ha puesto aun más de relieve en el pasado pleno extraordinario solicitado por el PSOE, y que no ha servido para nada más que para certificar que los vallisoletanos quieren el tren por debajo, no una integración que convierta la ciudad en un queso holandés. Un soterramiento que sí concede a Valencia y Vitoria, pero niega a su tierra natal de malos modos y llegando a la descalificación.

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La ACP, (Agencia de Colocación Puente), sigue en marcha y los dos últimos en llegar al barco son las dos personas que gestionaron Auvasa, la empresa municipal de autobuses vallisoletana que siempre ha estado en el epicentro de la polémica. Al ministro no le ha parecido suficiente todo el organigrama del Ministerio que ha decidido crear más cargos para Álvaro Fernández de Heredia y José Alfonso Gálvez.

Así, Álvaro Fernández de Heredia tiene el privilegio de ser el primer secretario general de Movilidad Sostenible en la historia de España y se llevará 110.000 euros al año. Era actual concejal de Más Madrid, cargo al que llegó después de dimitir de su puesto en Auvasa “por motivos personales”, aunque no tardó en saberse la verdad. Incluso se llevó una indemnización de las arcas municipales de todos los vallisoletanos.

Ahora, sin dudarlo, ha respondido ‘sí quiero’ a la llamada de Puente. Un polémico ingeniero de Transportes que tiene el mismo modus operandi que su ahora jefe en las redes sociales. No le importa meterse en todos los charcos y enganchadas, la última por el bulo del pato muerto en la mascletá de Madrid.

Sin embargo, si por algo es conocido Fernández de Heredia en la ciudad del Pisuerga es por ser el ideólogo de la conflictiva movilidad de Valladolid que convirtió zonas importantes de tráfico en un problema cuando nunca lo habían sido. Un activista político que ha ido imponiendo su ideología en vez de pensar en el beneficio para la ciudad con carriles bicis sin sentido y una herida Auvasa.

Valladolid respondió a sus descabelladas ideas en las urnas en las elecciones municipales que dieron a Jesús Julio Carnero la alcaldía. Lejos de la realidad, Puente en su cuenta de X, antes Twitter, ha justificado los dos nuevos nombramientos: "Al organigrama del Transportes le faltaba la pata de la movilidad sostenible, que no existía"

Puente ha hecho un dos por uno y también ha hecho hueco para José Alfonso Gálvez con el cargo de director general de Estrategias de Movilidad, gerente durante los últimos meses Puente en la Alcaldía, pero que le han servido para ganarse su confianza y 87.000 euros anuales.

Durante su estancia vallisoletana, ambos se enfrentaron con medios de comunicación y asociaciones vecinales que pusieron en duda sus ideas sobre movilidad, impidiendo el diálogo y la interacción. Veremos si ahora desde su nuevo cargo siguen en la misma línea. El actual alcalde vallisoletano, Jesús Julio Carnero, lo ha dejado claro: “ahora los atascos los sufrirán todos los españoles”.

Jugosos sueldos

Además, el exalcalde ha decidido llevarse a Madrid a Encarna Sandonís, quien fuera jefa de Gabinete del Ayuntamiento de Valladolid durante su última etapa, como nueva jefa de Gabinete en el Ministerio en Madrid, un sueldo que está rondando los jugosos 95.000 euros al año.  Una carrera que comenzó en 2013 en Noticias Castilla y León realizando dosieres de prensa y comunicación digital hasta 2014, que entró en el Consistorio de Medina del Campo como secretaria de Alcaldía y jefa de prensa. Entre 2015 y 2023 pasó a desempeñar diversas funciones en el Ayuntamiento de Valladolid, primero de jefa de prensa del Grupo Socialista, más tarde de directora de Comunicación del Ayuntamiento de Valladolid, y desde el 2019 a 2023 como directora del Gabinete de Puente.

Lo mismo ha ocurrido con el periodista Isaac Barrientos, que tras realizar funciones de prensa y de redes sociales en el Consistorio, ha pasado en los últimos días a formar parte también del departamento de comunicación de un departamento que lleva un ritmo de locomotora en sus contrataciones a dedo.

Feminista, pero poco

El ministro ha llegado con pico y pala al Ministerio, que cada vez tiene menos de Transportes y más de Movilidad Sostenible. Curiosamente, después de ser abanderado de las causas feministas (el pasado 11M encabezó la pancarta en las manifestaciones de Madrid) ha realizado una reforma que le ha llevado a contar con más hombres que mujeres, dejando atrás el legado femenino que dejó Raquel Sánchez. Por ejemplo, sustituyó a Silvia Zancajo como directora de comunicación para situar a Pere Rostoll.  También reemplazó a la presidenta de Adif, María Luisa Domínguez, por Ángel Contreras. Asimismo la secretaría general de Transportes, que encabezaba María José Rallo, se dividió en dos secretarías: con Benito Núñez al frente de Aéreo y Marítimo, y la de transporte Terrestre, aquí sí con Marta Serrano.

Para colmo, y para ser el perejil de todas las salsas, este pasado jueves el responsable de Transportes en su enfermiza obsesión contra Isabel Díaz Ayuso ha calificado a su pareja de “testaferro con derecho a roce” demostrando que su incontinencia verbal no tiene límites, Mañueco y muchas voces han solicitado su dimisión por estos comentarios "machistas".

Mientras, el día a día es que los trenes de cercanías sufran múltiples averías y cuando uno se incendia en Extremadura asegure que "hay que acostumbrarse” porque “son incidencias normales" con 17 pasajeros evacuados. Algo que no parece inmutar al ministro de Transportes que prosigue sus fundamentales guerras continuas en la red social X con Risto Mejide, Iker Jiménez y hasta con Beatriz Talegón. El 8 de abril ya ha anunciado su presencia en el programa de Cuatro, Todo es Mentira, haciendo un hueco en su apretada agenda para los medios de comunicación nacionales. Entre cabina quemada y descarrile de Cercanías, también tiene tiempo para llamar “sinvergüenza” a la consejera de Movilidad de Castilla y León.

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Redondo, su mano derecha, también recluta

Pero la agencia de contratación de Puente se ha ampliado también a la de Ana Redondo en Igualdad, un departamento que maneja más de 570 millones de euros de presupuesto. Casi de inmediato a su nombramiento, llamó al vallisoletano Julio del Valle para ser director general para la Igualdad real y efectiva de las personas Lgtbi+. Lo hizo para sustituir a Boti García Rodríguez.  Del Valle, natural de Serrada, tiene un largo currículum como político. Estando como diputado en las Cortes (2020-2023), pero también como concejal del Ayuntamiento de Valladolid durante ocho años, (2003-2011) y diputado en la Diputación provincial de 2011-19.

Solo unos meses tardó en llevarse a Madrid a la periodista Clara Saavedra que se ha incorporado al equipo de Comunicación. Dos viejas conocidas ya que fueron de la mano en la Sociedad Mixta de Turismo en Valladolid, durante la última legislatura de Óscar Puente, Saavedra salió del Ayuntamiento para ocupar la dirección de una bodega, pero solo ha durado cuatro meses, hasta que recibió la llamada de Redondo.

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